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QUIENQUIERA que sepa dónde está

la compasión (fantasía del alma),

¡que lo diga!, ¡que lo diga!

Que lo cante a voz en cuello

y que baile como si hubiera perdido la razón,

alegre bajo el delicado sauce

siempre a punto de romper en llanto.

ENSEÑO a callar

en todos los idiomas

con un método contemplativo:

del cielo estrellado,

las mandíbulas del sinantropus,

el salto del grillo,

las uñas del recién nacido,

el plancton,

el copo de nieve.

DEVUELVO al amor.

¡Atención! ¡Ganga!

En la hierba de hace un año,

con el sol hasta el cuello

recostados mientras danza el viento

(coreógrafo de sus cabellos).

Para ofertas ver: Sueño.

SE NECESITA persona

para llorar

a los viejos que mueren

en los asilos. Favor

de no solicitar por escrito

ni anexar ningún tipo de actas.

Se destruirán los documentos

sin acuse de recibo.

POR LAS PROMESAS de mi marido

—quien con todos los colores

del populoso mundo, su lenguaje,

su canción en la ventana y el perro de los vecinos

les hizo creer que nunca estarían solos

en penumbra, en silencio y sin aliento—

yo no puedo responder.

La Noche, viuda del Día.

Wislawa Szymborska

Poesía no completa

Llamando al Yeti, 1957

Edición y traducción de

Gerardo Beltrán, Abel A. Murcia

2ª edición

FCE, México, 2008


 

 

 

 

 

 

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