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el campanero

Mientras la campana despierta su voz clara

al aire puro y límpido y profundo de la mañana

y pasa sobre el niño que arroja por agradarle

un ángelus entre la lavanda y el tomillo,

el campanero rozado por el pájaro que él aclara

cabalgando triste y gimoteando latines

sobre la piedra que tiende la cuerda secular

no escucha llegar a él más que un tintineo lejano.

Yo soy ese hombre. ¡Ay!, de la noche deseosa

inútilmente tiro el cable que llama al Ideal

con fríos pecados se divierte un plumaje de hada,

¡y la voz sólo me llega por migajas y hueca!

Pero un día, cansado de haber tirado en vano,

oh Satán, quitaré la piedra y me colgaré.

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Le sonneur

Cependant que la cloche éveille sa voiz claire

À l’air pur et limpide et profond du matin

Et passe sur l’enfant qui jette pour lui plaire

Un angelus parmi la lavande et le thym,

Le sonneur effleuré par l’oiseau qu’il éclaire,

Chevauchant tristement en geignant du latin

Sur la pierre qui tend la corde séculaire,

N’entend descendre à lui qu’un tintement lointain.

Je suis cet homme. Hélas! de la nuit désireuse,

J’ai beau tirer le câble à sonner l’Idéal,

De froids péchés s’ebat un plumage féal,

Et la voix ne me vient que par bribes et creuse!

Mais, un jour, fatigué d’avoir en vain tiré,

O Satan, j’ôterai la pierre et me pendrai.

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Stéphan Mallarmé

El campanero

En Poesía Completa, Libros Río Nuevo

Traducción de Nicolás Gravanel

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

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