Grace tiene una longitud de mujer larga, lo que en bipedestación vendría a ser una mujer alta,

aunque quizá no sea esbelta. Ella misma está hermosa de actitud, de seriedad y de atuendo,

con un precioso vestido azul cielo muy interrumpido y estorbado por otras decoraciones.

Tal vez llega de descansar en sus aguas tranquilas, con ese aire de extraterrestre que mira

como si el mundo le fuera completamente desconocido o completamente conocido. Esta mujer,

hija de mujer, tiene unas manos femeninas y elegantes; quizá ya sabe que después de la primera

puerta hay otra puerta y, entre las dos, una distancia con pista de aterrizaje.

Grace se ha dicho que ya que se vive una vez, por qué no vivir de rubia, y se ha hecho un bonito

peinado en desorden subido, con el flequillo cortado a ciegas y un pañuelo turbantero rojo sosteniendo

todo el paquete de pelo en levitación.

Con las piernísimas naturales bien puestas y siempre que no se caiga desde su altura de mujer amada,

Grace tiene cualidades para hacerse un gran lugar en el mundo, en la vida, entre las luces de la ciudad.

 

 

 


 

 

 

 

 

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