la cosa hippie
Quizá Linda esté dentro de la estética, del estilo,
de la cosa hippie de la vida. Está hermosa de
rasgos excesivos: de nariz larga y de boca de tres
dimensiones, en la que puede ponerse hasta los dientes
versos sobre el álbum de fotos de una muchacha
Al fin sacaste el álbum, que, una vez
abierto, me dejó estupefacto. ¡Todas tus edades
en mate y brillo sobre las páginas negras!
Demasiado dulce, demasiado indigesto:
III
along the brittle treacherous bright streets
of memory comes my heart singing like
an idiot,whispering like drunken man
tregua
necesito pasear por la acera
en algun sitio
en una sombreada tarde
encontrar una mesa
fuera de un cafe
‘hace falta mucha desesperación, insatisfacción y desilusión para
escribir unos pocos buenos poemas… o incluso para leerlos’
Juliet y Mel
Sí, la vida está llena de muertos, de cadáveres,
de hombres y mujeres que mejor sería que
no hubiesen nacido, o que se hubieran muerto
al nacer, en vez de andar por el mundo quitando
la realidad y la vida
El fotógrafo de la vida nos ha puesto su indiscreta
ventana embocando una calle en blanco y negro
que, de pronto, al iniciar la curva, se colorea de
mujer y de otros colores menos importantes: dos
Ser
Con la frente como una bandera perdida
Te arrastro cuando estoy solo
Por calles heladas
Por cuartos negros
Proclamando infortunios
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…desdeñable como los fines de la vida que vivimos, sin que queramos
nosotros tales fines.
La mayoría, si no la totalidad, de los hombres vive(n) una vida desdeñable,
desdeñable en todas sus alegrías, y desdeñable en casi todos sus dolores, salvo en
el niño de la fotografía
No hay mucho que hacer en mi memoria.
Caminar una casa derribada a balazos,
atravesar arañas con palabras,
buscar viejos olores quemados por el viento.
Si puedo
Alguna Cosa ha entrado
dentro de algún verso que sé
que podré escribir y no
sé cuándo, ni cómo, ni qué,
mi mujer duerme del otro lado de la pared
La cama está fría, la tarde dejó restos
de niebla sin juntar en los jardines próximos.
Adentro estoy con la estufa diplomática
que difunde olas de calor amarillo diáfano.
Conocí a una mujer
Conocí a una mujer, amorosa hasta los huesos,
cuando los pajarillos cantaban, les devolvía el canto;
ah, cuando se movía, se movía a muchos lados:
¡las formas pueden ser un brillante recipiente!
s q
u a r
e
o n e
Tú tienes el control, ¿hay algún sitio al que quieras ir?
tienes el control, ¿hay algún lugar que quieras conocer?
El futuro está por descubrir
el espacio en el que estamos viajando
Con tres guijarros
Sigues conmigo, amiga, un día después de haber marchado.
Con tres guijarros he edificado, para mi amor, un sutil monumento
a orillas del torrente. Durará hasta el próximo deshielo.
bacante descansando
Esta mujer, una bacante, tal vez ha cometido
un exceso de turismo y ahora descansa
de pecho en pecho, equidistante –como todos-
de la vida y de la muerte.
Era mi dolor tan alto,
que la puerta de la casa
de donde salí llorando
me llegaba a la cintura.
Entierro en el este
Yo trabajo de noche, rodeado de ciudad,
de pescadores, de alfareros, de difuntos quemados
con azafrán y frutas, envueltos en muselina escarlata:
bajo mi balcón esos muertos terribles
XII.73
Decimos lo que decimos
para que la muerte no tenga
la última palabra.
Esfinges Suelen Ser
Una mano, dos manos. Nada más.
Todavía me duelen las manos que me faltan,
esas que se quedaron adheridas a la barca fantasma que me trajo
y sacuden la costa con golpes de tambor,
Amable Señor, Este Bosque
Amable señor: le voy a contar un juego antiguo
que jugábamos a los ocho y a los diez.
A veces, en La Isla, al sur de Maine,
a finales de agosto, cuando desde alta mar
Quiero morir
Quiero morir. No quiero oír ya más campanas.
La noche se deshace, el silencio se agrieta.
Si ahora un coro sombrío en un bajo imposible,
si un órgano imposible descendiera hasta donde.
II
al tocarte digo(ya que es Primavera
y de noche)«vayamos un poquito más allá
del último camino—hay algo por encontrar»
