robert hass: un cuadro de hopper
robert hass
¡Oh, qué tristeza inconsciente de serlo!
¡Qué desesperación que no sabe de sí misma!
Una mujer de negocios, su maleta deshecha en el suelo
sentada bajo el olivo de platón
marianne moore
suficiente
1969
¿Soy yo una fanática? Lo opuesto.
¿Y dónde me gustaría estar?
Sentada bajo el olivo de Platón
o apoyada en su viejo tronco grueso,
deja que el viento se lleve tus labios
leopoldo maría panero
primer amor
Esta sonrisa que me llega como el poniente
que se aplasta contra mi carne que hasta entonces sentía
sólo calor o frío
esta música quemada o mariposa débil como el aire que
nuestra ceguera oye el sonido del ojo al caer
juan gelman: valer la pena
el soplo
No se vive todos los días,
dijo el que fabrica juguetes.
Es decir: las casas bajas
y las flores rojas de Colima
oh, dolor, dolor, dolor, etcétera
ezra pound
el mensaje del señor housman
Oh dolor, dolor,
La gente nace y muere,
También nosotros moriremos pronto
Entonces actuemos como si
el tres llena de plata los triángulos
juan eduardo cirlot
67 versos en recuerdo de dadá
el uno se arrodilla dulcemente
el dos tiene las trenzas de papel,
el tres llena de plata los triángulos,
el cuatro no solloza,
el cinco no devora el Firmamento,
incluyendo los dedos de los pies
anne sexton
advertencias para una persona especial
Cuídate del poder,
Su avalancha puede enterrarte,
Nieve, nieve, nieve, sofocando tu montaña.
Cuídate del odio,
dylan thomas: oh, make me a mask
dylan thomas
oh, hazme una máscara
Oh hazme una máscara y un muro que me oculte de tus espías
de esos agudos ojos esmaltados y de las garras ostentosas
de la rebeldía y la violación en los viveros de mi rostro,
vales más que mi número, hombre solo
césar vallejo
guitarra
El placer de sufrir, de odiar, me tiñe
la garganta con plásticos venenos,
mas la cerda que implanta su orden mágico,
su grandeza taurina, entre la prima
wislawa szymborska: cuatro poemas
wislawa szymborska
cuatro poemas
alabanza de los sueños
el número pi
las cuatro de la madrugada
noticias del hospital
merodeos populares: sophie
merodeos populares
sophie
Sophie tal vez está queriendo llegar al fondo,
al final de sí misma, a su destino interior
–por decirlo de algún modo- o al interior de
su destino. Hay tiempos en los que, sea cual
papá, desde la cruz, nos miraba
marosa di giorgio
dictaminaron las crucifixiones
Una muñeca, la de ojos grandes y pestañas largas,
que estaba tiesa en su caja azul.
(Pero, -yo decía-, la muñeca se volverá
a tejer, enseguida);
dónde lo pone al fin? tras neuruppin
paul celan
gran azul de cumpleaños con rimería y asonancia
En el R-mitage
cuelga un azul paje.
Allí cuelga el lazo:
procede de Pic-as-s (¿o?)
ella conoce las palabras, pero sólo sonríe
paul celan
ella peina su pelo
Ella peina su pelo como se lo peinan a los muertos:
ella lleva el fragmento azul bajo la camisa
Ella lleva el fragmento del mundo de una cuerda,
ella conoce las palabras, pero sólo se sonríe.
las vacas miran de lado
charles simic
once poemas en prosa
El viejo granjero con mono cuelga de una viga
del granero. Las vacas miran de lado.
La vieja arrodillada, bajo
falta el descolorido traje canela
constantino cavafis
días de 1908
(1932)
Aquel año se encontró sin trabajo;
y vivía, por tanto, de las cartas,
del tavli y del sablazo.
Un puesto le habían ofrecido de tres libras al mes
en una pequeña papelería.
medievales y eternos, a caballo
luis alberto de cuenca
paseo vespertino
para Alicia
Tú y yo, amor, a caballo, por las suaves
laderas de un crepúsculo dorado
que vira a negro, tú y yo, luces tibias
frente a la oscuridad que va anegando
anderson, pensé en ti esta tarde
raymond carver
los cisnes de harley
Lo estoy intentando de nuevo. Un hombre tiene que empezar
de cero una y otra vez. Intentar pensar y sentir sólo en
un espacio muy concreto, la casa de la calle, el hombre de la
esquina del drugstore…
(Sherwood Anderson, de una carta)
Anderson, pensé en ti esta tarde mientras perdía
el tiempo frente al drugstore.
