lamento por los que envidiaron a david cassidy

sap sap deibi coli pik decía david cassidy a los pies

de su melancolía en primavera ¡oh!

esa melancolía sonaba como siete cañones grandes de la primera guerra mundial

cuando él la agitaba o bailaba con su hermoso costado

pero ahora callar

david cassidy sube por las calles del pueblo

y es como si hubiera un oleaje seco frío 

más negro que la cólera que ardió

con todo eso ¿qué hacer? ¿eh, presidentes?

se le evaporaron jugos entrañas humedades a david cassidy

dejándole huesos tirantes

crepitaciones cuando roza el otoño

¿alguno sabe realmente qué hacer?

david cassidy pisa rosas muertas ha mucho

y levanta un olor a podrido frágil

como la tía francesa que escapó al amanecer

qué pies señor algún día

david cassidy se encontrará varado en Cochrane Street o en la esquina del

cine

y no habrá más remedio que regarlo y cuidarlo del sol

david cassidy seguirá convirtiéndose en rosas distraídas que los niños

arrancarán

será un bello final una bella continuación mejor dicho

en vez de andar vagando por tanta tierra agua fuego y otoño

como todo lo que se tuesta asa quema o chamusca

y los que lo envidiaron se morirán de rabia o rabiosos

no irán a pájaros ni a peces ni nada

mientras que david cassidy

cantará todo lo que tenga que cantar

 


Juan Gelman

Lamento por los que envidiaron a david cassidy

Los poemas de Sidney West

Traducciones III (1968-1969)

Primera edición: Editorial galerna, Buenos Aires, 1969

Primera edición en Seis Barral/ biblioteca Breve: Septiembre 1994

Buenos Aires

 

 

 

 


 

 

 

 

 

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