charles simic /

poemas en prosapoemas en prosa

elmundonose acaba

poemas en prosa /

charles simic elmundonoseacaba / poemas en prosa 

charlessimic / el mundo no se acaba / poemas en prosa 

 

 

 

Había mezclado los personajes de la larga novela que estaba

escribiendo. Había olvidado quiénes eran y qué hacían.

Una mujer muerta reapareció a la hora de cenar. Un vendedor

a domicilio emergió de un remolque en el quinto infierno ataviado

con una túnica china. El mismo día en que el asesino debía ser

electrocutado, salió a comprar flores para una tal Rita, que

resultó ser una niña de diez años con trenzas y gafas de culo

de botella… y así todo.

          Nunca hizo nada por mí, sin embargo. Seguí haciéndome

más viejo y gruñón, como era mi deber, en un pueblo ruinoso que

siempre describía como «muerto» y «menos que nada».

 

 

 

 

He had mixed up the characters in the long novel he was

writing. He forgot who they were and what they did.

A dead woman reappeared when it was time for dinner. A door-to-

door salesman emerged out of a backwoods trailer wearing

Chinese robes. The day the murderer was supposed to be

electrocuted, he was buying flowers for a certain Rita, who

turned out to be a ten-year-old girl with thick glasses and

braids. . . . And so it went.

         He never did anything for me, though. I kept growing

older and grumpier, as I was supposed to, in a ratty little town

which he always described as «dead» and «near nothing.»

 

 

 

 

 

charles simic

 

The World Doesn’t End: Prose Poems 

Harcourt, 1990

 

editado por Vaso Roto

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir