[ezcol_1half]

135. Roscoe Purkapile

Ella me amaba. ¡Oh, cómo me amaba!

No logré nunca esquivarla

desde el día en que me vio por vez primera.

Pero después, cuando nos casamos, pensé

que podría demostrar su mortalidad y dejarme libre,

o que podría divorciarse de mí.

Pero pocas mueren, ninguna renuncia.

Entonces me escapé y anduve un año de parranda.

Sin embargo nunca se lamentó. Decía que todo saldría

bien, que yo volvería. Y volví.

Le dije que mientras remaba en un bote

había sido capturado cerca de la calle Van Buren

por piratas del lago Michigan,

y atado con cadenas, así que no pude escribirle

¡Ella lloró y me besó, y dijo que eso era cruel,

ultrajante, inhumano!

Comprendí entonces que nuestro matrimonio

era un designio divino

y no podría ser disuelto

sino por la muerte.

Tuve razón.

 

 

[/ezcol_1half][ezcol_1half_end]       

135. Roscoe Purkapile

She loved me. Oh! how she loved me!

I never had a chance to escape

From the day she first saw me.

But then after we were married I thought

She might prove her mortality and let me out,

Or she might divorce me.

But few die, none resign.

Then I ran away and was gone a year on a lark.

But she never complained. She said all would be well,

That I would return. And I did return.

I told her that while taking a row in a boat

I had been captured near Van Buren Street

By pirates on Lake Michigan,

And kept in chains, so I could not write her.

She cried and kissed me, and said it was cruel,

Outrageous, inhuman!

I then concluded our marriage

Was a divine dispensation

And could not be dissolved,

Except by death.

I was right.

[/ezcol_1half_end]

 

 


Edgar Lee Masters


Roscoe Purkapile

Spoon River Anthology

Versión de Alberto Girri

 

 

 

 spoon1


 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir