[ezcol_1half]      

 

epigramas

 

 

marco

valerio marcial

 

 

libro III : XVII, XXVI

 

 

 

XVII    

 

Una tarta llevada un rato en torno de los convidados a la hora de los postres quemaba cruelmente las manos por su excesivo calor; pero la glotonería de Sabidio ardía más aún. En seguida, pues, sopló sobre ella tres o cuatro veces con todas sus fuerzas.  La  tarta  se  templó  un  poco  y  dejó  de  abrasar  los  dedos;  pero  nadie  pudo tocarla: ¡era pura mierda! 1

 

 

 

Circumlata diu mensis scribilita secundis
     urebat nimio saeua calore manus;
sed magis ardebat Sabidi gula: protinus ergo
     sufflauit buccis terque quaterque suis.
Illa quidem tepuit digitosque admittere uisa est,       5
     sed nemo potuit tangere: merda fuit.

 

 

1 Por el mal olor del aliento de Sabidio.

 [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]      

 

XXVI    

 

Tienes  tus fincas a  solas  y  a  solas,  Cándido 1, tus dineros; a solas tienes tu vajilla  de  oro,  a  solas tienes  tus  vasos  de  múrrina; a solas tienes tus másicos y a solas,  tus  cécubos  de  Opimio 2; a solas tienes tus sentimientos y a solas, tu inteligencia.  Todo  lo  tienes  a  solas  y  no  pienses  que  pretendo  negarlo;  pero  a  tu mujer, Cándido, la tienes en compañía. 3

 

 

Praedia solus habes et solus, Candide, nummos,
     aurea solus habes, murrina solus habes,
Massica solus habes et Opimi Caecuba solus,
     et cor solus habes, solus et ingenium.
Omnia solus habes ‹ nec me puta uelle negare ‹    5
     uxorem sed habes, Candide, cum populo.

 

 

1 Este Cándido nos resulta desconocido, aparece varias veces en Marcial.

2 El vino de mejor calidad, por referencia a la añada del consulado de Opimio.

3 Así traduce Quevedo el original uxorem habes cum populo,

   “a tu mujer la compartes con la gente”.

[/ezcol_1half_end]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Segunda edición

Texto, introducción y notas de

JOSÉ GUILLÉN

Revisión de

FIDEL ARGUDO

Institución   «Fernando   el   Católico»  (CSIC)

Excma. Diputación de Zaragoza

Zaragoza, 2004

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir