almudena guzmán

 

 

 

 

La lluvia también se acuerda de tu forma de estar

en las cosas pequeñas.

Lleva mucho tiempo ahí fuera

con los ojos suplicantes como un chucho,

sin atreverse a entrar,

pero yo sé que lo daría todo

por quedarse dormida entre tus libros,

por salir con nosotros en la foto enmarcada

de mi mesa de trabajo

o ceñirse resuelta el albornoz.

Ella se desliza de hoja en hoja

de palmera

con la misma languidez de tu mano

cuando movías la torre o el alfil.

Antes casi siempre perdías.

Ahora acabas de darme jaque mate.

 

 

 

 

 

almudena guzmán 

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