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Blues del propósito de la enmienda

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Ahora que ya se aleja mi juventud y escucho

cada tarde más pálido el rumor

de aquel baile encendido (y sin embargo sigo

idiota y migueldors de arriba abajo),

alguna de esas horas en que dentro de mí

está lloviendo y lunes, me digo y me repito:

«Esta vez va de veras, de hoy no pasa, propósito

de la enmienda.» Y me juro

—desde luego, mintiendo más que una

campaña electoral— quemar todos los libros

y retirarme a algún lugar vivible

en donde dedicarme a la Vulgaridad

y, si me queda tiempo,

a la contemplación de los Universales.

Por ejemplo Cambados, costa de Pontevedra,

donde no sé si les oiseaux sont ivres

pero me da lo mismo.

 

.

 

Miguel d’Ors

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Blues del propósito de la enmienda

De Curso superior de Ignorancia

Universidad de Murcia en 1987

 


 

 

 

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