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                          l’ennemi

 

 

 

Ma jeunesse ne fut qu’un ténébreux orage,
Traversé çà et là par de brillants soleils ;
Le tonnerre et la pluie ont fait un tel ravage,
Qu’il reste en mon jardin bien peu de fruits vermeils.

Voilà que j’ai touché l’automne des idées,
Et qu’il faut employer la pelle et les râteaux
Pour rassembler à neuf les terres inondées,
Où l’eau creuse des trous grands comme des tombeaux.

Et qui sait si les fleurs nouvelles que je rêve
Trouveront dans ce sol lavé comme une grève
Le mystique aliment qui ferait leur vigueur ?

O douleur ! ô douleur ! Le Temps mange la vie,
Et l’obscur Ennemi qui nous ronge le cœur
Du sang que nous perdons croît et se fortifie !

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el enemigo

 

 

 

Mi juventud no fue sino oscura tormenta

que rara vez el Sol cortó con luz brillante,

trueno y lluvia ejercieron tan repetida afrenta

que en mi jardín no existen los frutos incitantes.

 

Yo que toqué el otoño del pensamiento azadas

tendré que usar, rastrillos y palas poderosas,

para juntar de nuevo las tierras inundadas

donde los agujeros son grandes como fosas.

 

Quién sabe si las nuevas flores que yo he soñado

encontrarán en este territorio lavado

el místico alimento que las vaya elevando!

 

Oh dolor de dolor! Corre el tiempo, la vida,

y el oscuro enemigo que nos va desangrando

crece y se fortifica con la sangre perdida!

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Charles Baudelaire
Les Fleurs du mal
 
 

Traducción de Pablo Neruda

Revista Árbol de Letras, N° 1, Santiago, 1967

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

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