algo sobre el alma

Alma se tiene a veces.


Nadie la posee sin pausa


y para siempre.

Día tras día,


años tras año


pueden transcurrir sin ella.

A veces sólo en el arrobo


y los miedos de la infancia


anida por más tiempo.


A veces nada más en el asombro


de haber envejecido.

Rara vez nos asiste


en las tareas pesadas,


como mover los muebles,


o recorrer caminos con zapatos apretados.

Cuando hay que cortar carne


o llenar solicitudes,


generalmente está de asueto.

De mil conversaciones


toma parte sólo en una


y no necesariamente,


pues prefiere el silencio.

Cuando el cuerpo nos empieza a doler y doler,


escapa sigilosamente de su hora de consulta.

Es algo quisquillosa:

con disgusto nos ve en la muchedumbre,


le repugna nuestra lucha por supuestas ventajas


y el rumor de los negocios.

La alegría y la tristeza


no son para ella sentimientos distintos.


Sólo cuando se unen


está presente en nosotros.

Podemos contar con ella


cuando no estamos seguros de nada


y tenemos curiosidad por todo.

De los objetos materiales


le gustan los relojes con péndulo


y los espejos que trabajan afanosos

aunque no mire nadie.

No dice de dónde viene


ni cuándo se irá de nuevo,


pero evidentemente espera esa pregunta.

Según parece,


así como ella a nosotros,


nosotros a ella


también le servimos de algo.

 

 

 

Wislawa Szymborska

Algo sobre el alma

Paisaje con grano de arena

Lumen 2005

Barcelona

 

 

 


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir