mi mujer duerme del otro lado de la pared

La cama está fría, la tarde dejó restos

de niebla sin juntar en los jardines próximos.

Adentro estoy con la estufa diplomática

que difunde olas de calor amarillo diáfano.

Desde el centro íntimo, veo que en el radio

lunar una sola estrella se infla y se desinfla

todo el tiempo. Estoy presentable, sé que

mi desorden se acomoda frente al río.

Que las partes vuelven a su todo sencillo y solar.

Mañana voy a pasar un día de invierno

agradable, nítido, en la medida

que el sol pueda encerrarme en una cápsula

sin dejar pasar el viento fresco y blando.

Mi mujer duerme del otro lado de la pared

los árboles firmes en la noche tambaleante.

 

 

 

Julián Bejarano

Mi mujer duerme del otro lado de la pared

La prefabricada

Colección Chapita, Buenos Aires, 2008

 

 

 


 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir