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Mañana, mañana

Recuerdo las ciudades que nunca he visto

exactamente. Venecia con sus venas de plata, Leningrado

con sus minaretes de toffee retorcido. París. Pronto

los impresionistas obtendrán sol de las sombras.

¡Oh! y las callejas de Hyderabad como una cobra

desenroscándose.

Haber amado un horizonte es insularidad;

ciega la visión, limita la experiencia.

El espíritu es voluntarioso, pero la mente es sucia.

La carne se consume a sí misma bajo sábanas espolvoreadas

de migas, ampliando el Weltanschauung con revistas.

Hay un mundo al otro lado de la puerta, pero qué inquietante resulta

encontrarse junto al propio equipaje en un escalón frío cuando el alba

tiñe de rosa los ladrillos, y antes de tener ocasión de lamentarlo,

llega el taxi haciendo sonar una vez la bocina,

deslizándose hasta la acera como un coche fúnebre—y subimos.

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Tomorrow, Tomorrow

I remember the cities I have never seen

exactly. Silver-veined Venice, Leningrad

with its toffee-twisted minarets. Paris. Soon

the Impressionists will be making sunshine out of shade.

Oh! and the uncoiling cobra alleys of Hyderabad.

To have loved one horizon is insularity;

it blindfolds vision, it narrows experience.

The spirit is willing, but the mind is dirty.

The flesh wastes itself under crumb-sprinkled linens,

widening the Weltanschauung with magazines.

A world’s outside the door, but how upsetting

to stand by your bags on a cold step as dawn

roses the brickwork and before you start regretting,

your taxi’s coming with one beep of its horn,

sidling to the curb like a hearse — so you get in.

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Derek Walcott

Mañana, mañana

Versión de Antonio Resines y Herminia Bevia

Pleno verano: poesía selecta

Editorial Vaso roto

Madrid 2012

 

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walcott


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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