Una noche en que estaba junto a una horrible judía
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Una noche en que estaba junto a una horrible judía,
Como un cadáver tendido junto a un cadáver,
Me puse a pensar, al lado de aquel cuerpo vendido,
En la triste belleza de la que mi deseo se priva.
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Me representé su nativa majestad,
Su mirada de vigor y de gracias armada,
Sus cabellos que le forman un casco perfumado,
Y cuyo recuerdo me reanima para el amor.
–
Porque yo hubiera besado con fervor tu noble cuerpo,
Y desde tus pies frescos hasta tus negras trenzas
Desplegado el tesoro de las profundas caricias,
–
Si, cualquier noche, de un llanto conseguido sin esfuerzo,
Pudieras tan sólo, ¡oh reina de las crueles!
Oscurecer el esplendor de tus frías pupilas.
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Une nuit que j’étais près d’une affreuse Juive
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Une nuit que j’étais près d’une affreuse Juive,
Comme au long d’un cadavre un cadavre étendu,
Je me pris à songer près de ce corps vendu
À la triste beauté dont mon désir se prive.
–
Je me représentai sa majesté native,
Son regard de vigueur et de grâces armé,
Ses cheveux qui lui font un casque parfumé,
Et dont le souvenir pour l’amour me ravive.
–
Car j’eusse avec ferveur baisé ton noble corps,
Et depuis tes pieds frais jusqu’à tes noires tresses
Déroulé le trésor des profondes caresses,
–
Si, quelque soir, d’un pleur obtenu sans effort
Tu pouvais seulement, ô reine des cruelles!
Obscurcir la splendeur de tes froides prunelles.
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Charles Baudelaire
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Una noche que estaba junto a una horrible judía
De Las flores del mal. Edición de 1861
Versión de Ignacio Caparrós
Edición Alhulia Colección Crisálida Nº 20
Granada 2001
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