Franz_Marc__Nudes_under_Trees

desnudas bajo los árboles

 

Desnudas bajo los árboles, bajo los arbolitos. Tienen la piel de un púrpura desvaído, una de ellas

dormita recostada contra el tronco de un árbol; la otra, plegada sobre sí misma, escarba la tierra

o se toca los pies. Los troncos de los arbolitos, que más bien parecen las ramas de unos troncos

horizontales, son de colores varios, diversos, y no se ramifican, o apenas, ni son rectos, sino

curvados en diferentes direcciones.

No hay clima, ni hora del día –o de la noche-, ni paisaje, ni referencias espaciales reconocibles.

Ellas no parecen estar heridas porque las hienas no lamen su sombra. No sabemos qué hacen,

tampoco tienen ojos, ni mirada. No conocemos qué relación hay entre ellas. Sólo que están, bajo

unos arbolitos. Tal vez estemos en la zona puramente estética de la pintura: el ser humano puede

escapar, de pronto, a cualquier medida, y ser infinito.

Quizá estén ahí por si algún ciudadano de bien quiere hacer la colada de sí mismo con jabones de

penitencia. El cuadro está limpio de pájaros, vacío de nubes, exento de aeroplanos y de paracaidistas.

Todo el conjunto escénico es más bien escaso y feo. Podemos hacer, si acaso, una nómina de huesos

y nada más. Huele a plástico, o a plastilina, a cerrado, a humedad y a un exceso de crema hidratante,

aunque parece que se trate de un paraje al aire libre, abierto al viento y a los animales, más bien silvestre.

Ellas tienen una piel alcalina o arsénica, como una reacción química o como una ola salada con un

exceso de sal azul. No hay fortuna mayor que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre

sí todo lo que hay en ella -dijo el poeta, lo que tal vez ha permitido al artista pintor pintar este cuadro,

que no da razón de sí mismo, no se autoexplica.

 

 

 

 

 

 

Narciso de Alfonso

Merodeos: el desnudo femenino en la pintura


 

 

Franz Marc – (1880-1916)

Nudes under trees -1911

Óleo sobre lienzo de 1.100 X 1.800 mm

Museo Kunstpalast

 

 


 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir