Lo que importa es el tono, el modo de decir la verdad; no se vale a decir
mentiras, desde luego, en todo caso a exagerar a veces las cosas para que
parezcan o sean menos serias. Tal vez a Vilas le gusta ese juego de cambiar
de pronto la perspectiva, el destinatario y el destino, el valor relativo de las
cosas y de los asuntos. Pero no trata de confundirnos, de ningún modo, sino
al contrario, lo que quiere es decirnos la mayor cantidad de verdad que pueda
decirse, pero sin ponerse serio, haciéndonos ver casi siempre las otras
opciones, las muchas posibilidades que tiene una verdad y que nunca se
nos habrían ocurrido.
ndalfonso
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