te lo ruego

 

Me encontré tan menuda, tan

encogida, ovillada en eso

que la taquicardia auguró.

Doce o trece horas de amor desmedido

maldita sea hoy, cómo avanzaba

la sabandija entre mi letargo

haciéndome diminuta

el tiempo crecía. Me puso las manos

encima y me queda

ese temblor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

concha garcía
de Desdén-parte tercera
La mística del vaivén

 

 

 

 


 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir