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gonzalo rojas

 

 

 

mariposas

para juan rulfo

 

 

 

 

Cómo fornicarán felices las mariposas en

el césped oliendo

de aquí para allá a Dios sin

que vaca alguna muja encima de

su transparencia, jugando a jugar

un juego vertiginoso a unos pasos

blancos del cementerio con el mar

del verano zumbando allá abajo ocio y

maravilla.

Rulfo habrá soplado en ellas tanta

locura, Juan Rulfo cuyo Logos

fue el del Principio; les habrá dicho: -Ahora, hijas,

nos vamos de una vez

del páramo.

¿Y ellas? Ahora ¿qué harán

ellas sin Juan que cortó tan lejos

más allá de Comala en caballo único tan

invisible? ¿bailarán, seguirán

bailando para él por si vuelve, por

si no ha pasado nada y de repente

estamos todos otra vez?

Por mi parte nadie va a llorar, ni

mi cabeza que vuela ni la otra

que no duerme nunca. Se ha ido

y se acabó, nadie

corre peligro así acostado oyendo

los murmullos aleteantes.
                                                 -Con tal

de que no sea una nueva noche. 

 

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