20 poemas de
20 poetas
álvaro mutis
allen gingsberg
pablo garcía casado
jorge boccanera
vicente gallego
ángel petisme
carlos barbarito
gloria fuertes
david gonzález
gregory corso
jo shapcott
jack kerouac
william bronk
carlota caulfield
miguel labordeta
alberto szpunberg
amelia biagioni
don deLillo
bernardo atxaga
david herbert lawrence
1-
–
lied marino
–
–
Vine a llamarte
a los acantilados.
Lancé tu nombre
y sólo el mar me respondió
desde la leche instantánea
y voraz de sus espumas.
Por el desorden recurrente
de las aguas cruza tu nombre
como un pez que se debate y huye
hacia la vasta lejanía.
Hacia un horizonte
de menta y sombra,
viaja tu nombre
rodando por el mar del verano.
Con la noche que llega
regresan la soledad y su cortejo
de sueños funerales.
–
–
álvaro mutis
2-
–
registro de un sueño: 8 de junio, 1955
–
–
Una noche de borrachera en mi casa con un
muchacho, San Francisco; Yo yacía dormido:
oscuridad.
Fui de vuelta a ciudad de México
y vi a Joan Burroughs inclinada hacia
adelante en una silla del jardín, los brazos
apoyados sobre sus rodillas. Me estudió con
ojos claros y boca abatida, en su
cara había recuperado una magnífica belleza
que el tequila y la sal habían hecho extraña
antes de recibir la bala en la frente.
Hablamos de la vida desde aquel tiempo.
¿Bueno, qué está haciendo ahora Burroughs
Bill en la tierra, está en Africa del Norte.
¿Oh, y Kerouac? Jack todavía colea
con el mismo genio beat que antes,
libros de notas llenos de Buda.
Espero que lo logre, rió ella.
¿Está Huncke en la trena todavía? No,
la última vez le vi en Times Square.
¿Y cómo está Kenney? Casado, borracho
y dorado en el Este. ¿Y Tú? Nuevos
amores en el Oeste—
Entonces supe
que ella era un sueño: y la interrogué
—¿Joan, qué clase de conocimiento tienen
los muertos? ¿podéis amar aún
a vuestros conocidos mortales?
¿Qué recuerdas de nosotros?
Ella
se desvaneció ante mí—El instante siguiente vi
su lápida manchada por la lluvia
detrás un epitafio ilegible
bajo la retorcida rama de un pequeño
árbol entre la hierba salvaje
de un jardín que nadie visita en México.
–
–
.
allen ginsberg
3-
–
las afueras
–
–
por más que se extiendan las ciudades hasta juntarse
unas con otras por más desengaños que el sexo la muerte
o las oposiciones nos deparen quedarán siempre las afueras
–
la oscuridad de los polígonos industriales la ineficacia
el ministerio de obras públicas por más que se empeñen
colectivos ciudadanos asociaciones de vecinos seguirán
–
amaneciendo los restos del amor en las afueras
–
–
pablo garcía casado
4-
–
manual de convivencia
–
–
Mis vecinos son sanos,
tienen el paso elástico y recortan el césped los domingos.
pero yo no conozco a mis vecinos.
.
Tengo mi casa aquí,
pinté verde la verja, la pared blanca,
pero no los conozco.
Los supongo educados,
Eso se ve en el moño que corona sus bolsas de basura.
.
Mis vecinos son sanos,
tienen un perro largo que arrastra las orejas,
y un jardín de candados.
.
Tengo mi casa aquí, puse una piedra, planté una veranera,
pero no los conozco.
Cada mañana escucho el golpe del periódico contra sus puertas de metal.
.
Estoy viendo mi casa. Si le prendiera fuego,
un curioso quizá se acercaría.
Pienso en mi casa, tal vez si la quemara
este barrio sería más amable.
–
–
jorge boccanera
5-
–
maneras de escuchar un blues
–
–
A Eloy Sánchez Rosillo
.
Es hermosa esta noche de verano,
aunque no más hermosa
que cualquier otra noche de verano.
Es hermosa esta noche en que estoy solo,
y fumo, y he dejado
en penumbra la casa mientras suena
un dulce y triste blues,
un blues tan triste y dulce como otros.
Nada en mí, ni en la noche, ni en la música,
se diría especial, y sin embargo
existe algo muy hondo en esas cosas
que parecen sencillas:
una extraña grandeza que no acaba
de ser exaltación, tragedia, paz,
pero que es todo eso, y es también
un sentir claramente
que para que esto ocurra ha sido necesario
apurar estos años, acumular recuerdos,
haber ganado
y haber perdido tantas cosas.
Para que este piano suene así,
para temblar así con esta música,
ha sido necesario
ir llenándola poco a poco
de belleza y de daño, ir llenándola
con nuestra propia vida, para que se parezca
a nuestra propia vida, y suene así:
tan insignificante
y tan grande, tan triste, tan hermosa.
–
–
vicente gallego
6-
–
amor y cartografía
–
–
A Ulises, a Simbad, a Marco Polo
he preguntado desesperadamente;
a los dioses errantes, a todos los vagabundos del amor.
A Cyrano, a Stephen Dedalus, a Gulliver
he preguntado desesperadamente.
a los cíclopes, lestrígones y litófagos,
a todos los cautivos de los vientos solares.
A Sinuhé, al Barón de Münchausen, a John el Largo,
a replicantes, soñadores y malditos,
he preguntado desesperadamente
por el camino de vuelta
del País de los Muertos,
pues en vida se me olvidó decirte,
con las prisas y los atropellos,
que tú eres la más preciosa de la tierra,
el más bello animal –y no Ava Gadner-,
la piedra alucinada y el séptimo sentido.
–
Ni el vellocino de oro, ni el Grial, ni los filtros de Circe,
ni todos los Paraísos Prometidos,
te llegan a la altura del botín,
y -¡tiemblo al recordarlo!-
si volviera a la Vida, si cruzara el espejo,
(siquiera unos minutos),
no me demoraría en zambullirme por tu respiración,
y en buscar por tu piel todas las latitudes,
las benéficas olas, los mapas de la memoria.
–
Se me olvidó decirte
con las prisas y la fugacidad,
que no hay más viaje, ni más camino, ni más sol
que tú, tu juventud, tu compromiso, tu sinceridad.
–
–
ángel petisme
-7
–
diario de abril
–
–
Atardece, el viento penetra por debajo de las puertas
y, en las terrazas, las ropas danzan la triste música del otoño.
Veo a dos adolescentes acariciarse en un banco de estación,
ella tiene los ojos azules y él la aprieta contra su pecho.
Después, ¿buscarán una habitación
y se desnudarán el uno al otro y en silencio, la luz de una lámpara?
–
¿Qué es el viento? ¿Quién es que me llama por mi nombre de viajero?
¿Qué soy, quién soy que me miro en el espejo y no me reconozco?
Y la respuesta que tarda en llegar,
y mi hijo que duerme su sueño de invertebrado en el vientre de la desconocida,
ahora que estoy solo, en otoño, y ningún pájaro me sobrevuela.
–
–
carlos barbarito
8-
–
lamento en la montaña
–
–
Aún te veo, río de mi vida,
con los ojos que miran las montañas.
–
Yo era una montaña con almendros
montaña solitaria.
Y viniste alegre con tu canto
y me besaste toda con tu agua.
Me dejaste inquietud para la noche
y el alma enamorada.
–
Aún te veo, río de mi vida,
en la curva lejana,
te vas cantando más entre los chopos,
te vas cantando más que en tu llegada.
Y yo,
paralítica montaña;
inmóvil te recuerdo,
enferma de volcanes, alocada,
espero tu regreso, río loco,
que pasaste besando
mi cuerpo de montaña.
Tuviste que seguir tu destino de río,
y yo el mío triste de tierra amontonada.
–
Me dice el viento que vas al mar,
Te sigo río mío, con los ojos,
Te sigo río mío con los ojos,
ya que no puedo seguirte con las plantas.
Soñé… te quedarías a mi lado,
como un lago sin cisnes,
para siempre,
acunando mi ansia.
Qué locura más loca
enamorarse de un río una montaña!
–
–
gloria fuertes
9-
–
poeta hablando ante sí mismo
en el espejo
–
–
Sí, Soy yo
Esta caza de mí
se ha transformado en algo evidentemente absurdo
creyendo que cuando yo
era perseguido
no sólo me encontraría a mí mismo
sino también a todo un rebaño de yoes
yoes pasados, yoes futuros
un carro cargado de ellos
y todos estos años
y adónde he llegado
en este punto del tiempo
éste no es el mismo espejo
que contemplé hace años
–
Es el espejo que cambia
nunca el pobre Gregory
–
¡Hey!, en la vida
Donde fui, fui
Donde me detuve, me detuve
Cuando hablé, hablé
Cuando escuché, escuché
Lo que comí, comí
Lo que amé, amé
–
Pero que puedo decir acerca de
adonde fui, no fui
adonde me detuve, continué mi camino
cuando hablé, escuché
cuando escuché, hablé
cuando ayuné, comí
y cuando amaba…
no deseaba odiar
–
Ahora veo a las personas
como las ve la policía
–
También veo a las monjas del mismo modo
en que veo a los hare-krishnas
–
No tengo representante
me disgusta la idea de un poeta con representante
sin embargo Ginsy y Ferli, tienen uno
y hacen pilas de pasta con ellos
se vuelven más famosos también
Quizás debiera contratar un representante
Wow!
De ningún modo, Gregory, quédate
En la cercanía
.
–
gregory corso
-10
–
el rompeolas
–
–
mi padre
se levanta temprano cada mañana
para ir a nadar
para ir a nadar
a la piscina municipal en invierno
y a la del mar cantábrico en verano
–
él se cree que así
me comenta mi madre, escéptica
no se va a morir nunca
–
desde la ventana del estudio
donde me encierro a escribir
desde por la mañana temprano
y durante las cuatro estaciones
puedo ver la playa de mi padre
la arena que está pisando
y si tuviese a mano unos prismáticos
y forzara un poco la vista
podría, incluso, verle a él
–
hace tiempo, años, que no le veo
ni hablo con él
ni siquiera por teléfono
—
pero cuando luego
retiro mi frente del cristal
y acerco la silla
apoyo los codos sobre la mesa
y empiezo a escribir
lo hago con la confianza
y seguridad
del que se sabe
con las espaldas protegidas:
–
su padre está ahí afuera,
nadando
–
y no se va a morir nunca.
–
–
david gonzález
11-
–
la vaca loca enamorada
–
–
Quiero ser un ángel y en verdad pienso
que con mi mente estoy llegando a ello,
empequeñeciendo cada día hacia la limpieza,
el tamaño de un cerebro de cría animal.
El problema es que quiero que seas tú también un ángel
─y eso quiero más que nada. Es una
de esas demandas que no puedo presentar porque sí,
en las noches, cuando estamos leyendo diferentes periódicos,
tú ojeando tus páginas y yo las mías buscando algo
de que hablar, que haga que las bocas sonrían, que se rocen las rodillas,
algo que en todo este asesinato y caos que dispare el amor.
Me dices que estás buscando noticias sobre el yo.
¿Quieres ser un ángel? Sé ya
la respuesta y es medicina pura.
Pero piensa en todos los tipos que hay, tantos
como grados distintos de alcanzar
el bien. Podrías alejarte sin
buscar el alma en todos esos lugares,
hoy al menos, mejor que no lo sepas.
Y los ángeles tienen variedad en sus trabajos:
te quedaría el puesto de adoración perpetua
o de mensajero divino pero para ti me gusta
el gobierno de las estrellas y todos los elementos.
Te conozco lo bastante como para elegir, tras este tiempo
como corresponsal extranjero tras la pista de quién eres,
buscando titulares: tu última cogida, la comida
que tiraste, tus acercamientos estratégicos
para vivir la hora siguiente. No quise decir,
sin embargo, nada de eso. Te quiero terrestre,
incluyendo todos los terrores globales y los daños
que sobrevendrían cuando cayéramos de espaldas
al mundo del cuerno y la pezuña.
–
–
jo shapcott
12-
–
himno
–
–
Y cuando me mostraste el puente de Brooklyn
por la mañana
¡oh Dios!
Y la gente resbalando sobre el hielo de la calle,
dos veces,
dos veces,
dos personas diferentes
cruzan, yendo a trabajar,
tan dispuestas y confiadas,
abranzando su piadoso
Daily News mañanero
resbalan en el hielo & caen
ambas dentro de 5 minutos
y yo lloro, lloro
Eso es cuando me enseñas las lágrimas, ¡Ah
Dios! por la mañana,
¡Ah, tú!
Y yo apoyándome en el farol sollozando
ojos,
ojos,
nadie sabe que lloro
o no se preocupan de nada
pero ¡Oh! vi a mi padre
y la madre de mi abuela
y las largas filas de sillas
y lágrimas sentadas y muertas,
¡Ay de mí!, sé Dios que
tenías planes mejores que ése
Así que cualquier plan que tengas para mí
Extrema majestad
Haz que sea corto
breve
Haz que sea enérgico
llévame a casa a la Madre Eterna
hoy
A tu disposición de cualquier modo,
(y hasta entonces)
–
–
jack kerouac
13-
–
pensé que era harry
–
–
Disculpe. Pensé por un momento que usted era alguien que conozco.
Me suele suceder. Una vez en el teatro de la plaza
cuando aún se encontraba allí, volví la cabeza
mientas las luces se encendían y me vi allí con una joven
y otra pareja. Fuera en el vestíbulo miré al hombre
y él miró hacia otra parte. No le resultaba conocido.
Bueno, como dicen, es cosa de dos, y de todas formas no sé qué
caso hubiera tenido. ¿Sabemos quiénes somos,
piensa usted? Los niños parecen saberlo. Una vez pregunté
a una niña pequeña. Dijo que había estado enferma. Dijo
que se veía diferente y se sentía diferente. Yo dije,
“Tal vez no eras tú”. ¿Cómo lo sabes?”
“Sí, yo era yo”, dijo ella, “sé que lo era.”
.
En parte ya no me preocupa
o no como antes. No soy nadie más
y nadie al fin y al cabo. Todo el resto
lo ignoro. No sé nada.
Me golpeó. Pensé que era Harry cuando lo vi
y pensé: “le preguntaré a Harry”. Sin embargo
no creo que él sepa. No es que me confunda.
No quiero decir eso. SI alguien apareciera y dijese,
“Pregúnteme”, no sabría ni por donde empezar.
Ni siquiera tengo preguntas. Es la forma en que me desvanezco
como si yo fuera la persona de una foto instantánea puesta a la luz.
Y el entorno se borra como si despertáramos
en el crepúsculo equivocado y las cosas se volvieran oscuras y grises
cuando las esperábamos más nítidas. De lo real
cada vez menos. No hay punto fijo. Las preguntas fijan
un punto, como las respuestas. Las cosas se mueven otra vez
y sólo queda apartarse. Estaba equivocado:
deberíamos prescindir de preguntas y respuestas
y todo lo que aprendemos es cuán sonora resulta nuestra ignorancia.
Eso es lo que quería decirle a Harry.
Usted se le parece. Gracias de todas formas.
–
–
william bronk
-14
-
la mente no es más que
un mono loco - - Proverbio de la India - Anders Gezelius pintor sueco del siglo XIII tituló uno de sus autorretratos "Mi cara original, antes de que mis padres nacieran." - La expresión del artista está siempre comenzando a formarse en el lienzo. El cuadro es a cada momento un nuevo cuadro y nadie ha podido ver la misma cara dos veces. - - Acabo de ver la obra en Estocolmo, pero lo que en realidad he visto ha sido mi cara dentro de mí con mi mente de principiante. - - De Gezelius se dice que era un ángel.
-
–
carlota caulfield
15-
–
retrospectivo existente
–
–
Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.
–
Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican dónde fueron mis minutos,
y aunque torturo los espejos
con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años
o quizá de muerto,
nadie,
nadie me dice dónde estuvo mi voz
ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,
mientras los otoños sedimentaban
de pálidas sangres
las bodegas del Ebro.
–
¿En qué escondidos armarios
guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de nieve nocturna atormentada?
¿Por qué vertientes terribles se despeñan
los corazones de los viejos relojes parados?
¿Dónde encontraremos todo aquello
que éramos en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la Vida
era tan sólo
una dulce campana enamorada?
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro ni un solo minuto mío,
ni una sola mirada en los espejos
que me diga quién fui yo.
–
–
miguel labordeta
-16
–
merkell, el matemático,
desmonta las matemáticas
–
–
Un hombre, el más solo de los solos, ¿es sólo el más
solo de los solos? ¿es sólo un hombre solo?
en la boca del hambriento, por ejemplo, un día + otro
día no son dos días sino una eternidad
menos un bosque, aunque bajo la lluvia, sobre
todo en otoño, cale hasta los huesos la tristeza
una lluvia + los charcos entre las hojas + el camino de
tierra que lleva hacia otros pueblos no son tres
sino el mismo otoño del que hablaba
cosecha,
cinco son los libros pero son uno y caben en una sola
mano cuando ésta se abre como un libro
la raíz cuadrada de un roble padece por cada hoja
arrancada y se abraza a la tierra desesperadamente
hasta engendrar nuevos robles donde ya se oyen
cantar los pájaros que se van siempre por las
ramas,
no es lo mismo restar horas que la última hora o
dividir de un solo golpe los pocos dientes que aún
sonríen
dividir para gobernar no es dividir ni gobernar
cuando amar es crecer y multiplicarse
¿qué receta es la distancia más corta entre un pájaro y
un suspiro, entre una vocal y una consonante,
entre mañana y lo que vendrá?
nunca alcanzan los dedos para contar ni un solo
segundo de sufrimiento
pero hasta el mismo infinito siente envidia de un
corazón que ríe.
–
–
alberto szpunberg
17-
–
la ventana
–
–
Procura vivir de suerte
que al final de la partida,
saques de la muerte vida.
(Anónimo)
.
Una ventana y nada más quisiera,
un fervoroso prólogo del vuelo,
que me instara a subir, con el modelo
de lo que se remonta en primavera.
–
Me bastaría sólo esa ligera
interrupción de muro y desconsuelo
para desvanecerme por el cielo
clara, sonora, libre, verdadera.
–
De tanto que la sueño, una mañana
encontraré en mi cuarto a la ventana
llamándome con luminoso grito.
–
Desde que se abra, viviré de suerte
que me sorprenda el plomo de la muerte
volando en mi retazo infinito.
–
–
amelia biagioni
-18
–
el misterio en mitad de una vida ordinaria
–
Personajes
–
MUJER
HOMBRE
.
–
Un HOMBRE y una MUJER en una habitación.
.
MUJER: Estaba pensando en lo extraño que es esto.
HOMBRE: ¿El qué?
MUJER: Que la gente sea capaz de vivir junta. Días y noches y años. Pasan cinco años.
¿Cómo lo hacen? Diez, once, doce años. Dos personas haciendo una sola vida.
Compartiendo diez mil comidas. Hablándose el uno al otro, cara a cara, a cara descubierta.
Todas esas palabras que llenan la casa. ¿Qué se dice la gente a lo largo de una vida?
Están atrapados en la sintaxis del otro. La misma voz. Esa aburrida repetición tonal.
Te voy a decir algo.
HOMBRE: Me vas decir algo.
MUJER: Aquí mismo tenemos el misterio. Las personas que habitan tras los muros
de la casa marrón de al lado.
¿Qué se dicen y cómo sobreviven? Todo ese dialogo ocioso. La nasalidad. La banalidad.
Estaba pensando en lo extraño que resulta. ¿Cómo lo hacen, noche tras noche, todas esas noches,
esas palabras? ¿Cómo lo hacen los pocos que lo hacen y sobreviven?
HOMBRE: Hacen el amor. Preparan ensaladas.
MUJER: Pero tarde o temprano tienen que hablar. Eso es lo que destruye el mundo.
Quiero decir, ¿no es desgastante sentarse y escuchar a la misma persona todo el tiempo,
sin razón, sin coincidencias? Palabras que se alejan. Las pausas. Las frases.
¿Cuántos miles de veces se puede mirar el mismo rostro cansado y ver como comienza abrirse la boca?
Hasta entonces todo había ido bien. Todo acontece cuando abren sus bocas. Cuando hablan.
[Pausa]
HOMBRE: Aún no me he curado de este catarro.
MUJER: Tómate eso que tomas.
HOMBRE: Las pastillas.
MUJER: Las tabletas.
[Pausa]
HOMBRE: Ha sido un día largo.
MUJER: Un día largo.
HOMBRE: Una buena noche de sueño.
MUJER: Un día largo y lento.
[Se desvanece lentamente la luz]
Telón
.
–
don deLillo
–
–
las gaviotas
–
–
Todas las tardes
se reúnen las gaviotas
frente a la estación del tren:
Allí repasan sus amores.
–
En su libro de memorias
dos flores de sándalo:
una señala la página de los puentes,
otra la de los suicidas.
–
Y también guardan una fotografía
del mendigo que, hace tiempo, transportaba
los despojos del mercado.
–
Pero su pequeño corazón
-que es el de los equilibristas-
por nada suspira tanto
como por esa lluvia tonta
que casi siempre trae el viento,
que casi siempre trae el sol.
–
Por nada suspira tanto
como por el inacabable
(cabalé, cabalá),
continuo mudar
del cielo y de los días.
–
–
bernardo atxaga
–
–
los elefantes se aparean lentamente
–
–
El elefante, la enorme bestia antigua,
se aparea lentamente
encuentra una hembra, sin premura
esperan
–
la simpatía en sus vastos corazones tímidos
lenta, lentamente aparecer
mientras haraganean en las riveras
y beben y pacen
–
y rompen en pánico en el zarzal
boscoso con la manada
y duermen en silencio masivo, y despiertan
juntos, sin palabras.
–
Tan lentamente el gran corazón caliente del elefante
se llena de deseo,
y la gran bestia se aparea al fin en secreto,
escondiendo su fuego.
–
Son las bestias mas viejas y sabias
así que saben al fin
esperar el festín más solitario
para el banquete completo
–
No arrebatan, no arrancan;
su sangre masiva
se mueve como la marea, cerca, más cerca
hasta tocarse anegados.
–
–