alianza (sonata)

De miradas polvorientas caídas al suelo

o de hojas sin sonido y sepultándose.

De metales sin luz, con el vacío,

con la ausencia del día muerto de golpe.

En lo alto de las manos el deslumbrar de mariposas,

el arrancar de mariposas cuya luz no tiene término.

Tú guardabas la estela de luz, de seres rotos

que el sol abandonado, atardeciendo, arroja a las iglesias.

Teñida con miradas, con objeto de abejas,

tu material de inesperada llama huyendo

precede y sigue al día y a su familia de oro.

Los días acechando cruzan el sigilo

pero caen adentro de tu voz de luz.

Oh dueña del amor, en tu descanso

fundé mi sueño, mi actitud callada.

Con tu cuerpo de número tímido, extendido de pronto

hasta cantidades que definen la tierra,

detrás de la pelea de los días blancos de espacio

y fríos de muertes lentas y estímulos marchitos,

siento arder tu regazo y transitar tus besos

haciendo golondrinas frescas en mi sueño.

A veces el destino de tus lágrimas asciende

como la edad hasta mi frente, allí

están golpeando las olas, destruyéndose de muerte:

su movimiento es húmedo, decaído, final.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pablo Neruda

Alianza

de Residencia en la tierra I

cervantesvirtual.com/obra/residencia-en-la-tierra

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

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