[ezcol_1third] 

 

 

 

 

 

 

 

VIII : 9

 

 

 

 

 

 

 

[/ezcol_1third] [ezcol_2third_end]

Tengo un pájaro negro

para que vuele de noche.

Y para que vuele de día

tengo un pájaro vacío.

 

Pero he descubierto

que ambos se han puesto de acuerdo

para ocupar el mismo nido,

la misma soledad.

 

Por eso, a veces,

suelo quitarles ese nido,

para ver qué hacen

cuando les falta el retorno.

 

Y así he aprendido

un increíble dibujo:

el vuelo sin condiciones

en lo absolutamente abierto.

[/ezcol_2third_end]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir