Los muertos odian el número dos.

                                                  F. García Lorca

 

 

 

Yo te di huesos de palomas rojas

de palomas que alientan dentro de los rasguños

desdeñoso licor de herida

pequeño peldaño de muerte

Atrapé las palomas que habitaban en la sangre alterada

de los niños perversos

robé vuelos morados

vuelos de adelfa y alarido

vuelos de arteria y arañazo

espejos

fiestas

del jacintos del sur

Yo te di huesos de palomas muy pequeñas

astrolabios de tierno esqueleto

guías luciérnagas y otras luces nerviosas

para que oyeras cómo el fósforo declama los viejos versos

del número par

para anclarte a mi noche

para anclarte a mi noche con la cal delicada

Yo te di huesos

anclas pequeñitas

para que te encallaras en la sal de las puertas

y dije las palabras que así existen

filtros de Melibea

brujas líquidas

o la voz fuerte de Rilke el poeta:

retenle

sí, retenle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Blanca Adreu


 

 

 

 

 

 

 

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