Mece el viento la cortina ondulante
descubriendo el azul de un cielo que se esconde
travieso, tras la blancura de su paño.
…en este blog sólo encontrarás lo que ya lleves puesto al entrar: no creemos en que vayas a ir más allá de las apariencias, pero tenemos que confiar en ello, y darte la oportunidad. La belleza no es fácil: es difícil: es uno de los sentidos de la verdad: la verdad de la forma. Es muy exigente y sólo se entrega, si acaso, a sus mejores amantes.
Si crees recibir la belleza espontáneamente, sin esforzarte, sin luchar por ella, no te engañes: habrás recibido cualquier cosa menos la belleza.
Tal vez si posees instinto, olfato, pasión, hambre por la belleza, tu paso por este blog no sea sólo turismo.
Eso deseamos y por ello compartimos nuestras maneras de buscar la belleza, allí donde esté.
Mece el viento la cortina ondulante
descubriendo el azul de un cielo que se esconde
travieso, tras la blancura de su paño.
y en esta naturaleza extraña y simbólica
donde el ángel intacto se mezcla con la esfinge ancestral,
oh estrella, doblemente compasiva, que te acercas
demasiado pronto al anochecer, demasiado tarde
al amancecer
En dos manteles, en el pequeño adorno ruso, en cuatro platos
y en el juego de cortinas
que marcó la impaciencia de un tiempo pretendido como azul.
Prefiero al Constance, al opio, al Nuits,
el elixir de tu boca donde el amor se pavonea;
¡Oh fangosa grandeza! ¡sublime ignominia!