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nadando al desnudo

En el sudoeste de Capri


encontramos una pequeña gruta desconocida


donde no había nadie y


la penetramos completamente


y dejamos que nuestros cuerpos perdieran toda


su soledad.

Todo lo que hay de pez en nosotros


escapó por un minuto.


A los peces reales no les importó.


No perturbamos su vida personal.


Nos deslizamos tranquilamente sobre ellos


y debajo de ellos, soltando


burbujas de aire, pequeños


globos blancos que ascendían


hasta el sol junto al bote


donde el botero italiano dormía


con el sombrero sobre la cara.

Un agua tan clara que se podía 


leer un libro a través de ella. 


Un agua tan viva y tan densa que se podía


flotar apoyando el codo en ella.


Me tendí allí como en un diván. 


Me tendí allí como si fuera 


la Odalisca roja de Matisse. 


El agua era mi extraña flor. 


Hay que imaginarse una mujer 
sin toga ni faja


tendida sobre un sofá profundo 
como una tumba.

Las paredes de esa gruta 


eran de todos los azules y 


dijiste: “¡Mira! Tus ojos 
son color mar.

¡Mira! Tus ojos 
son color cielo”.

Y mis ojos 
se cerraron

como si sintieran 


una súbita vergüenza.
 [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]    



The Nude Swim


On the southwest side of Capri


we found a little unknown grotto


where no people were and we


entered it completely


and let our bodies lose all


their loneliness.

All the fish in us


had escaped for a minute.


The real fish did not mind.


We did not disturb their personal life.


We calmly trailed over them

and under them, shedding


air bubbles, little white


balloons that drifted up


into the sun by the boat


where the Italian boatman slept


with his hat over his face.

Water so clear you could


read a book through it.


Water so buoyant you could


float on your elbow.


I lay on it as on a divan.


I lay on it just like


Matisse’s Red Odalisque.


Water was my strange flower.


One must picture a woman


without a toga or a scarf


on a couch as deep as a tomb.

The walls of that grotto


were every color blue and


you said, “Look! Your eyes


are skycolor. Look! Your eyes


are skycolor.” And my eyes


shut down as if they were


suddenly ashamed.

[/ezcol_1half_end]

 

 

Anne Sexton

Nadando al desnudo

Poemas de amor

Edición bilingüe

Editorial Linteo

2009 Ourense

 

 

 

 

 


 

 

 

 

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