Brisa marina
Leí todos los libros y es, ¡ay! , la carne triste.
¡huir, huir muy lejos! Ebrias aves se alejan
entre el cielo y la espuma. Nada de lo que existe,
ni los viejos jardines que los ojos reflejan,
Brisa marina
Leí todos los libros y es, ¡ay! , la carne triste.
¡huir, huir muy lejos! Ebrias aves se alejan
entre el cielo y la espuma. Nada de lo que existe,
ni los viejos jardines que los ojos reflejan,
cuánto depende
cuánto depende
de
una carretilla
roja
‘los poemas que ya tendrías que haber leído’
Los burócratas
Los burócratas nadan en un mar de aburrimiento tempestuoso.
Desde el horror de sus bostezos son los primeros asesinos de la ternura
terminan por enfermarse del hígado y mueren aferrados a los teléfonos
3
Guiando un tribunal de tiburones,
como con dos guadañas eclipsadas,
con dos cejas tiznadas y cortadas
de tiznar y cortar los corazones,
Carta
A ti, que serás siempre La Ignorada,
a ti, qúe llegaste a quién sabe qué lugar
cuando yo acababa, ay, de salir de él,
o perdiste aquel tren, no sé cuál, que te hubiera traído
Paris-Dourdan
En Dourdan la gente revienta como ratas. Al menos, es lo que asegura Didier,
uno de los secretarios de la oficina en que trabajo.
Para soñar un poco, yo me había comprado el horario del RER – línea C.
Me imaginaba una casa, un bull-terrier y petunias.
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Una de mis preocupaciones constantes es el comprender cómo es que otra
gente existe, cómo es que hay almas que no sean la mía, conciencias extrañas a mi
conciencia, que, por ser conciencia, me parece ser la única. Comprendo bien que el
hombre que está delante de mí, y me habla con palabras iguales a las mías, y me
ha hecho gestos que son como los que yo hago o podría hacer, sea de algún modo
IV-Del gusto
Hay sal sobre los labios. En la lengua,
un resto de naufragios y sirenas,
tal vez algas, y el gusto de los fondos
espumosos y verdes del océano.
Vocales
A negra, E blanca, Y roja, U verde, O azul: vocales,
algún día diré vuestro origen secreto;
A, negro corsé velludo de moscas relucientes
que se agitan en torno de fetideces crueles
El principio y el fin
Cuando abro en los objetos la puerta de mí mismo:
¿quién me roba la sangre, lo mío, lo real?
¿Quién me arroja al vacío cuando respiro? ¿Quién
es mi verdugo adentro de mí mismo?
Instrucciones adicionales
Venid, cantos míos, permitámonos expresar nuestras más bajas pasiones,
Permitámonos expresar nuestra envidia por el hombre con trabajo fijo
y sin preocupación por el futuro.
Sois muy holgazanes, cantos míos,
Todas las tardes paseaba
con su madre por la Landetrasse
Y en la esquina
de la Schmiedtor
todas las tardes
Aprecio enormemente muchos de los poemas de ¨De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall¨,…
[…] “Al sol de Prestatyn” es un poema de Phillip Larkin donde se describe un cartel que encontramos al paso en una carretera.…
La alfabetización nos va a llevar a mundos que aún no son explorados para las personas que no exploran las…
Estos intelectualeeees... Ángel
Pues se agradece, Master, uno siempre echa en falta las buenas traducciones y, en especial, de estos monstruos de la…
Es una lástima que en este post tan bonito haya una traducción tan pobre... Para hacer justicia al poema y…
Propongo una explicación ( ) de este hermoso y potente texto, tanto para hacerle justicia como para hacer justicia a…
Magistral ndalfonso
Vamos, vamos, muchachos, que posiblemente ni siquiera habéis leído a Dante, ¿acaso pretendíais leer Miércoles de Ceniza de corrido, como…
Aprovecharé este poema para explicarme —a mí mismo sobre todo— algunos asuntos de la poesía y la poética que, estando…
Carlos para los poetas --y, en general, para los escritores-- introducirse en el mercado editorial es un auténtico drama, ya…
Me imaginaba los premios y el amaño detrás de cada uno, pero ahora confirmo mis sospechas. Qué desilusión. La verdad.…
Me parece un buen poema; antes, cuando entonces, hubiera dicho que necesito que un poema tenga imágenes concretas, imágenes reales,…
No quiero seguir hablando, gracias. NdAlfonso
Tiene usted razón (ya estará acostumbrado) .Pero yo en mi infinita ignorancia pensaba que hablábamos de muerte y religión, no…