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quentin tarantino
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malditos bastardos
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Título original: Inglourious Basterds
Quentin Tarantino, 2009
Traducción: Marc Viaplana Canudas
Introducción: David L. Robbins
–
–
–
SOBRE NEGRO
–
APARECE EL TÍTULO DEL CAPÍTULO:
–
CAPÍTULO TRES
«NOCHE ALEMANA EN PARÍS»
–
–
INTERIOR. AUDITORIO DE SALA DE CINE. NOCHE.
–
Estamos en el auditorio de un cine de París, pero la CÁMARA no
apunta a la pantalla sino al público. Empezamos CERCA del proyector, cuyo haz sale
de la ventanilla de la parte trasera de la sala.
–
La CÁMARA continúa el TRAVELLING hacia atrás, abriendo el plano cada vez más
y haciendo aparecer a más y más ciudadados del París ocupado por los alemanes, que
miran, FUERA DE CUADRO, hacia la pantalla, en la oscuridad.
–
Oímos LA BANDA SONORA, FUERA DE CUADRO, de un musical producido por
Goebbels, proyectado en la pantalla.
La toma sigue moviéndose hacia atrás, y el diálogo alemán continúa llenando el
auditorio.
–
HASTA QUE…
–
… La TOMA DEL TRAVELLING SE PARA en un PRIMER PLANO de Shoshanna,
que está mirando la película.
–
APARECE UN SUBTÍTULO:
–
«SHOSHANNA DREYFUS
DOS SEMANAS DESPUÉS DE LA MASACRE
DE SU FAMILIA»
–
Oímos el sonido del clímax del musical alemán.
–
Las luces suben en la sala.
–
Shoshanna, vestida con un UNIFORME DE ENFERMERA que afanó en algún lado,
se queda sentada mientras el resto de ESPECTADORES recogen sus abrigos y
desfilan hacia el exterior.
–
EXTERIOR. PEQUEÑO CINE DE PARÍS. NOCHE.
–
Los espectadores van saliendo por debajo de la marquesina del cine, mientras alguien
APAGA, desde el interior, las luces de la marquesina.
–
En la MARQUESINA SE LEE, en francés:
–
«NOCHE ALEMANA. BRIDGET VON HAMMERSMARK en “ENREDO EN
MÉXICO”»
–
EXTERIOR. CABINA DE PROYECCIÓN (DE UN CINE PEQUEÑO)
–
Un negro francés, que luego sabremos que se llama MARCEL, es el proyeccionista
del cine. Lo vemos un momento, sacando los rollos del proyector y colocándolos en
la máquina de rebobinado.
–
INTERIOR. AUDITORIO
–
PRIMER PLANO DE SHOSHANNA
–
Shoshanna sigue en su asiento. Aparte de ella, no hay nadie más en la sala.
La propietaria del cine, una francesa atractiva, que conoceremos después como
MADAME MIMIEUX, aparece en uno de los palcos del cine.
–
Desde su posición privilegiada mira hacia abajo, hacia la jovencita sentada en la sala
vacía.
–
El DIÁLOGO será en FRANCÉS y SUBTITULADO EN CASTELLANO.
–
MADAME MIMIEUX
Entonces, jovencita, ya que es más que obvio que por hoy hemos cerrado, me
imagino que estás aquí por algo. ¿Qué puedo hacer por ti?
–
SHOSHANNA
¿Me puedo quedar a dormir aquí esta noche?
–
MADAME MIMIEUX
Deduzco entonces que no eres enfermera.
–
SHOSHANNA
No.
–
MADAME MIMIEUX
Qué chica más espabilada, el tuyo es un buen disfraz. ¿Dónde está tu familia?
–
SHOSHANNA
Fue asesinada.
–
MADAME MIMIEUX
¿Así que eres una huérfana de guerra?
–
SHOSHANNA
Vivíamos en Nancy. Los boches nos descubrieron…
–
MADAME MIMIEUX
… ¿Me estás contando una historia triste?
–
SHOSHANNA
Oui.
–
MADAME MIMIEUX
Las historias tristes me aburren. Estos días, en París, todo el mundo tiene una.
¿Verdad que yo no te aburro con la mía? Pues no me aburras con la tuya.
–
SHOSHANNA
¿Sabe usted manejar las máquinas?
–
MADAME MIMIEUX
¿Qué máquinas?
–
Imita con las manos el movimiento de los rollos girando en el proyector, y dice:
–
SHOSHANNA
Las máquinas que proyectan la película.
–
MADAME MIMIEUX
¿Los proyectores? Sí, soy la dueña de un cine; por supuesto que sé manejarlos.
–
SHOSHANNA
Lo sé. La vi haciéndolo.
–
INSERTO:
PRIMER PLANO DE SHOSHANNA
con la mirada subiendo por la escalerilla que lleva a la cabina de proyección,
observando a…
MADAME MIMIEUX
manejando con destreza los proyectores…
VUELTA A SHOSHANNA
–
SHOSHANNA
Enséñeme. Enséñeme a manejar las máquinas que proyectan la película. Está
usted sola con aquel hombre negro. Sé que le iría bien un poco de ayuda.
–
MADAME MIMIEUX
Conozco por lo menos a seis personas que acabaron en el paredón, ametralladas
por dar refugio a enemigos del estado. No tengo intención de ser la número siete,
el de la mala suerte. ¿Cuánto tiempo llevas en París?
–
SHOSHANNA
Una semana y algunos días.
–
MADAME MIMIEUX
¿Cómo has conseguido sobrevivir al toque de queda y no ser capturada?
–
SHOSHANNA
Durmiendo en las azoteas.
–
MADAME MIMIEUX
Una vez más, tengo que admitir que eres una chica lista. ¿Y qué tal?
–
SHOSHANNA
Mucho frío.
–
MADAME MIMIEUX
(se ríe)
Ya me lo imagino.
–
SHOSHANNA
Con todo mi respeto, no se lo imagina.
–
Pausa.
–
MADAME MIMIEUX
Tienes razón.
–
Madame se queda pensando…
–
MADAME MIMIEUX
Así que no sabes manejar un proyector de cine de treinta y cinco milímetros y
quieres que te enseñe cómo funciona para que puedas trabajar aquí y usar mi cine
como madriguera para esconderte, ¿no es así?
–
SHOSHANNA
Oui.
–
MADAME MIMIEUX
¿Cómo te llamas?
–
SHOSHANNA
Shoshanna.
–
MADAME MIMIEUX
Yo soy Madame Mimieux. Puedes llamarme Madame. Esto es un cine. No un
hogar para caprichosos huérfanos de guerra. Dicho lo cual, tienes razón en lo que
dices.
Si eres realmente excepcional, podrías servirme de algo, así que, Shoshanna…
¿eres realmente excepcional?
–
SHOSHANNA
Oui, Madame.
–
MADAME MIMIEUX
Yo decidiré eso.
–
FUNDIDO A
INTERTÍTULO:
Que muestra un bonito ESBOZO, HECHO A LÁPIZ, de la CIUDAD DE PARÍS,
rematado con la torre Eiffel.
–
EN LA PARTE SUPERIOR SE LEE:
–
«1944
PARÍS»
–
ENTONCES…
La CÁMARA RETROCEDE y vemos que no es en absoluto un INTERTÍTULO sino
un CALENDARIO clavado en la pared de la cabina de proyección del pequeño cine.
Antes de perderlo de vista, VEMOS que estamos en el mes de JUNIO…
–
La CÁMARA descubre a una SHOSHANNA TRES AÑOS MAYOR, trabajando de
PROYECCIONISTA. Es de suponer que Shoshanna pasó el excepcional examen de
Madame Mimieux.
–
Una melodía al estilo de Morricone SUENA en la BANDA SONORA. Esa será la
«Canción de Shoshanna».
–
Un Pequeño Timbre empieza a SONAR, en uno de los proyectores, para avisar a
Shoshanna de que hay que hacer el CAMBIO DE ROLLO.
–
Shoshanna está junto al proyector, viendo una antigua película alemana que está
proyectando, mientras espera la primera SEÑAL para el CAMBIO DE ROLLO.
–
PANTALLA
de la pequeña sala de cine. En la Pantalla, LENI RIEFENSTAHL está tendida en
horizontal mientras un carámbano gotea encima de su cabeza, en la antigua película
alemana «L’Enfer blanc du Piz Palü».
–
La primera SEÑAL para el CAMBIO DE ROLLO APARECE en la esquina superior
derecha del CUADRO… (Esto avisa al proyeccionista para que esté preparado.)
Cuando el ROLLO DE PELÍCULA del primer PROYECTOR se acaba, Shoshanna se
prepara junto al segundo PROYECTOR…
–
ENTONCES…
–
PANTALLA
La segunda SEÑAL para el CAMBIO DE ROLLO APARECE en el mismo lugar.
(Esta es la definitiva.)
–
SHOSHANNA
ACCIONA la palanca del segundo PROYECTOR, que cambia la película del primer
proyector al segundo, ejecutando un perfecto CAMBIO DE ROLLO.
–
Mientras suena la «Canción de Shoshanna» en la banda sonora, vemos un MONTAJE
con ella llevando a cabo las tareas cotidianas: cargar pesadas latas de película por las
escaleras, vaciar los cepos para las ratas, etc., etc.
–
EXTERIOR. CINE. NOCHE.
En la MARQUESINA SE LEE, en francés:
–
NOCHE ALEMANA LENI RIEFENSTAHL en «L’ENFER BLANC DU PIZ PALÜ»
de PABST
–
Shoshanna sale del cine cargada con dos botes de LETRAS (para la marquesina) y
una larga escalera de mano. Su tarea es, obviamente, cambiar el programa en la
marquesina.
–
EL NARRADOR LITERARIO aparece en CASTELLANO en la banda sonora:
–
NARRADOR (VOZ EN OFF)
Para hacer funcionar un cine en París durante la ocupación, había dos opciones.
Podías proyectar películas de proganda alemana nuevas, producidas bajo la
mirada atenta de Joseph Goebbels, o… podías incluir una noche alemana en tu
programación semanal, y proyectar películas alemanas clásicas autorizadas. En
este caso, la noche alemana era jueves.
–
Shoshanna, sin nadie que la ayude y subida en lo más alto de la escalera de mano,
cambia las letras de la marquesina.
–
UN JOVEN SOLDADO ALEMÁN (de edad parecida a la de Soshanna) sale del
cine. Ve la escalera con la joven francesa en lo alto y se acerca a ella.
–
Hablan en FRANCÉS SUBTITULADO en CASTELLANO.
–
SOLDADO ALEMÁN
¿Qué empieza mañana?
–
Shoshanna baja la mirada y ve al joven soldado alemán que le sonríe desde abajo.
–
SHOSHANNA
Un festival Max Linder.
–
SOLDADO ALEMÁN
Ummmm, siempre me gustó más Linder que Chaplin.
Aunque Linder nunca hizo una película tan buena como «El chico». La escena
culminante de la persecución en «El chico» es espléndida.
–
Shoshanna continúa trabajando, sin sumarse a la conversación.
–
SOLDADO ALEMÁN
Supongo que ahora le iría bien una «M», una «A» y una «X», ¿no?
–
SHOSHANNA
No hace falta. Me arreglo sola.
–
SOLDADO ALEMÁN
No sea ridícula, es un placer.
–
Le tiende a la damisela francesa las letras que forman MAX.
–
SHOSHANNA
Merci.
–
SOLDADO ALEMÁN
Me gusta muchísimo su cine.
–
SHOSHANNA
Merci.
–
Se pone a colocar las letras en la marquesina…
–
SOLDADO ALEMÁN
¿Es suyo?
–
SHOSHANNA
¿Que si es mío?
–
SOLDADO ALEMÁN
Oui.
–
SHOSHANNA
Oui.
–
SOLDADO ALEMÁN
¿Cómo puede ser que una jovencita como usted sea la dueña de un cine?
–
Debido al uniforme del soldado y a la situación de Shoshanna, todos los esfuerzos del
soldado por entablar una conversación le dan a la jovencita judía camuflada la
impresión de estar en un interrogatorio de la Gestapo.
–
SHOSHANNA
Mi tía me lo dejó.
–
SOLDADO ALEMÁN
Qué chica más afortunada.
–
Shoshanna no contesta.
–
SOLDADO ALEMÁN
Gracias por programar una noche alemana.
–
SHOSHANNA
No hay de qué, no me queda otra opción.
–
SOLDADO ALEMÁN
¿Escoge usted misma las películas alemanas?
–
SHOSHANNA
Oui.
–
SOLDADO ALEMÁN
Entonces mantengo mi agradecimiento. Me encantan las películas de Riefenstahl,
especialmente «Piz Palü».
Es agradable conocer a una chica francesa que admira a Riefenstahl.
–
SHOSHANNA
«Admirar» no es la palabra que yo usaría para describir mis sentimientos por la
fräulein Riefenstahl.
–
SOLDADO ALEMÁN
Pero admira al director Pabst, ¿verdad? Por eso ha puesto su nombre en la
marquesina.
–
Shoshanna baja de la escalera y se queda delante del soldado alemán.
–
SHOSHANNA
Soy francesa. Aquí respetamos a los directores de nuestro país.
–
SOLDADO ALEMÁN
Y, al parecer, también a los alemanes.
–
SHOSHANNA
También a los alemanes. Gracias por su ayuda, soldado. Adieu.
–
Se gira para volver al interior.
–
SOLDADO ALEMÁN
¿Ya ha acabado?
–
SHOSHANNA
Terminaré por la mañana.
–
Abre la puerta para entrar.
–
SOLDADO ALEMÁN
¿Le puedo preguntar cómo se llama?
–
SHOSHANNA
¿Quieres ver mi documentación?
–
Le tiende su documentación perfectamente falsificada.
Obviamente, esto no es lo que él quería, pero la coge de todas formas para leer el
nombre de ella.
–
SOLDADO ALEMÁN
Emmanuelle Mimieux. Es un nombre realmente precioso.
–
SHOSHANNA
Merci. ¿Ha terminado con mi documentación?
–
Él se la devuelve.
–
SOLDADO ALEMÁN
Mademoiselle… Me llamo Fredrick Zoller.
–
Ella no responde.
–
SOLDADO ALEMÁN
Ha sido un placer charlar con alguien a quien le gusta el cine tanto como a mí.
Felices sueños, mademoiselle.
–
Le hace un pequeño saludo y se pierde en la oscuridad de otra noche de toque de
queda.
–
Ella se queda mirándolo. No lo dejó entrever, pero de alguna manera sintió algo por
él. Al fin y al cabo, para un verdadero amante del cine, es difícil odiar a alguien
que… CINEMA MON AMOUR.
–
EXTERIOR. AZOTEA DEL CINE. NOCHE.
–
Shoshanna en la azotea de su cine, bien entrada la noche, enciende un cigarrillo.
Mientras da la primera calada, recuerda una voz.
–
INSERTO
–
MADAME MIMIEUX, Shoshanna, más joven, y Marcel, el proyeccionista negro, en
la cabina de proyección. Shoshanna enciende un cigarrillo y Madame Mimieux le da
una FUERTE BOFETADA, que hace que el cigarrillo se le caiga de la boca. Marcel
lo APAGA rápidamente con el pie.
–
MADAME MIMIEUX
Si te vuelvo a ver encendiendo un cigarrillo en mi cine, te entregaré a los nazis,
¿me has entendido?
–
Shoshanna se queda sobrecogida por la amenaza.
–
SHOSHANNA
Oui, Madame.
–
MADAME MIMIEUX
Solo por encender fuego en mi cine mereces algo mucho peor que ser metida en
el vagón nazi de los judíos.
¿Sabe tu cabeza de chorlito cuál es la principal prioridad del dueño de un cine?
Evitar que el puto local arda hasta los cimientos,
¡esa es!
Tengo en mi colección más de trescientas cincuenta películas de treinta y cinco
milímetros en copias de nitrato, que no solo son inmensamente inflamables sino
también extremadamente inestables. Y si se les prendiera fuego arderían tres
veces más rápido que el papel. Si eso ocurriera… ¡POOOF!… se acabó; no
quedaría ni cine ni nada, y todos los que estuvieran dentro morirían abrasados. Si
te vuelvo a ver encendiendo fuego en mi cine, no te entregaré, te mataré yo
misma. Y los putos nazis me darán un pase para el toque de queda.
¿Me has entendido?
–
SHOSHANNA
Oui, Madame.
–
MADAME MIMIEUX
¿No me crees?
–
SHOSHANNA
Oui, Madame.
–
MADAME MIMIEUX
Más te vale.
–
VUELTA A LA AZOTEA
–
Shoshanna exhala humo del cigarrillo.
Marcel aparece en la azotea.
–
MARCEL
¿Te pasa algo?
–
SHOSHANNA
Ni siquiera en la azotea me puedo fumar un cigarrillo sin oír la voz de Madame
chillándome. Por eso lo hago, para oír otra vez la voz de Madame.
–
MARCEL
Ambos la echamos de menos.
–
SHOSHANNA
Lo sé. No me pasa nada, cariño. Me iré a la cama pronto.
–
Marcel vuelve al interior. Shoshanna sigue fumando.
–
INTERIOR. RESTAURANTE FRANCÉS. TARDE.
–
Shoshanna está en el fondo de un restaurante francés, leyendo un libro, «El Santo en
Nueva York» de Leslie Charteris, mientras toma vino. Entonces entra el joven
soldado alemán del otro día, FREDRICK ZOLLER. Pide una cerveza y ve a la chica
francesa, sentada al fondo. Sonríe y se dirige hacia ella. «Oh, no; otra vez el tipo
ese», piensa ella.
–
Una vez más, hablan en FRANCÉS SUBTITULADO en CASTELLANO.
–
FREDRICK
¿Te importa si me siento?
–
SHOSHANNA
Escucha, Fredrick…
–
FREDRICK
(sonriendo)
… ¿Te acuerdas de mi nombre?
–
SHOSHANNA
Sí… Escucha, me pareces un tipo bastante simpático…
–
FREDRICK
… Merci.
–
SHOSHANNA
De nada… pero, aun así, quiero que dejes de acosarme.
–
FREDRICK
Discúlpeme, mademoiselle. No era mi intención acosarla. Solo trataba de ser
cordial.
–
SHOSHANNA
No quiero ser tu amiga.
–
FREDRICK
¿Por qué no?
–
SHOSHANNA
Deja de portarte como un crío. Ya sabes por qué.
–
FREDRICK
Soy algo más que un uniforme.
–
SHOSHANNA
No para mí. Si tan desesperado estás por encontrar una novia francesa, ¿por qué
no pruebas en Vichy?
–
En aquel mismo momento, entran DOS SOLDADOS ALEMANES, evidentemente
muy impresionados con Fredrick. Se ponen a hablar alborotadamente sobre él, en
ALEMÁN SIN SUBTITULAR, lo cual no entiende Shoshanna ni los espectadores no
germanoparlantes que estén viendo la película.
–
Fredrick les firma unos autógrafos, les estrecha la mano y los soldados se van.
Shoshanna frunce el ceño.
–
SHOSHANNA
¿Quién eres?
–
FREDRICK
Pensaba que era solo un uniforme.
–
SHOSHANNA
No eres un simple soldado alemán. ¿Eres el hijo de alguien?
–
FREDRICK
La mayoría de soldados alemanes somos hijos de alguien.
–
SHOSHANNA
Sí, pero tú no eres cualquiera. ¿Quién eres? ¿El sobrino de Hitler?
–
Fredrick se inclina sobre la mesa; ella se inclina también, y él dice:
–
FREDRICK
Sí.
–
SHOSHANNA
¿De verdad?
–
FREDRICK
No, la verdad es que no. Solo te estaba tomando el pelo.
–
Ella se echa hacia atrás, molesta.
–
SHOSHANNA
Entonces, ¿de qué se trata? ¿Eres acaso una estrella de cine alemán?
–
FREDRICK
No exactamente.
–
SHOSHANNA
¡Psé! ¿Qué significa «no exactamente»?
Te he preguntado si eras una estrella de cine, y la respuesta a esa pregunta solo
puede ser sí o no.
–
Fredrick se ríe con esta última frase.
–
FREDRICK
Lo que acabas de decir me ha recordado a mi hermana.
–
Eso pilla desprevenida a Shoshanna.
–
FREDRICK
En mi familia somos yo y seis hermanas.
El negocio familiar es una sala de cine en Munich.
Verte llevando tu cine me hace pensar en ellas. En mi hermana Helga, en especial.
Fue ella quien me crió cuando mi padre no estaba para hacerlo. La admiro mucho.
Te gustaría, y ella no lleva un uniforme alemán.
–
SHOSHANNA
¿Helga te crió?
–
FREDRICK
Y a todas mis hermanas. Yo era el pequeño, pero Helga era la más mandona.
–
SHOSHANNA
¿Y tus padres?
–
FREDRICK
Mi madre murió y mi padre era un fracasado. El lema de mi padre era: «Si no lo
consigues a la primera, déjalo». El día que se largó, ¡buen viaje y hasta nunca!
Todo lo que necesito son mis hermanas. Por eso me gusta tu cine.
Me hace sentir más cerca de ellas y añoranza al mismo tiempo.
–
SHOSHANNA
¿Vuestro cine sigue funcionando?
–
FREDRICK
Oui.
–
SHOSHANNA
¿Cómo se llama?
–
FREDRICK
Kino Haus.
–
SHOSHANNA
¿Y que tal funciona durante la guerra?
–
FREDRICK
La verdad es que, en Alemania, la asistencia de espectadores ha subido.
–
SHOSHANNA
Sin duda, no tenéis que trabajar con toque de queda.
–
FREDRICK
¿Llenas la sala a menudo?
–
SHOSHANNA
¡Psé! La última vez fue antes de la guerra.
–
FREDRICK
Entonces, si consiguieras presentar un gran evento, ¿te ayudaría?
–
SHOSHANNA
Por supuesto, pero eso no va a ocurrir.
–
DOS SOLDADOS ALEMANES MÁS, junto con DOS AMIGAS FRANCESAS, se
acercan a la mesa. Le piden un autógrafo a Fredrick, que se los firma. Una de los dos
chicas francesas dice, EN FRANCÉS: «Qué emocionante es conocer a un auténtico
héroe de guerra alemán». Shoshanna lo oye. El grupo se va. Así que se trata de eso,
piensa ella.
–
SHOSHANNA
¿Así que eres un héroe de guerra? ¿Por qué no me lo contaste?
–
FREDRICK
Todo el mundo lo sabe, me gustaba que tú no lo supieras.
–
SHOSHANNA
¿Qué hiciste?
–
Fredrick toma un sorbo de cerveza.
–
FREDRICK
Soy el que más enemigos ha matado en la Segunda Guerra Mundial… hasta el
momento.
–
Os podéis jugar el culo a que eso atrae la atención de Shoshanna.
–
SHOSHANNA
¡Uau!
–
FREDRICK
Estaba solo en el campanario de una ciudad amurallada de Rusia. Yo solo y mil
cartuchos de munición, en un nido de pájaros, contra trescientos soldados rusos.
–
SHOSHANNA
¿Qué es un nido de pájaros?
–
FREDRICK
Un nido de pájaros es lo que para un francotirador es un campanario. Una
estructura alta con un ángulo de visión de trescientos sesenta grados. Algo muy
ventajoso para un tirador.
–
SHOSHANNA
¿A cuántos rusos mataste?
–
FREDRICK
A sesenta y ocho…
–
(pausa)
–
… el primer día. A ciento cincuenta, el segundo día. A treinta y dos, el tercer día.
Al cuarto día abandonaron la ciudad.
Naturalmente, mi historia bélica despertó mucho interés en Alemania, por eso
todo el mundo me conoce. Me llaman el sargento York alemán.
–
SHOSHANNA
Quizá hagan una película sobre tus hazañas.
–
FREDRICK
Bueno, eso es justo lo que Joseph Goebbels pensó. Así que lo hizo. Se llama «El
orgullo de la nación», y ¿sabes qué?, me pidieron que la interpretara yo. Hay
pósters anunciándola en los quioscos de todo París. Esa es otra razón para tanto
interés.
–
SHOSHANNA
¿«El orgullo de la nación» trata de ti? ¿Tú eres el protagonista de «El orgullo de
la nación»?
–
FREDRICK
Ya sé, parece cómico, ¿eh?
–
SHOSHANNA
No tan cómico. ¿Y qué estás haciendo en París?
¿Disfrutar de un descanso?
–
FREDRICK
Apenas. He estado haciendo publicidad, haciéndome fotos con diversas
eminencias alemanas, visitando tropas, ese tipo de cosas. Goebbels quiere que la
película se estrene en París, así que he estado ayudando en los preparativos.
Joseph tiene mucho interés en esta película. Le está diciendo a todo el que quiera
escuchar que cuando se estrene «El orgullo de la nación» yo seré el Van Johnson
alemán.
–
Shoshanna está muy lejos de sentir ningún afecto por el joven alemán. Aun así, sus
hazañas y sus atractivas maneras no dejan de impresionarla. Pero su forma de
referirse a Goebbels como «Joseph», como si fueran amigos, es más que suficiente
para que ella se dé cuenta de la situación. Este joven alemán significa problemas con
mayúsculas, y lo que a ella le hace falta es mantenerse apartada de él.
–
De repente ella se levanta y dice:
–
SHOSHANNA
Bien, buena suerte con el estreno, soldado. Espero que os vaya todo bien a ti y a
Joseph. Au revoir.
–
Y, sin más, desaparece, dejando plantado al perplejo soldado.
–
EXTERIOR. MARQUESINA DEL CINE. DE DÍA.
–
Es el día siguiente.
Shoshanna y Marcel están cambiando las letras de la marquesina.
Marcel se excusa para ir al baño.
Shoshanna se queda sola en el exterior del pequeño cine, subida en lo alto de la
escalera de mano.
–
ENTONCES…
… UN GRAN SEDÁN NAZI DE COLOR NEGRO se detiene delante del pequeño
cine.
UN COMANDANTE ALEMÁN, con uniforme negro de la Gestapo, sale de la parte
de atrás del sedán.
El CHÓFER, un soldado alemán, sale también.
–
Grita a la jovencita subida en la escalera:
Tanto el ALEMÁN como el FRANCÉS serán SUBTITULADOS al CASTELLANO.
–
COMANDANTE DE LA GESTAPO
¿Mademoiselle Mimieux?
–
SHOSHANNA
Oui?
–
El comandante ordena en alemán al chófer que le pregunte a la chica en francés:
–
COMANDANTE DE LA GESTAPO
Pregúntale si es la dueña del cine.
–
En francés, el chófer le pregunta a Shoshanna:
–
CHÓFER
¿Es usted la dueña del cine?
–
SHOSHANNA
Oui.
–
COMANDANTE DE LA GESTAPO
Dile que baje.
–
CHÓFER
Baje, por favor.
–
Shoshanna baja de la escalera.
El chófer le abre la puerta trasera del sedán, haciéndole señas para que entre.
–
SHOSHANNA
No lo entiendo. ¿Qué he hecho?
–
CHÓFER
(al comandante)
Quiere saber qué es lo que ha hecho.
–
COMANDANTE DE LA GESTAPO
¿Quién dice que haya hecho algo?
–
CHÓFER
¿Quién dice que haya usted hecho algo?
–
Entonces, haciendo su mejor imitación de las maneras arrogantes de madame
Mimieux…
–
SHOSHANNA
Entonces exijo saber qué significa todo esto y adónde me piensan llevar.
–
El chófer empieza a traducir, pero el comandante de la Gestapo levanta la mano en
señal de que no se moleste en continuar.
El comandante se queda mirando a la joven francesa y le dice en alemán:
–
COMANDANTE DE LA GESTAPO
Mueve el culo y súbete al coche.
–
No hace falta traducción. Ella se mete en la parte trasera del coche, seguida de los
alemanes. El sedán se pone en marcha.
–
INTERIOR. SEDÁN (EN MARCHA). DE DÍA.
El sedán nazi circula por las calles de París, a primera hora de la tarde.
MANTENEMOS A SHOSHANNA EN PRIMER PLANO CERRADO
durante todo el trayecto, sin mostrar en ningún momento al opresor nazi que va detrás
de ella. Nos concentramos en su cara, que trata de no revelar nada.
El sedán se detiene.
–
Se abre la puerta del coche y el chófer le tiende la mano a Shoshanna.
–
EXTERIOR/INTERIOR MAXIM’S (FAMOSO CAFÉ DE PARÍS). DE DÍA.
–
Shoshanna sale del coche y es conducida al interior de un café de París con el oficial
de la Gestapo. La joven judía tarda un poco en darse cuenta de que no la llevan a una
sala de interrogatorios de la Gestapo, ni a un vagón de tren, ni a un campo de
concentración, sino a almorzar.
–
La mejor mesa de Maxim’s. Sentados a su alrededor hay tres personas y dos perros:
el ministro de Propaganda alemán y número dos del Tercer Reich de Hitler, JOSEPH
GOEBBELS; su intérprete de francés (y amante), FRANCESCA MONDINO, y el
joven soldado Zoller; DOS CANICHES FRANCESES DE COLOR NEGRO, que
pertenecen a mademoiselle Mondino, están sentados uno junto al otro en otra silla
ante la mesa.
–
Nos sumamos a ellos, a media conversación:
–
Hablan todos ALEMÁN, SUBTITULADO en CASTELLANO:
–
GOEBBELS
Solo la prole de los esclavos permite a América ser atléticamente competitiva. La
medalla de oro olímpica americana puede medirse en sudor negro.
–
Shoshanna es conducida por el comedor francés por el comandante de la Gestapo. El
soldado Zoller la ve y se pone en pie, se excusa y la saluda antes de que llegue a la
mesa.
–
Fredrick dice en francés, SUBTITULADO EN ESPAÑOL:
–
FREDRICK
Qué bien que haya venido. No estaba seguro de si aceptaría mi invitación.
–
SHOSHANNA
¿Invitación?
–
ENTONCES…
… La voz de Goebbels dice, FUERA DE CUADRO:
–
GOEBBELS (VOZ EN OFF)
¿Es esta la joven en cuestión, Fredrick?
–
El soldado Zoller se gira hacia Goebbels, coge a Shoshanna del brazo, y la conduce
hacia él.
–
FREDRICK
Así, es, herr Goebbels. Emmanuelle, aquí hay alguien a quien le quiero presentar.
–
Joseph Goebbels, que se queda sentado, levanta la vista hacia la joven francesa y la
examina mientras se mete en la boca una cucharada de «crème brûlée».
El entusiasmado Fredrick presenta ceremoniosamente a Shoshanna al ministro de
propaganda.
–
FREDRICK
Emmanuelle Mimieux, tengo el gusto de presentarle al ministro de Propaganda, el
director de toda la industria cinematográfica alemana y, ahora que soy un actor, a
mi jefe, Joseph Goebbels.
–
Goebbels le tiende a Shoshanna una mano de largos dedos que recuerdan a una araña.
Shoshanna se la estrecha.
–
GOEBBELS
Su reputación le precede, fräulein Mimieux.
–
Se gira hacia Francesca para que traduzca, pero esta se acaba de meter en la boca un
gran pedazo de tiramisú.
Todos se echan a reír.
Fredrick interviene…
–
FREDRICK
Y, por lo general, esta es la intérprete de francés de herr Goebbels, mademoiselle
Francesca Mondino.
–
FRANCESCA
Levanta la mirada hacia Shoshanna.
–
La VOZ DEL NARRADOR aparece en la banda sonora:
–
NARRADOR (VOZ EN OFF)
Francesca Mondino es mucho más que la intérprete de francés de Goebbels.
Es también la actriz francesa favorita de Goebbels, que aparece en sus películas…
–
INSERTO
–
FRAGMENTO DE PELÍCULA
de una de las películas en blanco y negro producidas por Goebbels, interpretada por
Francesca.
Francesca, vestida de campesina francesa, con un JOVEN SOLDADO (DE
PELÍCULA) ALEMÁN.
–
Francesca habla en FRANCÉS SUBTITULADO al CASTELLANO:
–
FRANCESCA / CAMPESINA
Te amo, no lo puedo evitar. La patria o el corazón, ¿a cuál debo traicionar?
–
APARECE UN SUBTÍTULO debajo, con el título de la película:
–
«CONFLICTO SENTIMENTAL» (1943)
–
INSERTO
–
Francesca y Goebbels copulan en el tocador de ella, en una cama de terciopelo rojo.
–
NARRADOR (VOZ EN OFF)
Y la amante francesa favorita de Goebbels, actuando en la cama.
–
VEMOS UN FRAGMENTO BREVÍSIMO DE Goebbels FOLLÁNDOSE a
Francesca, que está A CUATRO PATAS.
–
FRANCESCA
(como una bestia)
¡Así! ¡Así! ¡Fóllame! ¡Lléname!
–
VUELTA A FRANCESCA,
que mira a Shoshanna.
–
FRANCESCA
Bonjour.
–
SHOSHANNA
Bonjour.
–
FREDRICK
Y ya conoce al comandante.
–
El oficial de la Gestapo se adelanta y le dice a Fredrick, en alemán:
–
COMANDANTE DE LA GESTAPO
La verdad es que no me he presentado.
(a Shoshanna)
Comandante Deiter Hellstrom de la Gestapo, para servirle, mademoiselle.
(entrechoca
los talones)
Por favor, permítame ofrecerle un asiento.
–
El comandante de la Gestapo saca una silla para que la joven dama se acomode.
–
Shoshanna se coloca en la posición más comprometida. Sentado a su derecha está el
soldado Zoller. A la izquierda tiene a los dos perros mimados de pelo rizado. El
comandante Hellstrom le sirve a Shoshanna una copa de vino tinto, de una pequeña
vasija que hay en la mesa.
–
COMANDANTE HELLSTROM
Pruebe el vino, mademoiselle, no está nada mal.
–
Goebbels la observa desde el otro lado de la mesa.
–
GOEBBELS
Bien, tengo que decir que ha causado usted una gran impresión en nuestro
muchacho.
–
Francesca traduce las palabras de Goebbels, en alemán, para Shoshanna.
–
GOEBBELS
Tengo que decir, fräulein, que debería estar más bien molesto con usted.
–
Francesca traduce.
–
GOEBBELS
He llegado a Francia con la intención de almorzar con mi estrella…
–
Francesca traduce…
–
GOEBBELS
Por lo poco que sé, se ha convertido en la comidilla a París y ahora apenas tiene
tiempo para mí.
–
Francesca traduce…
–
GOEBBELS
La gente espera durante horas, días a veces, para verme. Pero para el Führer o el
soldado Zoller tengo que esperar yo.
–
Francesca traduce…
–
GOEBBELS
Y cuando finalmente consigo una cita con el joven soldado, este se pasa el
almuerzo entero hablándome de usted y de su cine.
–
Francesca traduce…
–
GOEBBELS
Así que, fräulein Mimieux, entremos en materia.
–
El soldado Zoller interrumpe…
–
FREDRICK
Herr Goebbels, aún no he informado a mademoiselle Mimieux de nada.
–
GOEBBELS
A menos que la chica sea un poco tarda, estoy seguro de que ya se lo ha
imaginado. Al fin y al cabo, dirige un cine. Francesca, explicáselo.
–
Francesca se lo explica a Shoshanna, en francés:
–
FRANCESCA
Lo que tratan de explicarte, Emmanuelle, es que el soldado Zoller se ha pasado la
última hora de este almuerzo tratando de convencer a monsieur Goebbels de que
abandone los planes previos para el estreno de la película del soldado Zoller, y de
que cambie el lugar de presentación a tu sala.
–
Zoller reacciona.
–
FRANCESCA
(en FRANCÉS, a Zoller)
¿Qué?
–
FREDRICK
Quería contárselo yo.
–
FRANCESCA
Mierda. Discúlpeme, soldado. Claro que sí.
–
GOEBBELS
(en ALEMÁN, a Francesca)
¿Cuál es el problema?
–
FRANCESCA
El joven soldado quería informar a la mademoiselle personalmente.
–
GOEBBELS
Tonterías. Hasta que no le haga unas cuantas preguntas, no tiene nada de qué
informar.
Que conste en acta que aún no he accedido a un cambio de local.
–
COMANDANTE HELLSTROM
Se hace constar.
–
Goebbels le habla en alemán a Shoshanna:
–
GOEBBELS
¿Dispone de palcos?
–
SHOSHANNA
Oui.
–
GOEBBELS
¿Cuántos hay?
–
SHOSHANNA
Tres.
–
GOEBBELS
Sería mejor que fuera más. ¿Cuántas butacas tiene su auditorio?
–
SHOSHANNA
Trescientas cincuenta.
–
GOEBBELS
Eso son casi cuatrocientas menos que en el Ritz.
–
Fredrick interrumpe…
–
FREDRICK
Pero herr Goebbels, eso no es tan importante. Usted mismo dijo que no quería
darle el gusto, a todos los burgueses hipócritas franceses, de ocupar espacio para
ganarse algún favor. Con menos asientos el evento será más exclusivo. Usted no
trata de llenar la sala, y ya se están peleando por un sitio.
Además, ¡al diablo con los franceses!
Será una noche alemana, un acontecimiento alemán, una celebración alemana.
Será una noche para usted, para mí, para el ejército alemán, para el alto mando y
para nuestras familias y amigos. Solo se debería permitir la entrada a los que se
van a emocionar con las hazañas que se verán en la pantalla.
–
Goebbels escucha en silencio y luego, tras una breve pausa:
–
GOEBBELS
Veo que tu habilidad en oratoria ha mejorado. Al parecer, he creado un monstruo.
Un monstruo excepcionalmente persuasivo. Cuando acabe la guerra, te espera una
carrera en política.
–
La mesa entera suelta unas risitas.
–
GOEBBELS
Bien, soldado, aunque es cierto que tiendo a concederte cualquier capricho, antes
de que pueda decir sí o no tengo que ver una película en el cine de esta joven
dama.
(a Shoshanna)
Entonces, jovencita, va a cerrar usted su cine esta noche y tendremos una
proyección privada.
–
Francesca traduce…
–
GOEBBELS
¿Qué películas alemanas tiene?
–
Francesca se lo pregunta…
–
SHOSHANNA
En mi cine, en la noche alemana, se suelen ver clásicos alemanes.
–
Francesca traduce…
–
GOEBBELS
¿Y por qué no mis películas?
–
Francesca se lo pregunta…
–
SHOSHANNA
Mi cine atrae a un público alemán de más edad, que aprecia la nostalgia de los
viejos tiempos.
–
Francesca traduce…
–
GOEBBELS
Bobadas, fräulein. Nosotros, los alemanes, miramos hacia el futuro, no hacia el
pasado. Esa era del cine alemán está muerta. El cine alemán que estoy creando,
no solo será el cine de Europa, sino la única alternativa que le quedará al mundo
ante la degenerada influencia judía de Hollywood.
–
Fredrick interrumpe…
–
FREDRICK
Además de ser dueña de un cine, Emmanuelle es una excelente crítica de cine.
–
Fredrick echa una risita, pero solo él.
–
GOEBBELS
Ah, «Chicos con ventura», «Chicos con ventura»…
Después de todo, es mi producción más amena. No solo eso; no me extrañaría que
dentro de sesenta años «Chicos con ventura» sea la película por la que yo seré
más recordado.
Ya sé que no parece así ahora, pero esperen y verán.
Muy bien, haré que envíen una copia de la película al cine de la fräulein.
Esta noche proyectaremos «Chicos con ventura».
–
Mientras Francesca le traduce eso a Shoshanna…
… de repente, en la silla vacía junto a la joven judía, aparecen los bajos de un
uniforme gris, de oficial de las SS.
–
GOEBBELS
Ah, Landa, aquí le tenemos. Esta es la joven en cuestión.
–
El oficial de las SS se sienta y resulta ser nuestro viejo amigo de la escena inicial, el
CORONEL HANS LANDA.
–
FREDRICK
Emmanuelle, este es el coronel Hans Landa de las SS. Se encargará de la
seguridad en el estreno.
–
PRIMER PLANO DE SHOSHANNA
Una bomba cae y le explota en la cara. Pero si revela cualquier turbación su historia
de guerra acabará aquí.
–
El OFICIAL DE LAS SS
que asesinó a la familia de Shoshanna, le coge la mano, se la besa y dice en perfecto
francés:
–
CORONEL LANDA
Encantado, mademoiselle.
–
COMANDANTE HELLSTROM
Más conocido como el Cazador de Judíos.
–
Toda la mesa se echa a reír.
–
GOEBBELS
Ah, Francesca, ¿qué fue aquello tan gracioso que el Führer dijo de Hans?
–
FRANCESCA
¿Qué dijo?
–
GOEBBELS
Ya sabes, tú estabas allí, el Führer dijo algo muy gracioso sobre Hans… ¿Algo
sobre un cerdo?
–
Francesca lo recuerda.
–
FRANCESCA
Ah, sí, claro.
–
Lo repite con un susurro en la oreja de Goebbels.
–
GOEBBELS
Claro, por supuesto, era eso. El Führer dijo que no le sorprendería que Hans
descubriera judíos igual que un cerdo de corral que busca trufas.
–
FRANCESCA
Eso es lo que necesitamos, cerdos que sepan descubrir judíos.
–
CORONEL LANDA
¿Quién necesita un cerdo si me tenéis a mí?
–
Una sonora risotada resuena por toda la mesa.
–
GOEBBELS
¿Tienes algún compromiso esta noche?
–
CORONEL LANDA
La verdad es que sí.
–
GOEBBELS
Cancélalo. Esta noche nos vamos todos al cine de la fräulein a ver «Chicos con
ventura».
–
CORONEL LANDA
Magnífico.
–
Entonces, la compañera del ministro del Reich, mademoiselle Mondino, interrumpe:
–
FRANCESCA
Y ahora tengo que llevar al ministro del Reich, Goebbels, a su siguiente cita.
–
GOEBBELS
¡Negrera! ¡Negrera francesa!
–
Todos ríen.
Empiezan todos a levantarse de la mesa…
Francesca recoge a los estúpidos perros…
El coronel Landa se levanta y dice:
–
CORONEL LANDA
Ahora, como jefe de seguridad de tan fausto acontecimiento alemán, me temo que
tengo que mantener una charla con mademoiselle Mimieux.
–
Los ojos de mademoiselle Mimieux van hacia el soldado Zoller, que contesta:
–
FREDRICK
¿Qué tipo de charla?
–
CORONEL LANDA
¿Ha sonado eso sospechosamente como si un soldado cuestionara las órdenes de
un coronel? ¿O es mi susceptibilidad?
–
FREDRICK
Nada más lejos de la realidad, coronel. Su autoridad está fuera de duda. Pero su
reputación le precede.
¿Tiene mademoiselle Mimieux, o yo mismo, algún motivo para inquietarse?
–
GOEBBELS
Hans, el chico no tiene ninguna mala intención, solo está enamorado. Y tiene
razón. Tu reputación te precede.
–
Todos se ríen a carcajadas. El ministro del Reich y su séquito se abren camino hacia
la parte frontal del café, con los dos estúpidos perros delante, atados con una correa.
–
CORONEL LANDA
No hay motivo para que se inquieten, ninguno de los dos.
Como jefe de seguridad, simplemente necesito tener una charla con la propietaria
del posible nuevo local.
–
FREDRICK
Esperaba poder acompañar a mademoiselle Mimieux de vuelta a su cine.
–
GOEBBELS
¡Tonterías! Ya habrá ocasión de tomar helado y pasear junto al Sena. Ahora
mismo, permítele al coronel Landa que haga su trabajo.
–
Todo el mundo se despide.
El coronel Landa le ofrece a la joven judía camuflada un asiento en una mesita del
patio exterior de Maxim’s.
–
La fluidez y la capacidad poética del francés del Cazador de Judíos de las SS, revela
al público que su pretendida torpeza con el francés al hablar con monsieur LaPadite
en la primera escena de la película era simplemente un método de interrogación.
–
Hablan en FRANCÉS SUBTITULADO en CASTELLANO:
–
CORONEL LANDA
¿Ha probado la tarta de manzana que tienen aquí?
–
SHOSHANNA
No.
–
CORONEL LANDA
No está del todo mal. Entonces, ¿cómo se conocieron usted y el joven soldado?
–
Ella está a punto de contestar, cuando se acerca un CAMARERO.
–
CORONEL LANDA
Sí, dos tartas de manzana, una para mí y otra para la mademoiselle. Una taza de
café exprés con un poco de leche caliente al lado.
Para la mademoiselle, un vaso de leche.
–
Teniendo en cuenta que Shoshanna se crió en una granja lechera y que la última vez
que estuvo en una granja lechera la persona con quien se va a comer una tarta asesinó
a toda su familia, el hecho de que él pida un vaso de leche para ella es cuando
menos… desconcertante.
La clave del poder del coronel Landa, o de su encanto, según sea el bando en que uno
esté, reside en su habilidad de convencerte de que conoce todos tus secretos.
–
El camarero se va.
–
CORONEL LANDA
Entonces, mademoiselle, me iba a contar…
–
SHOSHANNA
(Con ansiedad)
Hasta hace un par de días, yo no conocía al soldado Zoller ni sabía nada de sus
hazañas. Para mí, el soldado era simplemente un cliente más de mi cine.
Hablamos unas pocas veces, pero…
–
CORONEL LANDA
… Mademoiselle, permítame que la interrumpa.
Es una simple formalidad, no tiene ninguna razón para inquietarse.
–
Llega la tarta.
El coronel la mira y le dice al camarero:
–
CORONEL LANDA
Disculpe, me olvidé de pedir nata fresca.
–
CAMARERO
Ahora mismo, señor.
–
El camarero se va.
–
CORONEL LANDA
(Refiriéndose a la tarta de manzana)
Espere a que llegue la nata.
(Vuelve al asunto)
Entonces, Emmanuelle… ¿puedo llamarla Emmanuelle?
–
SHOSHANNA
Oui.
–
CORONEL LANDA
Entonces, Emmanuelle, cuénteme, ¿qué pasó para que una jovencita como usted
se convirtiera en dueña de un cine?
–
El camarero regresa y baña con nata fresca las dos tartas de manzana.
–
El coronel de las SS observa a su compañera de mesa y, cogiendo el tenedor, dice:
–
CORONEL LANDA
Usted primero.
–
Shoshanna toma un bocado de tarta con nata montada y Landa hace lo mismo,
después de ella.
–
CORONEL LANDA
(Con la boca llena de tarta)
¿Hemos triunfado?
–
Shoshanna, con la boca llena de tarta, hace señal de aprobación.
–
CORONEL LANDA
Tal como le dije, no está del todo mal.
(Vuelve al asunto)
Entonces, me estaba contando cómo se convirtió en propietaria de su cine.
–
SHOSHANNA
En su origen, el cine perteneció a mis tíos…
–
El coronel Landa saca de su bolsillo un librito negro.
–
CORONEL LANDA
¿Cuáles son sus nombres?
–
SHOSHANNA
Jean-Pierre y Ada Mimieux.
–
Landa apunta los nombres en su librito.
–
CORONEL LANDA
¿Dónde están ahora?
–
SHOSHANNA
Mi tío murió en la guerra relámpago.
–
CORONEL LANDA
Una lástima… Continúe.
–
SHOSHANNA
La tía Ada falleció de una calentura, la primavera pasada.
–
CORONEL LANDA
Lo lamento.
(Pausa
respetuosa)
Me han informado de que tiene usted un empleado negro, ¿es eso cierto?
–
SHOSHANNA
Sí. Es francés, su nombre es Marcel y trabajó con mis tíos desde que abrieron el
cine.
Es la única otra persona que trabaja conmigo.
–
CORONEL LANDA
¿En qué?
–
SHOSHANNA
Es el proyeccionista.
–
CORONEL LANDA
¿Es competente?
–
SHOSHANNA
Es el mejor.
–
CORONEL LANDA
La verdad es que ese podría ser un buen oficio para ellos. ¿Sabe usted manejar los
proyectores?
–
SHOSHANNA
Por supuesto que sí.
–
CORONEL LANDA
Conociendo como conozco al ministro del Reich, estoy seguro de que no querrá
que el éxito o el fracaso de tan ilustre velada dependa de la habilidad de un negro.
Así que, en el caso de que celebremos el acontecimiento en su local, con todo el
talento que su negro pueda tener, manejará usted los proyectores. ¿Aceptaría
hacerlo?
–
Como si le quedara otra opción…
–
SHOSHANNA
Oui.
–
El coronel Landa toma otro bocado de tarta; Shoshanna hace lo mismo.
–
CORONEL LANDA
¿Parece entonces que nuestro joven héroe está más bien prendado de usted?
–
SHOSHANNA
Lo que el soldado Zoller siente por mí no es de carácter romántico.
–
CORONEL LANDA
¿Mademoiselle…?
–
SHOSHANNA
Coronel, sus sentimientos no son románticos.
Yo le recuerdo a su hermana.
–
CORONEL LANDA
Eso no significa que sus sentimientos no sean románticos.
–
SHOSHANNA
Yo le recuerdo a la hermana que lo crió.
–
CORONEL LANDA
Suena más y más romántico cada minuto que pasa.
–
Landa saca una magnífica pitillera con un LOGO de las SS. Saca un cigarrillo, lo
enciende con un lujoso mechero de oro, también de las SS. Ofrece uno a Shoshanna.
–
CORONEL LANDA
¿Un cigarrillo?
–
SHOSHANNA
No, gracias.
–
CORONEL LANDA
¿Usted no fuma?
–
SHOSHANNA
Sí.
–
CORONEL LANDA
Entonces insisto, tiene que probar uno.
No son franceses, son alemanes.
Espero que no sea nacionalista con el tabaco. Para mí, los cigarrillos franceses
son un crimen contra la nicotina.
–
Shoshanna coge uno pero no hace gesto de encenderlo.
–
El coronel da una profunda calada y dice:
–
CORONEL LANDA
Había algo más que le quería preguntar, pero ahora mismo no consigo acordarme.
Bueno, no debía de ser demasiado importante.
–
El coronel Landa se levanta, deja unos francos sobre la mesa, se pone la gorra gris de
las SS, saluda a Shoshanna tocándose la visera con el dedo y dice:
–
CORONEL LANDA
La veré esta noche, entonces.
–
Entonces, desaparece.
Shoshanna da un suspiro de alivio.
–
La CÁMARA empieza a bajar lentamente desde un PRIMER PLANO MEDIO hasta
los tobillos y pies de Shoshanna y el suelo. Vemos sus zapatos en un charco de orina.
Durante la conversación y mientras se comía la tarta con el hombre que exterminó a
su familia entera, Shoshanna se ha meado encima.
–
Shoshanna arroja el cigarrillo alemán en el charco de orina, a sus pies.
–
INTERIOR. SALA DE CINE. NOCHE.
–
En la PANTALLA
vemos la comedia de enredo alemana «CHICOS CON VENTURA».
–
FUERA DE CUADRO oímos risas provocadas por las payasadas arias en la pantalla.
PRIMER PLANO de GOEBBELS
mirando la pantalla, deleitándose con su execrable ingenio.
PRIMER PLANO de FRANCESCA
riéndose con la comedia, con la mano tapándose la boca.
PRIMER PLANO de DOS CANICHES NEGROS
jadeando con la mirada puesta en la pantalla.
PRIMER PLANO del COMANDANTE HELLSTROM
sonriendo mientras se fuma un cigarrillo alemán.
PRIMER PLANO del CORONEL LANDA
fumando un cigarrillo alemán, entretenido.
PRIMER PLANO de FREDRICK ZOLLER
divirtiéndose de verdad.
PRIMER PLANO de SHOSHANNA
mirando la pantalla.
EL NARRADOR LITERARIO aparece en la banda sonora.
–
NARRADOR (VOZ EN OFF)
Mientras Shoshanna finge divertirse con las payasadas arias de «Chicos con
ventura» de Goebbels, copiada de Frank Capra, le viene de repente una idea a la cabeza.
Vemos cierta turbación en su expresión.
NARRADOR (VOZ EN OFF)
¿Qué pasaría si esta noche, accidentalmente, el cine ardiera? El Tercer Reich
perdería a su ministro de Propaganda, a su héroe nacional y a su cazador de judíos
más célebre, a todos de golpe.
Shoshanna se ríe entre dientes con esa idea, aunque parezca que se está riendo con la
comedia alemana.
NARRADOR (VOZ EN OFF)
Pero entonces esa idea…
… conduce a Shoshanna a otra idea alocada.
La idea ilumina su cara. Y Shoshanna rompe a reír.
–
Zoller la mira. Feliz.
Ella está disfrutando de la película.
–
PANTALLA
Aparece el rótulo que anuncia el «FIN» de «Chicos con ventura».
El repertorio de granujas nazis, y Shoshanna, aplauden la película.
Se encienden las luces.
Goebbels recibe felicitaciones mientras todos se levantan y empiezan a desfilar hacia
el vestíbulo.
–
NARRADOR (VOZ EN OFF)
La proyección de «Chicos con ventura» fue un éxito total. Y herr Goebbels aceptó
cambiar la velada al cine de Shoshanna. No solamente eso, sino que, en un
momento de inspiración, herr Goebbels tuvo una idea.
–
Goebbels habla en ALEMÁN y Francesca traduce:
–
GOEBBELS
Tengo que decir que aprecio la sencillez de este auditorio. Su cine inspira respeto
en un sentido casi religioso, lo cual no significa que no podamos acicalar un poco
el local. En Versalles hay una extraordinaria lámpara de araña colgando del salón
de banquetes. La traeremos y la colgaremos en el mismo centro del techo del
auditorio. Además, pienso ir al Louvre para elegir unos cuantos desnudos griegos
y distribuirlos en el vestíbulo.
–
–
MONTAJE
en el que vemos una corta serie de planos que muestran cómo se realiza lo anterior.
Descuelgan la lámpara de araña del techo de Versalles.
Retiran las estatuas de desnudos griegos del Louvre en carretilla.
Un camión recorre la campiña francesa con la enorme lámpara de araña en la parte
trasera.
El vestíbulo del cine de Shoshanna está emperifollado de arriba abajo con iconografía
nazi. Los TRABAJADORES van de un lado a otro, ajetreados con la decoración. Las
estatuas griegas son colocadas en su sitio.
Vemos trabajadores tratando de izar, con gran dificultad, la enorme, pesada,
esplendorosa y frágil lámpara de araña en el auditorio de Shoshanna, el cual, en ese
momento, recuerda una de aquellas películas de serie B donde Tinto Brass fusiló «La
caída de los dioses» de Visconti.
–
SHOSHANNA
observa todo eso desde uno de los balcones y cabecea con incredulidad.
–
VUELTA A SHOSHANNA Y LOS NAZIS
en el vestíbulo, tras la proyección de «Chicos con ventura», Shoshanna acompaña en
silencio a los nazis a la puerta, mientras se van despidiendo unos de otros.
–
NARRADOR (VOZ EN OFF)
Esa noche, mientras abandonaban el pequeño cine francés, todos los alemanes
estaban muy felices…
–
Vemos al soldado Zoller, que se queda atrás para poder despedirse.
–
NARRADOR (VOZ EN OFF)
Ninguno tanto como Frederik Zoller.
–
Shoshanna le cierra la puerta. Se queda mirando cómo los nazis desaparecen en la
noche de París. Sus sombras, que aparecen por un momento en la pared, parecen
grotescas caricaturas nazis.
Los nazis se han ido.
Marcel, sentado en lo alto de la escalinata del vestíbulo, mira hacia abajo, a
Shoshanna.
–
Hablan en FRANCÉS SUBTITULADO en CASTELLANO:
–
MARCEL
¿Qué carajo se supone que vamos a hacer?
–
SHOSHANNA
Parece que vamos a tener un estreno nazi.
–
MARCEL
Como te decía, ¿qué carajo se supone que vamos a hacer?
–
SHOSHANNA
Tengo que hablar contigo de eso.
–
MARCEL
¿De qué?
–
SHOSHANNA
De esos puercos boches que nos han requisado el cine.
–
MARCEL
¿Y qué quieres hacer?
–
Shoshanna sube poco a poco por la escalinata, hacia Marcel.
Le hace separar las piernas y se sienta en el peldaño de debajo de él. Apoya la
espalda contra el pecho de Marcel, cuyos brazos descansan en los hombros de ella.
Shoshanna solamente ha tenido ese tipo de intimidad con Marcel.
–
SHOSHANNA
Pues mientras estaba viendo esa
(lo dice en inglés)
abominación Capra-corniana
(vuelve al francés)
tuve una idea.
–
MARCEL
No entiendo nada. ¿De qué estamos hablando?
–
SHOSHANNA
De llenar el cine con todos los nazis y todas sus putas y hacerlo arder hasta los
cimientos.
–
MARCEL
Yo no hablo de eso; eres tú quien habla de eso.
–
SHOSHANNA
Ahora mismo, estamos los dos hablando de eso. Si no necesitamos ayuda para
evitar que este lugar arda, tampoco la necesitamos para hacerlo arder.
–
MARCEL
Shoshanna…
–
SHOSHANNA
Espera, Marcel. Pongamos por caso que, por alguna razón, quisiéramos pegarle
fuego al cine. Entre los dos podríamos, materialmente, hacerlo, ¿no?
–
MARCEL
Oui, Shoshanna, podríamos hacerlo.
–
SHOSHANNA
Y con la colección de trescientas cincuenta copias de filmes de nitrato de madame
Mimieux, ni siquiera necesitaríamos explosivos, ¿verdad?
–
MARCEL
Querrás decir que no necesitaríamos más explosivos.
–
SHOSHANNA
Oui, eso es exactamente lo que quiero decir.
–
Shoshanna empieza a besarle las manos.
–
SHOSHANNA
Voy a quemar el cine durante la noche nazi.
–
Marcel introduce un dedo en la boca de Shoshanna.
–
SHOSHANNA
Y si voy a pegarle fuego al cine, que lo voy a hacer, ambos sabemos que no vas a
dejar que lo haga yo sola.
–
Shoshanna aprieta con fuerza la nuca contra Marcel mientras su mano acaricia, y
sujeta, el precioso cuello de ella.
–
SHOSHANNA
Porque me amas. Y yo te amo a ti.
Y eres la única persona en el mundo en la que puedo confiar.
–
Entonces ella se GIRA, y se pone a horcajadas sobre él y quedan cara a cara.
–
SHOSHANNA
Pero esto no será todo.
¿Funciona el equipo de rodaje que hay en el ático? Sé que la cámara funciona,
pero ¿sabes si va el magnetófono?
–
MARCEL
Muy bien, de hecho. La semana pasada grabé
a un guitarrista novel, que conocí en un café.
Funciona de maravilla. ¿Por qué necesitamos equipo de rodaje?
–
SHOSHANNA
Porque, Marcel, amor mío, vamos a hacer una película. Hecha expresamente para
los nazis.
–
Le da un beso francés profundo.
–
–
–
–
–
–
–
FUNDIDO A NEGRO
–
–
–
–
–
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