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de la poesía moderna
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El poema de la mente en el acto de hallar
lo que haga falta. No siempre había tenido
algo que hallar: la escena estaba ya dispuesta; repetía
lo que decía el libreto.
Después cambiaron el teatro
por alguna otra cosa, y su pasado se volvió un souvenir.
Debe ser algo vivo, aprender cómo se habla en el lugar.
Debe pararse frente a los hombres de la época,
y conocer a las mujeres de la época. Debe ocuparse de la guerra
y debe hallar lo que haga falta. Debe
construir un escenario nuevo. Debe subir
a ese escenario, y como un actor insaciable, despacio y
meditadamente, debe decir palabras que, al oído,
al delicado oído de la mente, repitan
exactamente lo que éste quiera oír, a oídas
de lo cual, un público invisible, oiga ya no la obra
sino su propia voz, manifestada
en la emoción como de dos personas, como dos emociones
que se funden en una. El actor es
un metafísico en la oscuridad, que tañe
un instrumento, que rasguea una cuerda que
resuena al ser atravesada por súbitos aciertos,
que contiene a la mente por completo, debajo de la cual no puede rebajarse.
Más allá de la cual no tiene voluntad de alzarse.
Debe
ser el hallazgo de una satisfacción, y puede
hablar de un hombre patinando, de una mujer bailando, de una mujer
peinándose. El poema del acto de la mente.
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]of modern poetry
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The poem of the mind in the act of finding
What will suffice. It has not always had
To find: the scene was set; it repeated what
Was in the script.
Then the theatre was changed
To something else. Its past was a souvenir.
It has to be living, to learn the speech of the place.
It has to face the men of the time and to meet
The women of the time. It has to think about war
And it has to find what will suffice. It has
To construct a new stage. It has to be on that stage
And, like an insatiable actor, slowly and
With meditation, speak words that in the ear,
In the delicatest ear of the mind, repeat,
Exactly, that which it wants to hear, at the sound
Of which, an invisible audience listens,
Not to the play, but to itself, expressed
In an emotion as of two people, as of two
Emotions becoming one. The actor is
A metaphysician in the dark, twanging
An instrument, twanging a wiry string that gives
Sounds passing through sudden rightnesses, wholly
Containing the mind, below which it cannot descend,
Beyond which it has no will to rise.
It must
Be the finding of a satisfaction, and may
Be of a man skating, a woman dancing, a woman
Combing. The poem of the act of the mind.
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Wallace Stevens
«Of Modern Poetry» from Collected Poems.
Copyright 1923, 1951, 1954 by Wallace Stevens.
Alfred A. Knopf, Knopf Doubleday Publishing Group, of Random House LLC.
Source: The Collected Poems of Wallace Stevens (Alfred A. Knopf, 1990)
Traducción de D. Zaidenwerg
[zaidenwerg.com]
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“Of Modern Poetry”: un poema sobre la poesía
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Juan Afanador
8 septiembre 2015
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Los poemas que reflexionan acerca de la poesía tienen un lugar especial para los poetas.
Estos se acercan a ellos como si fueran talismanes quizás porque entender y definir la poesía es muy difícil y estos poemas sirven
como luces pequeñas, ofrecen algunos atisbos que son valiosos para aquel que busca entender su quehacer.
Además, tiene sentido que sean las manos nebulosas del poema —y no las sólidas manos de la prosa— las que den forma a una
definición a la cual le queda mejor la imprecisión, lo apenas esbozado pues oscila siempre entre lo íntimo y lo objetivo y circunscribe
—como bien lo muestra la primera página de El arco y la lira— los ámbitos más contradictorios de la vida humana. Al respecto de esto,
Olga Orozco dijo una frase muy hermosa en “Alrededor de la creación poética”:
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“Porque la poesía es un organismo vivo, rebelde, en
permanente revolución, y aun la definición más feliz, la que parece aislar
en una síntesis radiante sus resonancias espirituales y su mágica
encarnación en la palabra, no deja de ser un relámpago en lo absoluto,
un parpadeo, una imagen insuficiente y precaria” (2002).
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La poesía es difícil de definir. El poema, entonces, parece ser un medio que de entrada conoce su limitación para definirse a sí mismo
pero así, humildemente, ofrece una visión más clara y más abierta que cualquier prosa bien argumentada.
Pero este tipo de poemas no son exclusivamente valiosos por el potencial que tienen de sugerir lo que es la poesía. También son
interesantes porque no solo hablan de lo que es la poesía, sino que, además, en muchas ocasiones la recrean y la ejemplifican.
Tanto en términos formales como en su contenido, los poemas que hablan acerca de la poesía representan en sí mismos lo que están
tratando de decir. Al hacerlo, también entablan un diálogo con la tradición poética y sientan un postura frente a esta.
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Teniendo lo anterior en cuenta, en este texto quiero analizar el poema “Of Modern Poetry”, publicado por Wallace Stevens en 1942.
Este poema, de manera breve pero compleja y lúcida, habla acerca del deber ser de la poesía en un momento en que este género
vivía grandes cambios en Norteamérica pues buscaba cuestionar las formas clásicas.
El poema habla del modernismo pero lo hace con suficiente distancia histórica como para evaluar cuidadosamente este momento
coyuntural de la poesía estadounidense. Charles Altieri, recuerda la importancia de este poema cuando dice:
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“Quiero saltarme hasta el momento en que los experimentos modernistas habían sido digeridos,
de manera que un artista pudiera reflexionar acerca del proceso histórico entero, destilando los años
formativos del modernismo en una singular abstracción acerca de la abstracción.
Ningún poeta lírico alcanza a hacer eso, pero, como la crítica que este ha engendrado indica, “Of Modern
Poetry” de Stevens se acerca tanto como se puede al objetivo” (1989).
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Dentro de los poemas que hablan acerca de la poesía Norteamericana de la primera mitad del siglo XX, entonces, este resulta especialmente
representativo. Trabajarlo es interesante, no solamente porque se trata de un poema que da amplias luces acerca de la poesía modernista y
de la poesía en general sino, también, porque deja entrever la visión poética de Stevens. El poema trasluce, así, lo que tiene de reflexión
objetiva acerca de la poesía y lo que tiene de visión personal.
El título del poema es una primera fuente de inquietudes.
Cuando Stevens llama al poema “Of Modern Poetry”,
¿está hablando de poesía moderna en un sentido más amplio o de poesía modernista en uno más acotado?
Pienso que la respuesta es doble.
Probablemente se refiere a la poesía modernista de la tradición anglosajona que inicia formalmente con el imagismo y que busca, de manera general,
cuestionar las formas preestablecidas y excesivas de la poesía victoriana. Este ímpetu está claramente contenido en la famosa frase de Ezra Pound:
“Make it new”. En ese sentido, “modern” se refiere a “lo contemporáneo” que en ese preciso momento histórico correspondía con el modernismo y, por
esta razón, la palabra genera un pintoresco juego de palabras pues “modern” se asemeja a “modernist”. Pero la palabra “Modern” del poema de Stevens
también se puede referir a la idea de modernidad, entendida ampliamente como la tradición de la ruptura, como ese “deseo de no ser como los que nos
antecedieron y un querer ser el comienzo de otro tiempo” (Paz, 2014, p. 10).
“Modern”, desde esa perspectiva, es la búsqueda por imponer una ruptura, por explicar cómo se harán las cosas en la poesía “de aquí en adelante”.
El poema lo explica, el poema hace una prescripción y postula una serie de “deberes” (it has to be, it has to face, it has to think…) que debe tener la
poesía para ser moderna.
El texto, de esta manera, está haciendo alusión a una época precisa de la tradición poética anglosajona pero, a la vez, está hablando de una postura frente
al lenguaje y la tradición que es moderna: un cuestionamiento de las formas tradicionales, de los temas poéticos de antaño y de la manera en que el poeta
se relaciona con sus interlocutores.
¿Cómo sucede ese cuestionamiento en términos formales, en la estructura del poema?
Cabe resaltar, en primera instancia, que no se enmarca en ninguna estructura clásica de la poesía.
Ese gran bloque de versos sin rima ni métrica fijas, con dos sangrías violentas en el 5º y en el 25º versos están mostrando, claramente, una
ruptura con respecto a los formatos tradicionales.
El poema está ejemplificando cómo debe ser un poema moderno, cómo, también en términos formales, ya no puede resguardarse en los
andamios cómodos de la antigüedad: cada poema debe lanzarse hacia su propia búsqueda por su forma particular.
Esta idea dialoga de manera muy delicada con el contenido.
Los versos
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“the scene was set; it repeated what
Was in the script.
Then the theatre was changed
to something else. Its past was a souvenir.”
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se pueden entender como un cuestionamiento a las formas poéticas del pasado. El concepto de “teatro”, su connotación arquitectónica, remite
de inmediato a la idea de “estructura” en el poema.
La idea de “guión” alude también, a mi juicio, a ese sentido de constreñimiento, a esa falta de libertad en la medida en que no había siquiera interés
de salirse de la tradición; esta bastaba y el actor se limitaba a repetir.
No estamos frente a un soneto o una balada —estos ya son recuerdos, suvenires del pasado—, ahora el poema debe encontrar sus propias
construcciones formales (“it has to construct a new stage”), aquellas que a ese poema en particular le quedan bien.
Este poema las encuentra: juega con su forma y su contenido.
El poema empuja dos sangrías casi hasta el fondo de la página para señalarnos dos momentos de tránsito relevantes en el contenido, pero
también para evocar un sentimiento de lo fragmentario, de lo que está quebrado y se niega a ser un bloque sólido.
“Then the theatre was changed” es la primera ruptura, cuando el poema, dos versos más abajo, se soltará a explicar cómo debe ser esa nueva poesía.
“It must” es la segunda ruptura, cuando el poema se torna anecdótico después de un entramado mental, conceptual.
Es allí cuando el poema nos deja entrar, nos vincula, nos deja temblando en la página la imágenes tangibles de ese hombre patinando, esa mujer
bailando, esa mujer peinándose y convierte, así, al poema en un acto de comunicación emotiva que, como ha dicho más temprano el propio texto,
es lo que efectivamente debe hacer un poema moderno:
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“In an emotion as of two people, as of two
emotions becoming one”.
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Hay, así, un juego entre la forma (expresada en las sangrías) y el contenido.
Dicho juego también se expresa con la sintaxis y la longitud de las oraciones dentro de los versos. Por un lado está la extraña sintaxis del primer verso,
que pareciera roto, carente de verbo, y nos hace entrar a las aguas del poema, desde el principio, con incomodidad.
Pienso que, de nuevo, la forma del poema aquí está conversando con el contenido y nos está enseñando que esta nueva poesía refleja una época
fragmentaria y difícil. Los antiguos refugios no sirven más y, con este pasaje, pareciera que a la nueva poesía le costara hablar en un principio. Por otro
lado, el poema está marcado al inicio, en ese comienzo incómodo, por oraciones cortas que evocan el mismo sentimiento de dificultad, del nuevo poema
que se escabulle como un topo en la oscuridad.
Ya con esto hemos empezado a acercarnos al contenido del poema.
Hay, a mi juicio, tres grandes ideas que atraviesan este texto.
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La primera, que ya hemos tocado, es la relación de la poesía moderna con la poesía del pasado.
La segunda, es la relación de la poesía moderna con la realidad (con especial énfasis en la guerra).
La tercera, es la relación de la poesía con los otros y las otras.
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Como se puede ver con estas tres ideas, el poema moderno, según la visión de Stevens, no es un poema cómodo, holgado; es un poema que está en
el acto de buscar, que en gran medida se define por medio de las relaciones y tensiones que entabla con la tradición, con la realidad y con los seres
humanos. Al poema ya no le basta aquello que antes era suficiente, ahora debe buscar sus propias maneras de bastar.
Esa búsqueda, ese tanteo, como hemos dicho más arriba, se expresa al inicio del poema y, por esto, el texto es interesante: no solamente nos dice
que hay una búsqueda, sino que nos enseña cómo sucede esa búsqueda en un poema particular.
“Of Modern Poetry” habla, entonces, acerca de la ruptura que supone la poesía moderna con la tradición.
Más arriba hemos dicho que el concepto de modernidad que maneja el poema probablemente es amplio y acotado a una misma vez.
El poema es moderno en tanto que intenta establecer una ruptura y expresar en qué consiste la nueva poesía, pero es también moderno en tanto que
condensa los valores poéticos de su época.
Recordemos que los requisitos fundamentales del manifiesto imagista —movimiento que en cierto modo marca el inicio del modernismo anglosajón
y en el cual Stevens parcialmente participó— eran:
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1. usar el lenguaje del habla cotidiana,
2. la promoción del verso libre en oposición a las formas convencionales (“a new cadence means a new idea”),
3. la absoluta libertad en la elección del tema,
4. presentar una imagen particular y no una serie de generalidades vagas,
5. crear una poesía dura y clara, no una poesía borrosa e indefinida y
6. promover la concentración como una parte importante de la esencia de la poesía.
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Este poema está lejos de ser un típico poema imagista (como lo es, por ejemplo, “Thirteen ways of looking at a Blackbird” del propio Stevens),
pero vemos que expresa una buena cantidad de las ideas que promueve dicho manifiesto y, en esa medida, es un termómetro de lo que ocurría
en la poesía de esa época. “Of Modern Poetry”, así como los imagistas, promueve el uso del lenguaje cotidiano y se opone a la rimbombante
tradición victoriana.
Como hemos dicho más arriba, este poema también ve la imposibilidad de utilizar las formas convencionales de la poesía en el presente. Las
líneas
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“the scene was set; it repeated what
Was in the script.
Then the theater was changed
to something else. Its past was a souvenir”
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pueden referirse no solo a la forma, como se ha señalado, sino a los antiguos temas, a aquellas ideas a las cuales la poesía romántica y victoriana
insistían en fijarse.
Este poema, igualmente, promueve el énfasis en unos nuevos temas aparentemente intrascendentales (el hombre patinando, la mujer bailando y
la mujer peinándose) pero, por medio de éstos, está cuestionando la antigua y preestablecida elección de temas poéticos (aunque el “It must”,
hay que admitirlo, es bastante coercitivo).
Pienso que estas mismas imágenes finales, tan anecdóticas y visuales, pueden ser leídas como un guiño a esa búsqueda imagista por condensar
la poesía en imágenes. Es en ellas, como lo hemos notado, donde desemboca finalmente el poema. Este texto y la poesía de Wallace Stevens no
pueden reducirse al imagismo. Pienso que dicho manifiesto y el poema de Stevens recogen propuestas que empezaban a ser importantes en esa
época y es por esto que se concentran en ideas similares. Lo que me interesa señalar es que el poema da cuenta de la visión acerca de la poesía
en un momento histórico determinado.
En cuanto a la relación entre la poesía y la realidad hay mucho que decir y aquí nos adentramos a la percepción individual que tenía Wallace Stevens
acerca de la poesía.
La guerra es un evento importante para entender la percepción que tenía Stevens acerca del papel de la poesía y de la imaginación en la sociedad.
Como lo muestra la conferencia “The Noble Rider and the Sound of Words”, dictada en Princeton en 1942, precisamente cuando la segunda guerra
mundial devastaba al mundo, Stevens consideraba que la presión que ejercía la realidad sobre los seres humanos era profundamente violenta en su
época —cualitativamente mayor que en períodos pasados—, tanto en términos físicos como espirituales.
El valor de la poesía y de la imaginación estaba en que estas podían ejercer un contrapeso frente a dicha presión y, en ese sentido, podían ayudar a
las personas a vivir sus vidas (Stevens, 1951).
Bajo la luz de esta idea, podemos entender la urgencia que Stevens expresa en “Of Modern Poetry” por que la poesía moderna se comprometa o al
menos tenga en cuenta y dialogue con la realidad. Es así que, más que urgencias estéticas, hablar con el habla del lugar, enfrentar a los hombres y a
las mujeres del momento y pensar acerca de la guerra, son inquietudes poéticas en el sentido más humano y, si se quiere, político, de la palabra.
Para Stevens, la presión de la realidad está en constante cambio y, por tanto, la imaginación —que busca equilibrarla— también. En ese sentido y
como lo muestra este poema, Stevens quizás quiere decir que la poesía “contemporánea” requiere más compromiso y más atención porque la
presión que ejerce la realidad es especialmente alta. El objetivo de Stevens, puede intuir el lector, no es copiar esa realidad, sino ponerle atención
para generar una imaginación suficientemente poderosa como para contrarrestarla.
Esto, en cierto sentido, se relaciona con la tercera idea establecida, la de la relación entre el poema y las otras personas.
El poema plantea una tensión que se soluciona parcialmente al final del poema: por un lado está la idea de que la poesía sucede en la cabeza del
poeta, es aislada y solitaria y, por el otro, está la idea de que la poesía puede generar un vínculo (“two / Emotions becoming one”).
El poema parece ocurrir principalmente en la mente, en un espacio cerrado y conceptual donde se hace alusión a las otras personas pero no se
las ve, no se sabe con certeza si son reales o son ficciones de esa mente que enhebra el poema.
Los pasajes
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“like an insatiable actor, slowly and
With meditation, speak words that in the ear,
In the delicatest ear of the mind, repeat,
Exactly, that which it wants to hear, at the sound
Of which, an invisible audience listens,
Not to the play, but to itself, expressed
In an emotion as of two people, as of two
Emotions becoming one”
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son especialmente intrincados. Aunque la última línea permite intuir que efectivamente ocurre una comunicación y un vínculo, no se tiene certeza
absoluta de que este ocurra.
No obstante, si el poema se pone junto a “The Noble Rider and the Sound of Words” una vez más, se puede hacer una traducción bastante inteligible
de lo que Stevens puede estar diciendo en dichos pasajes. Según la visión de Stevens, el poeta no tiene un deber moral ni social, su único y verdadero
deber es con la poesía.
Sin embargo, al utilizar y compartir su propia imaginación —sin que deje de ser suya— esto puede iluminar la imaginación de sus contemporáneos
—sin que ellos dejen de estar dentro de su propia imaginación — y, así, les puede ayudar a vivir la vida (Stevens, 1951, p. 29).
Es decir que ese sentimiento de aislamiento presente en el poema de Stevens y en su percepción de la poesía moderna no excluye la posibilidad de
un vínculo y éste último es generado por medio de la imaginación.
La magia ocurre cuando esos dos sentimientos aislados, gracias al magnetismo de la imaginación, se convierten momentáneamente en uno.
A pesar del aislamiento que existe según la visión de Stevens, a pesar de que la mente crea la poesía en la oscuridad y, en cierto modo, en la soledad,
existe la imaginación, que nos enmarca, nos hace humanos y nos permite ese acto de resistencia, esa violencia interna que puede luchar contra la
violencia externa de la realidad.
Como se dijo más arriba, al final el poema nos ofrece esas imágenes corrientes, cercanas de personas que nos emocionan y nos permiten, no solo
entender, sino también sentir esa conexión emocional de la cual habla Stevens.
“Of Modern Poetry” abarca el tema de la modernidad desde perspectivas muy interesantes.
Es un poema que refleja las percepciones acerca de la poesía en la primera mitad del siglo XX pero también deja ver la percepción poética individual
de Wallace Stevens.
Es un poema que reflexiona profundamente acerca de preguntas muy vigentes: la relación de la poesía con la realidad, con la tradición y con los seres
humanos.
Da algunas respuestas y deja muchas preguntas que aún en el siglo XXI siguen siendo válidas.
Es, en breve, uno de esos talismanes de los que hablábamos al principio y un gran poema para abrir el apetito hacia esa interesante familia de poemas:
los poemas que hablan acerca de la poesía.
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