leonard cohen

 

 

el libro de la misericordia

 

 

 

I 1

 

 

 

Me paré a escuchar, pero no llegó. Empecé de nuevo con una sensación de pérdida. A medida que esta sensación se hacía más profunda le oí de nuevo. Dejé de pararme y dejé de empezar, y me permití ser aplastado por la ignorancia. Esto fue una estrategia, y no funcionó. Mucho tiempo, años fueron malgastados en ese tono menor. Ahora regateo. Le ofrezco botones por su amor. Suplico misericordia. Lentamente él accede. Titubeante avanza hacia su trono. De mala gana los ángeles se conceden uno a otro permiso para cantar. En una transición delicada que no puede ser apreciada, la corte es establecida sobre rayos de simetría dorada, y una vez más soy un cantante en los coros más bajos, nacido hace cincuenta años para levantar mi voz así de alto, y no más alto.

 

 

 

I 1

 

 

 

 

I STOPPED TO LISTEN, BUT he did not come. I began again with a sense of loss. As this sense deepened I heard him again. I stopped stopping and I stopped starting, and I allowed myself to be crushed by ignorance. This was a strategy, and didn’t work at all. Much time, years were wasted in such a minor mode. I bargain now. I offer buttons for his love. I beg for mercy. Slowly he yields. Haltingly he moves toward his throne. Reluctantly the angels grant to one another permission to sing. In a transition so delicate it cannot be marked, the court is established on beams of golden symmetry, and once again I am a singer in the lower choirs, born fifty years ago to raise my voice this high, and no higher.

 

 

 

Para mi maestro

Título original: Book of mercy
Leonard Cohen, 1984
Traducción: Alberto Manzano

 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir