entrevista 7: david sylvester entrevista a francis bacon 

 

 

marzo, agosto y septiembre de1979.

Se basa en tres grabaciones privadas hechas

en marzo, agosto y septiembre de 1979 

 

 

 

 

DS Has estado pintando muchos autorretratos. Aunque dijiste que no ibas a hacer ninguno más has hecho, en realidad, más que nunca. 

 

FB Es cierto. No es más que una cuestión de conveniencia: no había nadie más a mano a quien pintar. 

 

DS ¿No es que te has interesado más por el problema de hacer autorretratos? 

 

FB No. 

 

DS ¿Utilizas fotos para hacerlos? ¿Te miras al espejo? 

 

FB Me miro al espejo y miro también fotos, mías. 

 

DS Si estás utilizando fotos, podrías utilizarlas de otra persona. 

 

FB Podría. Es cierto. 

 

DS ¿No has hecho alguna cabeza de George últimamente? 

 

FB No. Siempre es más difícil (o me parece más difícil a mí) hacer cabezas de gente que está muerta. 

 

DS Sí. 

 

FB No sé qué es lo que hace que sea tan diferente en realidad el que uno pinte cosas de gente muerta o viva. Quiero decir, si no necesitas tener al modelo delante … Pero la cosa es que pintarte a ti mismo es en realidad cuestión de conveniencia porque, bueno, yo estaba allí, y simplemente no tenía nadie más en aquel momento a quien pintar. Podría, como dices tú, pintar de fotos. Pero a veces uno necesita ver a la persona, también, mientras está pintando. 

 

DS Y tú has hecho eso, claro. Me di cuenta de pronto de que, cuando estabas haciendo retratos de fotos de Isabel o de Lucian o de Henrietta, ellos estaban mucho por aquí, ¿verdad? 

 

FB Sí, estaban. Pero creo que cada vez veo a menos gente. Pienso que es algo que uno tiende a hacer con la edad. 

 

DS Así que, aunque no te estuviesen sirviendo de modelo, podrías haberles visto la noche anterior, y eso había hecho más fuerte también el recuerdo de ellos. Todo indica que, en realidad, las fotos son mucho menos importantes que tu recuerdo de cómo es la gente. 

 

FB Claro, sí. Creo que sí y no. Porque lo que siempre pretendo es deformar la apariencia de las personas; no puedo pintarlas literalmente. Por ejemplo, creo que, de esos dos cuadros de Michel Leiris, el que hice menos literalmente como él es en realidad más intensamente como él. Lo curioso de ese cuadro concreto de Michel es que se parece más a él y sin embargo, si piensas en la cabeza de Michel, es más bien globular, en realidad, y ésta es estrecha y larga. Así que uno no sabe qué es lo que hace que una cosa parezca más real que otra. La verdad es que yo quería que esos retratos de Michel se parecieran a él: no tiene ningún sentido hacer un retrato de alguien si no vas a hacer que se parezca a él. Pero lo cierto es que esa cabeza, al ser más bien larga y delgada, no tiene nada que ver con cómo es realmente la cabeza de Michel, y sin embargo se parece más a él. Al menos yo creo que se parece más a él. Pero ésa es siempre una de las cosas de la pintura que en realidad es imposible explicar. Y me gustaría hacer mis cuadros cada vez más artificiales, más y más lo que se llama distorsionados .. en fin, desde luego más y más artificiales. Por ejemplo, en un cuadro que estoy intentando hacer de una playa y una ola que rompe en ella, creo que la única posibilidad de hacerlo va a ser poner la playa y la ola en una especie de estructura que las presentará de manera que las saque de su posición, como si dijéramos, y rehaga la ola y el trozo de playa en una estructura muy artificial. En este cuadro, estoy intentando hacer la estructura y luego esperando que la casualidad arroje para mí en ella la playa y la ola. Pero tengo la esperanza simplemente de que este cuadro, por muy artificial que sea, sea como una ola rompiendo en la orilla del mar. 

 

DS ¿Quieres hacerlo así? 

 

FB Quiero hacerlo así pero no sé cómo hacerlo así. 

 

DS ¿Pero estás seguro de que sólo puedes conseguirlo de una forma muy oblicua? 

 

FB Sí. De eso estoy seguro. Si no, me limitaría a hacer un cuadro más de un mar y una costa. 

 

DS ¿Qué es lo que hará que sea algo distinto a un cuadro más? 

 

FB Sólo el que yo pueda conseguir que esté lo suficientemente alejado de ser otro cuadro más, si puedo elevar, digamos, la costa y la ola… casi cortarlo como un fragmento y elevarlo dentro del conjunto del cuadro de manera que parezca muy artificial y sin embargo mucho más real que si fuese un cuadro del mar rompiendo en la costa. 

 

DS ¿Quieres que parezca al mismo tiempo real y artificial? 

 

FB Sí. 

 

DS ¿Estás buscando un algo inesperado? ¿Estás queriendo sorprenderte a ti mismo también? 

 

FB Naturalmente. ¿Para qué ibas a seguir pintando si no? 

 

DS ¿Y cuál es la sorpresa? Que cuanto más artificial llegue a ser la cosa, más se parezca a ella… 

 

FB Sí. Cuanto más artificial puedas hacerla, más posibilidades hay de que captes su aspecto real. 

 

DS Bueno, es evidente que en cualquier arte hay una mezcla de intención y de lo que coge por sorpresa al artista. 

 

FB Sí. Sin la intención, no empezaría siquiera. 

 

DS Lo que pareces querer decir es que en tu caso la sorpresa se apodera enseguida de la intención. 

 

FB Bueno, uno tiene una intención, pero lo que en realidad pasa llega trabajando… ésa es la razón de que resulte tan difícil hablar de ello… que llega en realidad en el trabajo. Y su forma de funcionar es en realidad por las cosas que pasan. Cuando trabajas estás en realidad siguiendo esa especie de nube de sensación en ti mismo, pero no sabes lo que es en realidad. Y se le llama instinto. Y el instinto de uno, sea acertado o no, se fija en ciertas cosas que han pasado en esa actividad de aplicar la pintura al lienzo. Yo creo que una parte muy grande de la creación procede, también, de la autocrítica del artista, y muy a menudo yo creo que probablemente lo que hace que un artista parezca mejor que otro es que su sentido crítico es más agudo. Puede no deberse a que esté más dotado en algún sentido si no sólo que tiene un sentido crítico mejor. 

 

DS Y en la aplicación de su sentido crítico, no tiene ningún criterio definido; es un tipo de crítica puramente instintiva. ¿Es eso lo que quieres decir? 

 

FB Quiero decir eso; sí. Y él no sabrá nunca si tiene razón o no para dejarlo, porque, después de todo, lleva en realidad demasiado tiempo saber si las cosas valen algo o no. 

 

DS Ese cuadro de una ola: ¿te vino la idea de esta forma que has dicho sobre ideas que has tenido antes… como si apareciesen en tu mente como diapositivas? 

 

FB No, eso fue que lo vi. Que vi el mar rompiendo cuando estaba en el sur de Francia hace unos meses. 

 

DS ¿Sucede eso a menudo, que se te fijen en la mente una escena o un momento determinados? 

 

FB He hecho tan pocos paisajes o marinas que no me ha pasado muy a menudo. Y pasa menos con la gente, sabes. 

 

DS ¿Pasa menos con la gente? 

 

FB Sí, porque es gente que conozco. ¿Entiendes lo que quiero decir? Por ejemplo, sucedió simplemente que vi esa ola rompiendo de ese modo. 

 

DS ¿No te pasa a veces, con alguien que conoces, en tu habitación, que ves cierto gesto, un cierto giro de la cabeza, del cuerpo, que se te queda grabado como algo que quieres reproducir en un cuadro? 

 

FB No, no del mismo modo. Con el cuerpo, es en general sólo que quiero hacerlo en una posición determinada. 

 

DS ¿Qué te hace pintar una figura girando una llave en una puerta con el pie? 

 

FB Creo que surgió… no sé por qué le hice girarla con el pie… es algo muy parecido a ese poema de Eliot: «He oído que la llave/Gira en la puerta una vez y gira sólo una vez … » sabes. Es de La tierra baldía. No sé por qué hice que la girara con el pie. Pero vino de ese poema. No sé por qué hice que la girara con el pie. 

 

DS Es un ejemplo maravilloso de la interacción de intención y resultado. La intención, la imagen de Eliot, ése es tu asunto privado. 

 

FB Ciertamente. 

 

DS No es visible en la obra. 

 

FB En absoluto. 

 

DS Y la cosa que resulta más evidente en la obra, lo que parece ser el tema del cuadro, no estaba planeado. 

 

FB Sí. Creo que esas cosas quizá vengan del surrealismo también, en cierta medida. Es que uno piensa que será más inmediato en cierto modo si se está girando la llave con el pie que si se gira, como se hace normalmente, con la mano. 

 

DS Sí, está relacionado con el surrealismo, ¿verdad? Quiero decir, Magritte escribía siempre sobre el misterio de la realidad banal y sobre su deseo de utilizar la pintura para evocar ese misterio. Pero él pintó una fruta o una barra de pan flotando en el aire; desplazó el objeto para hacer un misterio que era más inmediato, aunque, como dijo, una fruta o una barra de pan en una mesa están llenas de misterio. 

 

FB Sí, eso es en gran medida la misma cosa que girar la llave con el pie. 

 

DS Yo nunca sospeché que hubiese alguna relación entre ese cuadro y Eliot, aunque sé que tú siempre has estado obsesionado con La tierra baldía. ¿Hay otros versos suyos que te hayan inspirado realmente cuadros concretos? Aparte del tríptico de Sweeney Agonistes, claro. 

 

 

FB Yo he tenido siempre la sensación de que Eliot ha influido en mí. Sobre todo La tierra baldía y los poemas anteriores a ella me han afectado siempre muchísimo. Y leo con frecuencia los Cuatro cuartetos, y pienso que tal vez sean mejores incluso como poesía que La tierra baldía, aunque no me conmuevan del mismo modo. Pero casi nunca he hecho cosas claramente inspiradas por versos o poemas determinados. Los leo y me estimulan y me impulsan a esforzarme y trabajar mucho más. Es así como influyen en mí. Es muy difícil utilizar una poesía determinada para la pintura de uno: es la atmósfera total de ella lo que le afecta a uno. También me han afectado mucho un gran número de poemas de Yeats. Una cosa que admiro mucho en Yeats quizá sea cómo se hizo a sí mismo… quizás haya sido siempre un gran poeta, pero a mí me parece que trabajó realmente sobre sí mismo de una forma absolutamente extraordinaria. Aunque estamos hablando de poetas modernos, y podrías encontrar todo Eliot y todo Yeats y todas las cosas y prácticamente a todos los demás poetas en Shakespeare, que lo que hace simplemente es animar la vida, por muy fútil que pienses que es, de un modo que nadie más ha sido capaz de hacer jamás. La abre simplemente de una forma tan extraordinaria. La anima al mismo tiempo con su pesimismo y con su profunda desesperación y también con su, podríamos decir, humor. Y con su cinismo absoluta, realmente, en cierto modo, diabólico. Quiero decir, ¿qué puede haber más cínico que Macbeth al final, en «Mañana y mañana y mañana»? ¿Quieres que te lo busque? Porque estaba leyéndolo hoy precisamente, y pensé, bueno, una vez más, que es realmente la recapitulación más extraordinaria.

 

 

 

 

 

 

 

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