cada cosa exhala un sabor
cesare pavese
grappa en septiembre
Las mañanas transcurren claras y desiertas
sobre las orillas del río, que al alba se enturbia
y oscurece su verde, en espera del sol.
El tabaco, que venden en la última casa
-todo lo que ha sido y será- lo contiene la sangre
cesare pavese
regreso de deola
Volveremos a la calle a mirar transeúntes
y también nosotros seremos transeúntes. Idearemos
cómo levantarnos temprano, deponiendo el disgusto
de la noche y salir con el paso de otros tiempos.
no será necesario abandonar el lecho
cesare pavese
el paraíso sobre los tejados
Será un día tranquilo, con una luz fría
como el sol que levanta o que muere, y el cristal
cerrará el aire sucio del cielo exterior.
en mis sueños más ásperos no falta una sonrisa
Gente fuera de lugar
Demasiado mar. Ya hemos visto suficiente mar.
Al atardecer, cuando el agua se extiende pálida
y esfumada en la nada, el amigo la mira
y yo miro al amigo y no habla ninguno.
y la lluvia ligera y el alba de color jacinto
Los gatos lo sabrán
Caerá otra vez la lluvia
sobre tus dulces suelos,
una lluvia ligera
como un aliento o un paso.
Otra vez la brisa y el alba
han dicho uno de tus nombres
Siempre llegas del mar
Siempre llegas del mar
y tienes la voz ronca,
siempre ojos secretos
de agua viva entre zarzas,
vendrá la muerte y tendrá tus ojos
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
