La vida en la frontera

 

 

A veces sopla un viento triste y frío.
Los días son igual que una condena.
De noche se oyen voces que murmuran,
un nombre donde sólo hay silencio.
 
Si cruzas por aquí, sé precavido,
si alguien te sale al paso no le des la espalda.
Es bueno hallar con quien hablar, a veces.
Pero es mejor callar cuando es preciso.
 
No sueñes con el final del camino,
pues ya, maldita sea, a otros aguarda,
para tomar su parte y ganarte
la mano sin moverse del sitio.
 
La vida en la frontera no espera,
es todo lo que debes saber.
La vida en la frontera no espera,
es todo lo que debes saber.
 
Hay hombres con miradas que fulminan,
como el rayo penetra en carne viva.
Si matas generas un espectro,
que siempre ya persigue y acecha.
 
Bailan las mujeres en la hoguera
desnudas, con el rostro cubierto.
Aquella que concibe tu hijo también,
acaba con las voces de lo incierto en ti.
 
Si tienes que jugártelo a una carta,
ve de cara al decir tu palabra.
Pero antes de que el eco la repita,
Dios y el diablo te ayuden a estar lejos.
 
La vida en la frontera no espera,
es todo lo que debes saber.
La vida en la frontera no espera,
es todo lo que debes saber.
 
La vida en la frontera no espera,
es todo lo que debes saber. 
La vida en la frontera no espera,
es todo lo que debes saber.

 

 

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