en un banco
almudena guzmán
En un banco,
meneando aburrida mis zapatos de bruja,
yo veía al invierno entrar y salir,
deslumbramientos sombríos
almudena guzmán
Esta mañana, el helado y marchito sol de enero hizo estragos
en mis ojos.
Por él, vi con más intensidad a esa gitanilla
yo misma no me oigo cuando grito
almudena guzmán
antes
nunca hubo el silencio necesario
entre abrazo y abrazo
para advertir el parpadeo
las catacumbas ya no son seguras
almudena guzmán
es tiempo de pocas bromas
Es tiempo de pocas bromas,
tiempo de subirse el cuello del abrigo,
como los agentes de la Guerra Fría
cada deseo en su rompeolas
almudena guzmán
entonces el beso conocía el norte y el sur
Entonces el beso conocía el norte y el sur,
el este y el oeste de toda cartografía
como si antes de labio en medio de la lluvia
hubiera sido rosa de los vientos
sino algo parecido a un desastre de líneas oblicuas
almudena guzmán
Esto va a venirse abajo
de un momento a otro
y usted lo sabe.
El amor ya no es un templo griego
se me cala el cabello en un charco de polvo
Nunca más volviste
Nunca más volviste,
Daniel.
Desde entonces ya no hubo patio
ni baúles con especias,
con tres deseos de hiedra
cogí el vestido
Cogí el vestido que tanto le gusta
a mi amigo
cogí el vestido y volaron mariposas
y lo enredé en mi pecho
yo me puse rara y él venga a mirar al cielo
Nada.
No pegaba nada con tanta lluvia,
esa chaqueta de angorina rosa y botones de nácar
que él me regaló.
