[ezcol_1half]    

Faim rouge


Tu étais folle.


Comme c’est loin !


Tu mourus, un doigt devant ta bouche,

Dans un noble mouvement,

Pour couper court à l’effusion ;

Au froid soleil d’un vert partage.


Tu étais si belle que nul ne s’aperçut de ta mort.

Plus tard, c’était la nuit, tu te mis en chemin avec moi.


Nudité sans méfiance,

Seins pourris par ton cœur.


A l’aise en ce monde occurrent,


Un homme, qui t’avait serré dans ses bras,

Passe à table.


Sois bien, tu n’es pas.
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]  


Hambre roja



Estabas loca.


¡Qué lejos queda!


Moriste, con un dedo delante de los labios,

En noble movimiento,

Para atajar la efusión;

En el sol frío de un reparto verde.


Estabas tan hermosa que nadie se dio cuenta de tu muerte.

Más tarde, era de noche, te pusiste en camino conmigo.


Desnudez sin desconfianza.

Pechos podridos por tu corazón.


A sus anchas en este mundo circunstancial,


Un hombre, que te había estrechado entre sus brazos,

Se sentó a la mesa.


Estate bien, no existes.

[/ezcol_1half_end]

René Char

Versión de Jorge Riechmann


 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir