polvo austrohúngaro

te tomé yo por el asedio de viena

rondándome por los ojos el ejército germanopolaco

de tus dedos dudando de mi dieta

de repente sudando

santa alianza antiturca ofensiva

me conquistas hungría (tú sí que sabes lo que me gusta)

pero no me toques belgrado/

aún así tú dispuesto y por la fuerza

me arrebatas me fascinas sarajevo me dislocas transilvania

qué desastre de paz 1687

se me sublevan los balcanes

yo miro cómo me tocas y trato de moverme encima

eduardodesaboya debajo

pero te tengo cogido por el danubio/

pensar que me hiciste (austriahungría imprecisa)

la más perfecta imposición de lengua

ya no administrativa sino colonial/

que a algunos turcos vencidos todavía hoy

nos cuesta asentarnos en cualquier sitio

 

 

 

 

 

________________________

 

 

 

 

10 Comentarios

  1. vlad

    no se pueden comentar los poemas?

    Responder
  2. angel

    Hola Vlad.. cuánto tiempo…
    Creo que ya está arreglado…

    abrazo

    Ángel

    Responder
  3. Narciso de Alfonso

    Mmmm… Vlad, disculpa, disculpa [dos veces], me acordé de ti
    justamente antes de apretar el botón de publicar el poema, cuando ya era tarde para detener el
    proceso. Además de que no dice nada, lo dice con demasiadas palabras, eso es, de eso me di cuenta,
    una indudable verborrea sin serenidad, eso es, creo, todo el tiempo palabras que no paran,
    no dejan que el lector se sosiegue, bien, y ya no hablo del asunto del poema,
    que me ruborizo sólo de pensarlo, en fin, le diré al Master a ver si puede arreglarlo: deshacerse
    de él, ya sabes, como hacían los de la mafia: deshazte de él, decía el más jefe, y en la siguiente escena
    veías a uno, dos o más que, en efecto, llamaban a la puerta de la casa (home) del ínclito, donde estaba
    con su familia, y de pronto se daba cuenta y empezaba a sudar, y les decía que era una equivocación, en fin, ya
    sabes cómo acaban estas cosas, Vlad, la mafia funciona así, no son malos: son así, no pueden evitarlo, y …
    qué más puedo decirte? Un tercer lo siento, sí…

    Responder
    • vlad

      Yo pensé que te habías acordado de mí por mi origen ruso, por ser vecina de todo el imperio austrohúngaro. Porque como buena princesa rusa quiero llevarme bien con los refinados austrohúngaros, pero no puedo: un ruso no puede ni debe mezclarse con esa gente carente de fuerza a fuerza de tanto hablar.
      Una verdadera princesa rusa se comporta y convive con el oropel y hasta finge escuchar la verborrea de Sisí y su Corte de muñequitas de porcelana, pero dentro de su cabeza cabalga por llanuras esteparias a lomos de su caballo negro.
      Creo que ya te he explicado lo que no acabas de comprender.
      Saludos

      Responder
  4. vlad

    Máster, he contestado a Nda y no sale mi respuesta. ¿vuelve a no funcionar?

    Responder
  5. angel

    Creo que tengo que aprobarte el comentario antes,
    pero no sé por qué, ya que esa opción no está activa….un misterio

    Ángel

    Responder
    • vlad

      Gracias Master, en general hay más misterio que certezas. Yo lo prefiero, me da pie a crear las mías, otra cosa es que sea capaz de alimentarlas y hacerlas sólidas. Las mías son viscosas como los mocos. Casi todas.

      Responder
  6. angel

    Desde luego que es mejor que sea así…claro, no da una vida para tanto misterio…
    Bueno, no te preocupes que estaré atento para los comentarios, si es una hora prudencial,
    seguramente será por el tema de la seguridad esto.

    Ángel

    Responder
  7. NdAlfonso

    Vlad: tus dos comentarios dicen que has de hablar al mundo en voz alta,
    no me cabe la menor. Primero describes el comportamiento debido a tu
    condición de princesa, rusa para hacer la cosa más completa.
    Y esas certezas que provienen del misterio y son moco…

    En fin, gracias, Majestad. Has de decidir si le cortas la cabeza al poema
    y lo enterramos en lugar santo o si lo dejas vivir como un pez hinchado
    de palabras. Tú mandas, y debes mandar, claro.

    Gracias, Majestad.
    Quedo a tus órdenes y servicio.
    Eres mi música ( )

    NdAlfonso

    Responder
  8. vlad

    Narciso, no soy majestad pero no nos enredemos con asuntos protocolarios. Digamos que mi condición de princesa rusa no tiene contenido alguno, quizás algún antepasado mío hizo algo memorable, yo, desde luego no. Digamos que es una cosa sentimental.
    ¿a quién puede importar lo que yo piense mientras haga lo que cada uno espera de mi??
    no te olvides de que el ser humano, por lo general, siente que es un mundo que no necesita sol ni ventilación. Así vamos.
    También te diré que yo no estoy exenta de esa descripción aunque es verdad que al menos ventilo escuchando. Desde pequeña soy muy observadora y tengo desarrollados los sentidos que me sirven para conocer verdades que nadie me cuenta. Sólo utilizo la información que obtengo para saber si estoy ante alguien de fiar. Me repele pensad en tocar o gustar a mis interlocutores, así que me valgo de la vista, oído y olfato para sacar mis deducciones. Pero eso, creo que ya lo sabes.
    Yo sólo evacuo palabras cuando no me queda más remedio o siento la necesidad de corresponder a otro ser humano. La poesía es un medio para evitar el desborde de un río o para provocarlo y resolver el problema. Soy más de arrasar que de ir arreglando.
    Como sé que sabes que sé que me escuchas, trataré de expresarme más a menudo a través de la poesía pero no olvides mi carácter eslavo, que no centroeuropeo y mi poca propensión a la palabra.
    Celebro que todavía existan oídos como los tuyos en esta galaxia de planetas cerrados a cal y canto.

    Un abrazo

    Vladimira

    Responder

Dejar una respuesta a vlad Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir