pedro salinas

pedro salinas

pedro salinas

 

 

razón de amor

[32] (Versos 1398 a 1438)

 

 

Dame tu libertad.

No quiero tu fatiga,

no, ni tus hojas secas,

tu sueño, ojos cerrados.

Ven a mí desde ti,

no desde tu cansancio

de ti. Quiero sentirla.

Tu libertad me trae,

igual que un viento universal,

un olor de maderas

remotas de tus muebles,

una bandada de visiones

que tú veías

cuando en el colmo de tu libertad

cerrabas ya los ojos.

¡Qué hermosa tú libre y en pie!

Si tú me das tu libertad me das tus años

blancos, limpios y agudos como dientes,

me das el tiempo en que tú la gozabas.

Quiero sentirla como siente el agua

del puerto, pensativa,

en las quillas inmóviles

el alta mar. La turbulencia sacra.

Sentirla,

vuelo parado,

igual que en sosegado soto

siente la rama

donde el ave se posa

el ardor de volar, la lucha terca

contra las dimensiones en azul.

Descánsala hoy en mí: la gozaré

con un temblor de hoja en que se paran

gotas del cielo al suelo.

La quiero

para soltarla, solamente.

No tengo cárcel para ti en mi ser.

Tu libertad te guarda para mí.

La soltaré otra vez, y por el cielo,

por el mar, por el tiempo,

veré cómo se marcha hacia su sino.

Si su sino soy yo, te está esperando.

 

 

 

 

 

 

 

pedro salinas

razón de amor 1936  

en La voz a ti debida – Razón de amor. Pedro Salinas. Edición de J.González Muela. Clásicos Castalia nº 2. Editorial Castalia S.A., 1989

 

 

 

 


 

 

 

 

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