Tranquilo Ángel, que no llegará la sangre al río. Doctor Horse es un lector intelectual y yo soy lectora visceral. Son visiones complementarias. Si existiera un lector ideal, que no existe, sería de una mezcla de ambos. Reconozco que él lo tiene más fácil para llegar a serlo porque tiene el camino intelectual ya recorrido y no dudo de su sensibilidad y necesidad de belleza.
]]>Vlad, son opiniones encontradas, naturalmente no estoy de acuerdo
contigo, pero tampoco lo estoy conmigo. Son puntos de vista, parciales.
Y -supongo- cualquier intento de reconciliarlos -si eso fuera deseable,
que creo que no lo es, nos llevaría demasiado tiempo y demasiadas energías.
Si te parece, nos quedamos así, como hemos hecho más veces, otras
muchas veces -o bastantes, o algunas- que es más enriquecedor y más guapo. 😎
Un abrazo a los dos
Narciso
]]>Ángel
]]>que me preocupa ¿? se relaciona con la arbitrariedad en poesía:
los buenos poetas descubren aquello que, pareciendo arbitrario, gratuito,
es, en cambio, necesario: descubren las relaciones auténticas.
Pero los otros poetas pueden hacer incluso al revés: generar continuamente
arbitrariedad, gratuidad, en las relaciones entre las cosas. No descubren lo
necesario, sino que generan más innecesario.
Espero explicarme ()
Narciso
]]>seguridad ni en detectar lo bello ni en tragártelo… para ti es un
proceso natural, primario, inmediato.
Pero tal cosa se tiene o no se tiene, ya sabes. ¿Quién le explicó
a la buena de Emily cómo escribir una de la mejores poesías que se han
escrito, si ni siquiera salió de su casa?
O, sin que sea comparación alguna: ¿cómo hizo Marosa para escribir al
dictado, como si realmente estuviera viendo lo que escribía, de una belleza
a veces tremenda?
Pues eso es, supongo.
Narciso
]]>o mejor un curioso. Pero hasta hace poco tiempo, no sé ahora,
antes de elegir las palabras o las ideas o las corrientes mentales,
algo ¿? me hacía levantar la cabeza y preguntarme: ¿pero, hay aquí
algo de realidad; esto forma parte de la vida? Y si me respondía a mí
mismo que no, que allí no se daba ni la irrealidad de la realidad ni la
irracionalidad de la vida, desechaba rápidamente el asunto.
Vuelvo a decirte: no sé ahora. Prefiero no pensar en que me haya vuelto
erudito: creo simplemente que tengo -por el paso de los años- más capacidad
para enterarme de las ideas o teorías que no me interesan; así -me parece-
puedo desecharlas definitivamente y con conocimiento de causa.
Mi respuesta, como ves, te confirma que soy un erudito… ejjjejjejjeje
Un abrazo, cuídate, anda.
Gracias
Narciso
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