[ezcol_1half]      

la urna

Pensé que sería escalonada,

con una pequeña cintura y un par de asas plateadas,

como un jarrón o un trofeo de tenis, pero sobre la mesa

yacía una caja cuadrada, suave, de aspecto

militar, los ángulos de acero inoxidable,

un envase apto para enterrar

basura radioactiva. La giré para ver su nombre,

esa etiqueta elegante como una marca

en un paquete de sal.

En esto se había convertido: dos o tres

kilos de huesos en una caja que yo alzaba

y mecía. Hay quien traga

carros enteros, pedazo a pedazo, pero

el pastor venía hacia mí, mi madrastra se acercaba,

yo sólo podía abrazarlo y mecerlo. No había sabido

dónde estaba exactamente, ni había sentido

su peso, desde que alcé su cabeza

tibia para sacarle el tubo de oxígeno

cuando murió. Ahora lo tenía de nuevo.

Pasaba mis dedos una y otra vez

por el acero inoxidable. Si alguien

nos ha dado la espalda, si alguien

no nos podía mirar,

sentir su solo peso se convierte en una bendición.

[/ezcol_1half][ezcol_1half_end]    

The urn

I had thought it would be tapered, with a small


waist and a pair of handles, silver-
plated, like a loving cup


or tennis trophy, but there on the table


was a smooth, square box, with a military


look, the stainless steel corners


soldered up, a container that could bury


radium waste. I turned it till I turned the


name to me, that elegant animal


label like a name on a box of coarse salt

—
this is who he was now, four or five


pounds of bone in a box, which I lifted


and rocked. There are people who swallow whole


cars, piece by piece, but the minister


was walking over, my step mother approaching, I


held him and rocked him, I had not known


exactly where he was, or felt


the weight of him since I had lifted up


his head by its warm nape to get the


fine tube of oxygen harness


off his face after his death.


Now I had him back, I rubbed my


thumb over and over again


along the stainless steel. Whoever has


turned away from us, or could not


look at us, just the pressure of their weight is a blessing. 

[/ezcol_1half_end]

 

 

 [ezcol_1half]  

Sharon Olds


La urna

El padre: poesía

Edición bilingüe

S. L. Bartleby Editores

2004 Madrid

Salmagundi Magazine No.93

 [/ezcol_1half]

 

olds

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir