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etcétera
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Todo está permitido
entre mi calavera y yo.
Gozo, mortalidad, sangre falsa,
tratando de decir algo ilimitado,
practicando
una catástrofe de libertad o cosa semejante.
Por el momento me paseo, circularmente,
poeta gordo en el jardín
masa cuadrada en su caída libre,
todavía celebrando
que esta grasa de comediante
no usurpe el sitio del verbo tristísimo.
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Publicado en Diario de Poesía, Número 30, Buenos Aires, 1994
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Recuerda que giannuzzi es un poeta impuro, no como otros poetas que parece que saquen
sus poemas de un material casi prefabricado ()
ejem
narcisodaa
Entiendo…Recuerdo que en los balcones había una página sólo de él.
Bastante oscura por cierto.
Ángel