wallace stevens

Vamos a dedicarle algo más de tiempo y atención a Wallace Stevens. Aunque sin duda vale la pena hacerlo, tal vez hay que abordar su lectura con relecturas.

Si supone un reto el ·no se entiende·, que no es infrecuente en los poetas y es un ·no se entiende· [por completo] distinto para cada uno de ellos, aquí hay otro reto. 

No hay una solución o una manera general de enfrentarse a los ·no se entiende·, lo que tiene sus claras ventajas y desventajas, pero conociendo que los ·no se entiende· de un poeta son solo suyos, posiblemente no se cae en engaños ni en esperanzas falsas: aunque lleguemos a enfrentar los ·no se entiende· de Stevens como necesarios para su poesía, no habremos avanzado nada con los ·no se entiende· de Dylan Thomas, por poner el ejemplo quizá extremo.

A veces compensa enfrentar los ·no se entiende· de un poeta: otras, evidentemente no compensa. Ahí está John Ashbery, al que podemos dejar como poeta dudoso -respecto a enfrentar sus ·no se entiende·, por lo menos-.

Con los poetas jóvenes el asunto es más cornudo: ahí están Julieta Valero o Mariano Peyrou. ¿Les dedicaremos tiempo y empeño y rabia, cuando tenemos a tantos otros poetas [consagrados?] con sus ·no se entiende· bien puestos? Mmmm.

Poco nos importa -como lectores de poesía- que Stevens sea prestigioso y su influencia -como antes la de Pound- esté guiando a los poetas actuales. Es
-si acaso- una garantía de que no estamos enfrentado los ·no se entiende· de un poeta desconocido, cuyos ·no se entiende· quizá nunca se entiendan, y, aunque llegáramos a entenderlos, la ganancia poética sería nula. 

Uno (casi) odia los consejos, tanto darlos como -sobre todo- recibirlos. 

No se trata, así, de un consejo, sino de una ¿apreciación? Los poemas/poemas
-no hay tantos como parece- no se dejan saquear; cuando se los lee buscando un beneficio (¿cual?) inmediato, en cualquier sentido, se cierran en banda. Quieren amantes, enamorados, merodeadores. Como la mismísima verdad. 

Si un poema no se entrega enseguida, no es asunto del poema ni del poeta.
Un poema/poema es un ser de altísima dignidad, casi como la de las princesas clásicas, de las que se decía que podían sentir la rotación del planeta.

Rechazan con ofensa cualquier interés espurio: los poemas han conocido y tenido trato con Dante, con Emily Dickinson, con Giuseppe Ungaretti, con Joaquín Orlando Giannuzzi o con Marosa di Giorgio. 

Así que pongámonos en nuestro sitio antes de [atrevernos] a mirarlos a los ojos.

n.b. en el contexto de una página, poner a cualquier precio el original sobrecarga mucho cada poema, salvo que lo pongamos en letras minúsculas y separando sin separar sus versos.
Como nuestras páginas son -en general- una manera de tratar mejor a ciertos poetas y sus poemas que ya suelen estar publicados en las entradas del blog -allí sí con el imprescindible original-, va ser conveniente que no nos pongamos puristas y colguemos solo la traducción -con más
de una versión en español si es preciso-. 

Poetry is the subject of the poem,

From this the poem issues and

To this returns. Between the two,

Between issue and return, there is

and absense in reality,

Thing as they are. Or so we say.

La poesía es el tema del poema,

de esto nace el poema y

a esto vuelve. Entre ambos extremos,

entre origen y retorno existe

una ausencia de realidad,

las cosas son como son. O así parecen serlo.

el hombre de la guitarra azul, XXII: traducción de alberto girri

de la superficie de las cosas

 

I

En mi cuarto, el mundo está más allá de mi comprensión; 
Pero cuando camino veo que consiste en tres o cuatro colinas y una nube.

II

Desde mi balcón, examino el aire amarillo, 
Leyendo donde he escrito 
‘La primavera es como una mujer que se desviste’

III

El árbol dorado es azul 
El cantante se ha echado su capa sobre la cabeza. 
La luna está en los pliegues de su capa.

harmonium: traducción de jenaro talens

el vaso de agua

Que el vaso en el calor se fundiría

Y que el agua en el frío se volvería hielo,

Demuestran que este objeto es tan sólo un estado,

Uno de muchos, entre dos polos.

También lo metafísico posee esos dos polos.

El vaso está en el centro. La luz

Es un león que ha bajado a beber. Allí,

Y en ese estado, el vaso es una charca.

Tiene rojos las garras y los ojos

Cuando la luz desciende a humedecer su quijada

espumosa.

Y en el agua se mueve la cizaña arrancada.

Y allí y en otro estado –los reflejos,

La metaphysica,  la zona plástica de los poemas,

Estallan en la mente. Pero, gordo Jocundo,

Que no te inquieta el vaso sino el centro.

En el centro de nuestras vidas, este tiempo y día,

Es un estado, primavera entre políticos

Que juegan a las cartas. En un pueblo de indígenas

Uno quisiera descansar. Entre perros y estiércol

Seguiría luchando con las propias ideas. 

poesía: imaginación y realidad

Stevens es un poeta de ideas, las que buceaban en las relaciones entre imaginación y realidad, así como entre conciencia y mundo.

Para Stevens, imaginación no es equivalente a conciencia, tampoco realidad se identifica con el mundo externo más allá de nuestra

mente.

La realidad es producto de la imaginación, que conforma el mundo. Así, la realidad es una actividad, no un concepto estático.

Para dar sentido al mundo es preciso elaborar un punto de vista a través de un ejercicio de la imaginación.

Pero no se trata de un esfuerzo filosófico, sino del apasionado compromiso de otorgar a las cosas un orden y un significado.

Stevens sugiere que vivimos inmersos en una tensión entre las formas, a través de las cuales establecemos el mundo y las ideas

ordenadas que nuestra imaginación propone.

El mundo nos influye en toda esfera de actividad:

 

«El vestido de una mujer de Lasa

en su lugar,

es elemento invisible de ese lugar

ya hecho visible.»

 

[Collected Poetry and Prose.]

 

En su ensayo El valor de la imaginación (Imagination as Value), afirma:

«la verdad parece ser aquello que vivimos en conceptos de imaginación antes de que la razón los haya fijado».

La imaginación es el mecanismo a través del cual inconscientemente conceptuamos las estructuras vitales, mientras que la razón

es la forma en que elaboramos conscientemente dichos esquemas.

Este proceso de correspondencia o abstracción lírica

 

«Yo tenía tres mentes,

como un árbol

en que hubiera

tres mirlos.»

 

es explicado por su traductor al español, Andrés Sánchez Robayna:

«De la herencia romántica y simbolista toma Stevens gran parte de sus motivos e imágenes para llevarlos a una zona de abstracción

y de teoría que ha venido considerándose (extrañamente) como la parte más enigmática y compleja de su obra.»

anécdota de hombres por millares

 

El alma, dijo, está compuesta

del mundo exterior.

Hay hombres del Este, dijo,

que son el Este.

Hay hombres de una provincia

que son esa provincia.

Hay hombres de un valle

que son ese valle.

Hay hombres cuyas palabras

son como los sonidos naturales

de sus lugares,

como la cháchara de los tucanes

en el lugar de los tucanes.

La mandolina es el instrumento

de un lugar.

¿Hay mandolinas en las montañas occidentales?

¿Hay mandolinas en el claro de luna septentrional?

El vestido de una mujer de Lhassa,

en su lugar,

es un invisible elemento de ese lugar

hecho visible.

 

harmonium: traducción de alberto girri

metáforas de un magnífico

Veinte hombres cruzando un puente,

Hacia una aldea,

Son veinte hombres cruzando veinte puentes

Hacia veinte aldeas,

O un hombre

Cruzando un puente hacia una aldea.

Esta vieja canción

No se declarará…

Veinte hombres cruzando un puente.

Hacia una aldea,

Son

Veinte hombres cruzando un puente

Hacia una aldea

Aquello no se declarará

Sin embargo es cierto como significado.

Las botas de los hombres golpean

Sobre las tablas del puente.

La primera pared blanca de la aldea

Aparece entre los árboles frutales

¿En qué estaba pensando?

Así se fuga el significado.

La primera pared blanca de la aldea…

Los árboles frutales…

nota

El poema explora la diferencia entre la visión independiente de sus diversos
focos: veinte hombres, un solo puente, un pueblo; veinte pueblos; o un
hombre, un puente, un pueblo (por un lado)- y la experiencia vivida inmediata:
las botas, las tablas, la primera pared blanca de la aldea se levanta a través
de los primeros árboles frutales (por el otro).

La preferencia de Stevens es por la experiencia vivida inmediata.

Magnifico puede ser uno de esos hombres que cruzan el puente, pasando de verse a sí mismo y al mundo desde diversas perspectivas externas al punto de vista en primera persona (“¿En que estaba pensando”?). Lo que explícitamente
no se declara es la experiencia subjetiva, y sin embargo, se declara a través
de la acción del poema.

Los significados que permiten la descripción objetiva del mundo no se declaran
a sí mismos, y sin embargo, el poema termina con ellos en una reducción
-que es una usurpación de lo subjetivo-.

[Un tal] Buttel cita el poema para apoyar su afirmación de que Stevens tiene la capacidad de los cubistas ‘para ver diferentes perspectivas de un objeto
a la vez: “Hay que asimilar la multiplicidad, escribe acerca de los diversos
cruces de puentes “, así como el espectador de la pintura de Duchamp debe asimilar la fragmentación y la multiplicidad del Desnudo bajando la escalera “. 

La nota, como muchas de las que se escriben sobre poemas, no tiene ningún valor por sí misma, hasta es posible que más bien
vaya contra lo que Stevens quiso decir. 

Solamente destripa el poema, pero no como un cirujano, sino
que corta aquí y allá, sin más. 

La hemos colgado para que cumpla su única función posible: demorarnos sobre las imágenes, repetirlas sin apoyarnos en las palabras de Stevens, escuchar a alguien que opina sobre algo
que no conoce. 

El sentido o el significado del poema, si lo tiene, será solo nuestro, personal: ningún otro nos servirá si queremos que el poema se entregue.

harmonium: traducción de hernán galilea

anécdota de la jarra


Coloqué una jarra que era redonda

Sobre una colina en Tenesí.

Hizo que la maleza silvestre

Rodeara esa colina.

.

La maleza subió hasta ella,

Y se tendió a su alrededor, ya no era silvestre.

La jarra era redonda sobre la tierra

Y alta y como un puerto en el aire.

.

Dominó por todos lados.

La jarra era sencilla y gris.

No dio ni pájaro ni arbusto,

Como nada más en Tenesí.

anécdota de la jarra

Puse una jarra en Tennessee,

Y era redonda, sobre una colina.

Hizo que el yermo agreste

Rodeara la colina.

Tendido a la redonda, y ya no inculto,

El yermo subió hasta ella.

La jarra era redonda sobre el terreno

Y alta y con cierto porte en el aire.

Hizo su señorío en todas partes.

La jarra era vacía y gris.

No daba pájaro ni arbusto,

Como ninguna cosa en Tennesse

 –

traducción de miguel ángel flores

traducción de josé luis rivas

después de transcribir estas dos traducciones, hemos encontrado casualmente una de alberto girri. Veamos. No borramos las ya colgadas para apreciar -si se dan- las diferencias entre ellas: 

La traducción de Girri, a su vez, es comentada por Villanueva (2003)

La paráfrasis de Girri:

«Este poema ha sido explicado como un intento del autor de introducir
el tema de la interacción mutua, el efecto de un objeto sobre lo que lo rodea, y viceversa.

En la “anécdota”, el objeto es un cántaro, algo que no es solamente una forma en sí misma sino que también crea formas en lo que circunda.

La imaginación, actuando sobre la realidad, provoca ese estado.
Pero a la vez, lo que funciona es un anhelo de orden, derivado de la necesidad mutua de los elementos que entran en juego: el cántaro,
firme, gris y desnudo sobre la colina, y el yermo, despojado de
matorrales y de pájaros.

No hace falta agregar que la forma del poema es tan ceñida, austera
y seca como los materiales que en él entran; y otro tanto de la dicción,
una especial sugerencia extraída mediante muy escasas palabras.»

anécdota del cántaro


Puse el cántaro en Tennessee,
Y era redondo, sobre una colina.
Hizo que el hirsuto yermo
rodeara esa colina.

El yermo ascendió hasta él,
y extendiose en torno, ya no más inculto
El cántaro era redondo sobre la tierra
y alto y de cierto porte en el aire.


Y tomó posesión por todas partes.
El cántaro era gris y desnudo.
No daba ni pájaro ni arbusto,
como ninguna otra cosa en Tennessee.

traducción de alberto girri

después de las traducciones de la anécdota de la jarra o del cántaro [en tenesí] contamos con una traducción privilegiada, la de juan josé saer. 
Incluso alguno de los comentarios que se hacen de la traducción pueden sernos útiles. 

la casa estaba tranquila

y el mundo en calma

La casa estaba tranquila y el mundo en calma.
El lector se transformó en el libro, y la noche de verano

fue como el ser consciente del libro.
La casa estaba tranquila y el mundo en calma.

Las palabras fueron dichas como si no hubiera habido libro
a no ser por el lector inclinado sobre la página,

Buscando inclinarse, buscando ser todavía más
El estudioso para quien el lector es verdadero,
 para quien

La noche de verano es como una perfección del pensamiento.
La casa estaba tranquila porque así tenía que ser.

La quietud formaba parte del sentido y parte de la mente :
El acceso de la perfección a la página.

Y el mundo en calma. Lo verdadero en un mundo en calma
en el que no hay otro significado, es en sí mismo

Calma, en sí mismo verano y noche, en sí mismo
El lector inclinado y leyendo hasta tarde allí.

traducción de juan josé saer

comentarios de la traducción: daniel balderston

   the house was quiet and the world was calm.

The house was quiet and the world was calm.
The reader became the book; and summer night

Was like the conscious being of the book.
The house was quiet and the world was calm.

The words were spoken as if there was no book,
Except that the reader leaned above the page,

Wanted to lean, wanted much most to be
The scholar to whom his book is true, to whom

The summer night is like a perfection of thought.
The house was quiet because it had to be.

The quiet was part of the meaning, part of the mind:
The access of perfection to the page.

And the world was calm. The truth in a calm world,
In which there is no other meaning, itself

Is calm, itself is summer and night, itself
Is the reader leaning late and reading there.

Saer tradujo al menos nueve poemas de Stevens, algunos con más de una versión. El poema tiene 8 estrofas; la construcción sintáctica de las estrofas 4 y 8 es especialmente difícil, así como la mezcla (frecuente en la poesía de Stevens) entre una materialidad de la experiencia y de la reflexión abstracta.

Hay hasta una construcción algo agramatical [wanted much most to be]. Del último verso, el traductor hizo dos versiones: una inicial que dice «El lector inclinado hasta tarde y leyendo allí», y la segunda: «El lector inclinado y leyendo hasta tarde allí», con su énfasis mucho más fuerte en el adverbio final.

Saer prefiere no repetir el verbo en el título del poema y en su primer verso, que en el original es: «La casa estaba tranquila y el mundo [estaba] en calma».

Se añade, al comentar la traducción, lo que es ya una nota: «El poema sirve entonces para marcar la relación entre experiencia, representación, lectura y experiencia, una vuelta completa.

El poema forma parte de esa relación circular y define como real, y como abstracción hecha real en la página, el esfuerzo del lector.

Abstracción, libro, lector, adquieren connotaciones específicas: Saer lector está «inclinado y leyendo hasta tarde allí» : ha hecho suyo el poema, y le sirve para avanzar en su escritura.

el vidrio índigo en la hierba, otra traducción de saer

el vidrio índigo en Ia hierba

¿Qué es lo real— 

esta botella de vidrio índigo en la hierba,

o el banco con la maceta de malvones, el colchón

manchado, y el mameluco húmedo secándose al sol?

¿Cuál contiene, verdaderamente, al mundo?

Ni uno solo, ni los dos a la vez.

traducción de juan josé saer

una breve reseña nos dice:
Acerca de este poema, comenta el poeta Alberto Girri en el libro Poemas (Wallace Stevens, Williams Carlos Williams, Robert Lowell. Ed. Corregidor, 1980): (…) » ‘El hombre de nieve’ pertenece a Harmonium, un libro que abunda en ascéticos poemas sobre la vacuidad; (…).
Encarna el espíritu invernal, mira la realidad imbuido de ese espíritu,
y su conclusión es que está contemplando una nada que no está allí
y la nada que está.
 
Una nada parecida a la de la abstracción matemática, más desalentadora aún que la que persiguieron otros grandes poetas, ‘más vacía que la oscuridad y la privación de Eliot (…)’.
En poemas de este tipo, Stevens se preocupa de que el que habla responda anímicamente a lo que el paisaje de la estación sugiere.
 
En ‘El hombre de nieve’, el dominio del invierno en su plenitud es absoluto, y la imaginación y la mente caen bajo ese dominio.
Ningún cambio las distrae, ni siquiera son distraídas por sugerencias humanas, y observan el paisaje en un estado de paralelismo entre
lo interno y las condiciones del mundo exterior, un mundo que es cambiante por definición pero que en ese instante del invierno que
el poema quiere expresar ha alcanzado la inmovilidad de lo eterno.»

el hombre de nieve

Se debe poseer un espíritu de invierno
Para observar la escarcha y las ramas
De los pinos encostrados de nieve;
Y haber tenido frío durante largo tiempo
Para contemplar los enebros erizados de hielo,
Los rudos abetos en el distante resplandor

del sol de enero; y no pensar
en ningún dolor en el sonido del viento,
en el rumor de unas pocas hojas,

que es la voz de la tierra
llena del mismo viento
que sopla en el mismo desnudo paraje

para el que escucha, el que escucha en la nieve,
y, nada en sí mismo, contempla
esa nada que no está allí y la nada que está.


traducción de alberto girri

traducción de alberto girri

el hombre de nieve


Uno debe tener un ánimo de invierno
Para considerar la escarcha y las ramas
De los pinos encostrados por la nieve;

Y haber tenido frío un largo tiempo
Para contemplar los enebros enmarañados con hielo,
Los abetos, agrestes en el brillo lejano

Del sol de enero; y no pensar
En ninguna aflicción en el sonido del viento,
En el sonido de unas pocas hojas,

Que es el sonido de la tierra
Llena de ese mismo viento
Que sopla en el mismo desnudo lugar

Para el oyente, el que escucha en la nieve,
Y, en sí mismo nada, contempla
La nada que no está allí y la nada que está.

traducción de jorge aulicino

traducción de jorge aulicino