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El paraíso sobre los tejados


Será un día tranquilo, con una luz fría

como el sol que levanta o que muere, y el cristal

cerrará el aire sucio del cielo exterior.

Nos despertarán un día, de una vez para siempre,

en la tibieza del último sueño: la sombra

será tal la tibieza. Llenará la habitación,

por el gran ventanal, un cielo aún más grande.

Desde la escalera que se subió un día para siempre

no llegarán más voces ni más rostros muertos.

No será necesario abandonar el lecho.

Sólo el alba entrará en la estancia vacía.

Bastará la ventana para vestirlo todo

de una tranquila claridad, casi como una luz.

Pondrá una sombra pálida sobre el rostro supino.

Los recuerdos serán como grumos de sombra

aplastados igual que vieja brasa

en el camino. El recuerdo será como una llama

que aun hasta ayer mordía los apagados ojos.

 

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Il paradiso sui tetti


Sarà un giorno tranquillo, di luce fredda

come il sole che nasce o che muore, e il vetro

chiuderà l’aria sudicia fuori del cielo.

Ci si sveglia un mattino, una volta per sempre,

nel tepore dell’ultimo sonno: l’ombra

sarà come il tepore. Empirà la stanza

per la grande finestra un cielo più grande.

Dalla scala salita un giorno per sempre

non verranno più voci, né visi morti.

Non sarà necessario lasciare il letto.

Solo l’alba entrerà nella stanza vuota.

Basterà la finestra a vestire ogni cosa

di un chiarore tranquillo, quasi una luce.

Poserà un’ombra scarna sul volto supino.

I ricordi saranno dei grumi d’ombra

appiattati così come vecchia brace

nel camino. Il ricordo sarà la vampa

che ancor ieri mordeva negli occhi spenti.

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Cesare Pavese


El paraíso sobre los tejados

Poesías completas 

3ª edición

Visor Libros

1995 Madrid

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

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