NdAlfonso

apareció la casa de la felicidad

marosa di giorgio

 

 

Parecía que era hermoso ir a casarse.

La cola blanca la seguía como un arroyuelo.

El altar flotaba en el aire. Y lo custodiaban

gatos monteses con ágatas en el cuero.

 

 

 marosa

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allen ginsberg: aullido I

Aullido, de Allen Ginsberg

 

para Carl Solomon

 

I

 

 

He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura,

histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles,

negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas

 

 

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merodeos populares: que no y que no

 

 

que no y que no

 

 

 

Hailey ni siquiera utiliza los ojos, la mirada

de mirar, para decirnos que está enfadada, disconforme,

molesta: le basta con hacer, de su boca, una bocaza;

 

merrod51

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si fuera posible pararle el temblor de sus pechos

t s eliot

 

histeria

 

 

 

Mientras ella reía, me di cuenta de que me iba enredando

en su risa y haciéndome parte de ella, hasta que sus

dientes fueron sólo estrellas casuales con talento

para la instrucción por pelotones

ttsselio

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amadas sean las orejas sánchez

césar vallejo

 

traspié entre dos estrellas

 

 

 

¡Hay gentes tan desgraciadas, que ni siquiera

tienen cuerpo; cuantitativo el pelo,

baja, en pulgadas, la genial pesadumbre;

el modo, arriba;

 

vall2

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milímetros (sensaciones de cosas mínimas)

fernando pessoa

 

284

 

 

milímetros (sensaciones de cosas mínimas)

 

 

Como el presente es antiquísimo, porque todo cuanto ha existido ha sido

presente, tengo para todas las cosas, porque pertenecen al presente, cariños de

 

 

pessoal

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y 3 botellas de vino blanco alemán

charles bukowski

 

imagen

 

 

él se sienta en la silla a mi costado.

“te ves saludable,” dice con un tono que es

casi de desilusión.

“abandoné la cerveza y bebo sólo

 

bul

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la familia constrictora

louise gluck

 

madre e hijo

 

 

 

Somos todos soñadores; no sabemos quiénes somos.

 

Alguna máquina nos hizo, máquina del mundo,

la familia constrictora.

 

 

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es así como quiero morir:

anne sexton

 

la noche estrellada

 

 

 

El pueblo no existe

salvo allí donde un árbol de cabellos negros

se desliza como una mujer ahogada hacia el cielo caliente.

 

anne sexton

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no era el amor y se llamaba antonio

pablo garcía baena

 

bobby

 

 

 

No era el amor y se llamaba Antonio.

Hablaba como un indio del Far- West:

«hombre alto», «boca larga». Era de Fuengirola.

y siempre había un teléfono

 

 

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  1. Propongo una explicación ( ) de este hermoso y potente texto, tanto para hacerle justicia como para hacer justicia a…

  2. Aprovecharé este poema para explicarme —a mí mismo sobre todo— algunos asuntos de la poesía y la poética que, estando…

  3. Me parece un buen poema; antes, cuando entonces, hubiera dicho que necesito que un poema tenga imágenes concretas, imágenes reales,…

  4. Tiene usted razón (ya estará acostumbrado) .Pero yo en mi infinita ignorancia pensaba que hablábamos de muerte y religión, no…