Crimen en el barrio


La policia se abrió paso

y procedió con pocas palabras.

El razonamiento conjeturaba que detrás de la puerta

algo había concluido. ¿Que podía agregarse

a la mujer con un balazo en la cabeza

y al hombre estupefacto

rechazando la realidad de su propia obra?

Sin embargo, nosotros esperábamos

en el último lugar que la lógica

hubiera elegido para esperar,

como espectadores que permanecen en el teatro

ya caído el telón y borrado el escenario.

Pensé en la tarde remota de la pareja.

Donde ahora había sangre

se amontonaron las dulces frases

con que todo empezó, un poco torpemente,

cuando ya mismo era tarde para quitarles el significado.

Ahora me pregunto qué hacemos aquí

me pregunto por qué hay esperanza todavía,

en qué trama estamos aprisionados

cuando la fe se detuvo al comienzo del drama

y volvió codiciosa después del último acto.

No hay empresa terminada

en este oficio de locos que pide materia viviente

y emplea el amor, habitaciones, papeles, jardines,

para recuperar lo que la mente considera irrecuperable;

aunque el cáncer se instale entre el esposo y la esposa

y suene un revólver entre una mujer y un hombre.



Teólogo en la ventana y otros poemas

Joaquìn O. Giannuzzi

Selección y prólogo: Jorge Fondebrider

Los grandes Poetas, Centro Editor de América Latina

en El ojo como flash

[evaliterando.blogspot]


 

 

 

 

 

 

 

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