JAIME GIL DE BIEDMA

Poesía en la Residencia

 

 

LECTURA DE POEMAS

DE JAIME GIL DE BIEDMA

en la Residencia de Estudiantes

9 de diciembre de 1988

 

 

Asociación de Amigos

de la Residencia de Estudiantes

2001

 

      

 

Éste, que es un poema muy breve, «A través del espejo», está escrito en memoria de un poeta e íntimo amigo,

mi viejo amigo Gabriel Ferrater. El título «A través del

espejo», aparte de alusión al famoso libro de Lewis

Carroll, tiene un sentido doble. Por un lado es: yo era el

espejo que reflejaba la imagen de Gabriel, que reflejo

aquí; pero, a su vez, Gabriel era el espejo en que yo me

veía reflejado, y me parecía un espejo bastante deprimente

a veces. Es decir que es una especie de ju ego de

dobles entre dos personas, pero que una, a la vez que

sirve de espejo al otro, hace, encuentra su espejo en él.

 

 

 

a través del espejo

 

[In memoriam Gabriel Ferrater]

 

 

Como enanos y monos en la orla

de una tapicería en la que tú campabas

borracho, persiguiendo jovencitas…

O como fieles, asistentes

— mientras nos encantabas—

al santo sacrificio de la fama

de tu exceso de ser inteligente,

éramos todos para ti. Trabajos

de seducción perdidos fue tu vida.

Y tus buenos poemas, añagazas

de fin de juerga, para retenernos.

 

 

 

 

Cuando se publicó dijeron que era un poema que ponía muy mal a Gabriel Ferrater.

Es un poema muy emocionado; lo que no puedo es contar que era otra persona que la que era.

Además, debo decir que comparto sus defectos con cierta abundancia.

 

Y, finalmente, el poema con el que voy a terminar, «Himno a la juventud», es quizá el poema que yo más me he divertido escribiendo. Tiene una cosa que hace siempre mucho más agradable la escritura de un poema, que es que descansa o se articula sobre una acción física exterior, lo cual ya siempre da un principio de orden.

La acción física exterior es mínima; lo que ocurre es que la voz, el contemplador de esa acción física exterior, que medita mientras va contemplando, va por un lado expresando su propia situación, su relación instantánea con ese espectáculo que ve en acción, y situando al personaje que contempla.

Es decir que el personaje nunca aparece visto, ese personaje que es una muchachita joven, muy bella, en verano, en la playa, que sale del mar, un poco como cegada por la sal y por el sol; sube por la parte húmeda de la arena todavía; camina directamente hacia un grupo donde hay unos mayores que la están mirando como unos babosos, y en un momento dado tiene conciencia de las miradas y gira, desvía la vista y se va caminando a lo largo de la playa.

Lo que tiene de emoción ahí es que la descripción de esa muchachita está hecha por un contemplador que es un hombre mayor, cargado de literatura, cargado de referencias artísticas, que inmediatamente desdobla, es decir, sustituye la imagen real por una imagen que es la juventud; por lo tanto se convierte en algo que es un andrógino; la juventud tiene dos sexos.

Es un andrógino y eso le dispara también una serie de referencias plásticas, puesto que el tema del andrógino tiene una larga tradición plástica. Por cierto que hoy he estado en el Prado y no me he acordado de comprobar si siguen teniendo al Hermafrodita durmiendo de espaldas al público o lo han puesto de frente ya. Toda mi juventud el pobre durmiendo de cara a la ventana. 

La descripción de este andrógino está llena de ecos; por ejemplo, hay un eco muy directo de Rubens. Pero luego, sobre todo, lo que yo tenía en mente cuando hago la descripción son dos cuadros de Botticelli: La primavera y El nacimiento de Venus. Incluso las caracolas, en un momento dado, vienen del recuerdo del personaje con la caracola en La primavera.

 

Lo que me incitó del poema es que toda esa descripción y las reflexiones del contemplador sirven para ir formulando las frustraciones, las nostalgias y los resentimientos, las emociones bastante sucias que el espectáculo despierta en el hombre mayor, su deseo erótico, su frustración, su resentimiento y finalmente su venganza, que consiste en reducir a la adolescente a sus justos términos.

Es lo bastante duro como para darse cuenta de que la adolescente es tímida, que se siente sola también, que sufre y que se siente frustrada. 

Me divertí muchísimo escribiendo este poema.

 

 

 

 

 

 

[Himno a la juventud]

 

 

 

[Heu quantum per se candida forma valet !

Propercio, II, X X IX , 30]

 

 

 

A qué vienes ahora,

juventud ,

encanto descarado de la vida?

Qué te trae a la playa?

Estábamos tranquilos los mayores

y tú vienes a herirnos, reviviendo

los más temibles sueños imposibles,

tú vienes para hurgarnos las imaginaciones.

De las ondas surgida,

toda brillos, fulgor, sensación pura

y ondulaciones de animal latente,

hacia la orilla avanzas

con sonrosados pechos diminutos,

con nalgas maliciosas lo mismo que sonrisas,

oh diosa esbelta de tobillos gruesos,

y con la insinuación

(tan propiamente tuya)

del vientre dando paso al nacimiento

de los muslos: belleza delicada,

precisa e indecisa,

donde posar la frente derramando lágrimas.

Y te vemos llegar: figuración

de un fabuloso espacio ribereño

con toros, caracolas y delfines,

sobre la arena blanda, entre la mar y el cielo,

aún trémula de gotas,

deslumbrada de sol y sonriendo.

Nos anuncias el reino de la vida,

el sueño de otra vida, más intensa y más libre,

sin deseo enconado como un remordimiento

— sin deseo de ti, sofisticada

bestezuela infantil, en quien coinciden

la directa belleza de la starlet

y la graciosa timidez del príncipe.

Aunque de pronto frunzas

la frente que atormenta un pensamiento

conmovedor y obtuso,

y volviendo hacia el mar tu rostro donde brilla

entre mojadas mechas rubias

la expresión melancólica de Antínoos,

oh bella indiferente,

por la playa camines como si no supieses

que te siguen los hombres y los perros,

los dioses y los ángeles,

y los arcángeles,

los tronos, las abominaciones…

 

 

 

índice de procedencia

de los poemas y textos

 

 

Se reseñan a continuación los libros a los que pertenecen los poemas que

integran la lectura, con referencia a su primera edición, seguida, en caso de

que no coincidan, de la consultada para su transcripción en este volumen.

 

las afueras , X , de Compañeros de viaje (1.a ed. Barcelona, Joaquín Horta,

1959); recogido en Jaime Gil de Biedma, Las personas del verbo, Barcelona, Seix

Barral, 1982, pág. 33.

 

noches del mes de junio , de Compañeros de viaje; recogido en Jaime

Gil de Biedma, Las personas del verbo, cit., págs. 45-46.

 

noche triste de octubre, 1959, de Moralidades (1.a ed. México,

Joaquín Mortiz, 1966); recogido en Jaime Gil de Biedma, Las personas del verbo,

cit., págs. 84-85.

 

albada, de Moralidades; recogido en Jaime Gil de Biedma, Las personas del

verbo, cit., págs. 86-87.

 

canción de aniversario , de Moralidades; recogido en Jaime Gil de

Biedma, Las personas del verbo, cit., págs. 108-109.

 

elegía y recuerdo de la canción francesa , de Moralidades;

recogido en Jaime Gil de Biedma, Las personas del verbo, cit., págs. 125-126.

 

contra jaime gil de biedma, de Poemas póstumos (1.a ed. Madrid,

Poesía para todos, 1968); recogido en Jaime Gil de Biedma, Las personas del verbo,

cit., págs. 145-146

 

un cuerpo es el mejor amigo del hombre, de Poemas póstumos

(1.a ed. en Las personas del verbo, Barcelona, Barral Editores, 1975; está incluido

bajo el epígrafe de Poemas postumos, pero no pertenece a la primera edición de

ese libro); recogido en Jaime Gil de Biedma, Las personas del verbo, Barcelona,

Seix Barral, 1982, pág. 148.

 

antes de ser maduro , de Poemas póstumos (1.a ed. en Las personas del

verbo (1975), bajo el epígrafe de Poemas postumos); recogido en Jaime Gil de Biedma,

Las personas del verbo, Barcelona, Seix Barral, 1982, págs. 160-161.

 

t’introduire dans mon histoire …, de Poemas póstumos (1.a ed.

en Las personas del verbo, Barcelona, Seix Barral, 1982, pág. 168, bajo el epígrafe

de Poemas póstumos).

 

a través del espejo , de Poemas póstumos (1.a ed. en Las personas del verbo

(1975), bajo el epígrafe de Poemas postumos)-, recogido en Jaime Gil de Biedma,

Las personas del verbo, Barcelona, Seix Barral, 1982, pág. 169.

 

himno a la juventud , de Poemas póstumos (1.a ed. Madrid, Poesía para

todos, 1968); recogido en Jaime Gil de Biedma, Las personas del verbo, cit., págs.

170-171.

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

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