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amanecer invernal
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Un helado susurro en la escarcha del vidrio
en mitad del año irracional. La primera luz revela
un orden sombrío en los edificios.
La niebla descompone en la calle
figuras que insisten en nacer. Los movimientos
se aceleran hacia una condenación. La época
deposita su confusión de basura mojada,
nuestros inexplicables residuos al borde de la acera
que rechaza la digestión de la sombra menguante.
En el centro de los motores
la materia hierve su cólera cerrada
y torturada por acumulación de sí misma
su causa traicionada se resuelve
en esta monótona amenaza de objetos manufacturados.
La historia no ha pegado un ojo en toda la noche
y he aquí su nervio desnudo golpeando mis párpados.
Pero mi cerebro no necesitaba para nada
su error desesperado
e inclinado al anhelo de un universo perdido
se niega a ser fecundado
por el fascismo del despertar.
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Joaquín O. Giannuzzi
de Cabeza final
2/ Demandas de la existencia
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