agonía

Tú no vienes.

Te sientas a mi lado

y te gusta hacer preguntas

y esperas

que yo extraiga un pez brillante

del fondo del lago.

Pescadora no soy.

Nadie me ha visto enturbiando la orilla del río

con unas botas de agua.

Lo que estremece al buscador de oro,

ese brillo convulso,

para mí es dolor.

Luisa Castro

de “De mí haré una estatua ecuestre”

1997


 

 

 

 

 

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