GUIONES

smoke

Título original: Smoke

Paul Auster, 1995

Traducción: Maribel De Juan

& Francisco Javier Calzada

 

7. Int: Día. La Compañía Cigarrera de Brooklyn

 

Es una hora tranquila. AUGGIE está sentado detrás del mostrador, hojeando una

revista y comiendo un trozo de pizza como almuerzo. VINNIE entra en cuadro. Es el

dueño del estanco: un hombre grande de más de cincuenta años.

VINNIE

De acuerdo. Creo que todo está resuelto. (Enciende un puro) Tienes el número de

Cape Cod, ¿no? Por si ocurre algo.

AUGGIE

(Masticando pizza, sin levantar los ojos de la revista) Ningún problema, VINNIE.

Todo está controlado. (Finalmente levanta la vista) Yo podría llevar esta tienda

dormido.

VINNIE

(Mirando a AUGGIE) ¿Cuánto tiempo llevas trabajando para mí, AUGGIE?

AUGGIE

(Se encoge de hombros. Vuelve a mirar la revista) No sé. Trece, catorce años. Algo

así.

VINNIE

Es bastante absurdo, ¿no crees? Quiero decir, un tipo listo como tú. ¿Por qué quieres

conservar un trabajo sin futuro como éste?

AUGGIE

(Se encoge de hombros otra vez) No sé. (Pasa las hojas de la revista) Quizá por lo

mucho que te quiero, jefe.

VINNIE

Mierda. A estas alturas deberías haberte casado. Ya me entiendes, estar instalado en

alguna parte, tener uno o dos hijos, un buen trabajo.

AUGGIE

Una vez estuve a punto de casarme.

VINNIE

Sí, ya lo sé. Con aquella chica que se fue a Pittsburgh.

AUGGIE

RUBY NcNutt. Mi único amor verdadero.

VINNIE

A mí me suena como otra de tus historias.

AUGGIE

(Sacude la cabeza) Fue y se casó con otro fulano cuando yo me alisté en la marina.

Pero cuando me licenciaron ya se había divorciado. Su marido le sacó un ojo en una

pelea doméstica.

VINNIE

(Dando una calada a su cigarro) Encantador.

AUGGIE

(Recordando) Cuando volví me tiró los tejos, pero su ojo de cristal me impedía la

concentración. Cada vez que estábamos achuchándonos, yo empezaba a pensar en

aquel agujero en su cabeza, aquella cuenca vacía con el ojo de cristal. Un ojo que no

veía, un ojo que no derramaba lágrimas. En cuanto empezaba a pensar en eso, el

señor Johnson se ponía todo blando y chiquitito. Y no veo yo qué sentido tiene

casarse si el señor Johnson no va a estar en excelente forma.

VINNIE

(Meneando la cabeza) No te tomas nada en serio, ¿verdad?

AUGGIE

Eso intento, por lo menos. Es mejor para la salud. Quiero decir, mírate, Vincent. Tú

eres el que tiene una esposa y tres niños y un rancho en Long Island. Tú eres el que

lleva zapatos blancos y tiene un Cadillac blanco y una alfombra de piel blanca. Pero

ya te han dado dos ataques al corazón y yo todavía estoy esperando el primero.

VINNIE

(Se quita el puro de la boca y lo mira con asco) Debería dejar de fumar estas malditas

cosas, eso es lo que debería hacer. Estos cabrones me matarán cualquier día.

AUGGIE

Disfrútalos mientras puedas, Vin. Dentro de nada sacarán una legislación que nos

obligará a cerrar el negocio.

VINNIE

Si te cogen fumando tabaco, te pondrán contra un paredón y te fusilarán.

AUGGIE

(Asintiendo) Hoy el tabaco, mañana el sexo. Dentro de tres o cuatro años

probablemente irá contra la ley sonreírle a un desconocido.

VINNIE

(Acordándose de algo) A propósito, ¿vas a seguir adelante con aquel negocio de los

Montecristos?

AUGGIE

Está todo arreglado. Mi hombre en Miami me ha dicho que los tendrá dentro de pocas

semanas. (Pausa) ¿Estás seguro de que no quieres entrar en el negocio conmigo? Un

desembolso de cinco mil dólares y unas ganancias garantizadas de diez mil. Un

consorcio de abogados y jueces de la calle Court. Se les cae la baba sólo de pensar en

poner sus labios alrededor de un auténtico puro cubano.

VINNIE

No, gracias. Me da igual lo que hagas, pero asegúrate de que no te cogen, ¿de

acuerdo? Que yo sepa, sigue siendo ilegal vender puros cubanos en este país.

AUGGIE

Es la ley quien los va a comprar. Eso es lo bonito. Quiero decir, ¿cuándo has oído que

un juez se mande a sí mismo a la cárcel?

VINNIE

Como quieras. Pero no tengas las cajas aquí por mucho tiempo.

AUGGIE

En cuanto entren, saldrán. Lo tengo todo planeado hasta el último detalle.

VINNIE

(Mirando su reloj) Tengo que irme. Terry me matará si llego tarde. Te veré en

septiembre, AUGGIE.

AUGGIE

De acuerdo, hombre. Recuerdos a la mujer y los niños, etc, etc. Mándame una postal

si recuerdas las señas.

VINNIE se va. AUGGIE vuelve a su pizza y su revista.

9. Int: Tarde. La Compañía Cigarrera de Brooklyn

PAUL y AUGGIE entran en la tienda a oscuras. AUGGIE enciende las luces y luego

pasa detrás del mostrador para coger los cigarros de PAUL. PAUL, al otro lado, se

fija en una cámara de treinta y cinco milímetros que está cerca de la caja

registradora.

PAUL

Parece que alguien se ha olvidado una cámara.

AUGGIE

(Volviéndose) Sí, yo.

PAUL

¿Es tuya?

AUGGIE

Sí, señor, es mía. Tengo esa maquinita desde hace mucho tiempo.

PAUL

No sabía que hicieras fotos.

AUGGIE

(Tendiéndole a PAUL sus puros) Supongo que se le podría llamar un hobby. No le

dedico más de cinco minutos al día, pero lo hago todos los días. Llueva o haga sol,

granice o nieve. Más o menos como el cartero. (Pausa) A veces tengo la impresión de

que mi hobby es mi verdadero trabajo y que mi trabajo no es más que una manera de

mantener mi hobby.

PAUL

Así que no eres simplemente un tipo que empuja monedas sobre un mostrador.

AUGGIE

Eso es lo que la gente ve, pero no necesariamente lo que soy.

PAUL

(Mirando a AUGGIE con nuevos ojos) ¿Cómo empezaste?

AUGGIE

¿A hacer fotos? (Sonríe) Es una larga historia. Necesitaría dos o tres copas para

contarla.

PAUL

(Asintiendo) Así que fotógrafo…

AUGGIE

Bueno, no exageremos. Hago fotos. Encuadras lo que quieres en el visor y aprietas el

obturador. No hay por qué echarle cuento.

PAUL

Me gustaría ver tus fotos algún día.

AUGGIE

Se puede organizar. Puesto que yo he leído tus libros, no veo por qué no iba a

compartir mis fotos contigo. (Pausa. Repentinamente azorado) Será un honor.

10. Int: Noche. Apartamento de Auggie

AUGGIE y PAUL están sentados a la mesa de la cocina. Apartadas a un lado hay cajas

de comida china abiertas. La mayor parte de la superficie de la mesa está cubierta

por grandes álbumes negros de fotos.

Hay catorce en total y todos tienen en el lomo una etiqueta con un año, desde 1977 a

1990. Uno de estos álbumes (1987) está abierto sobre el regazo de PAUL.

Primer plano de una de las páginas del álbum. Hay seis fotos en blanco y negro en la

página, todas de una escena idéntica: la esquina de la calle Tres con la Séptima

Avenida a las ocho de la mañana. En la esquina superior derecha de cada foto hay

una pequeña etiqueta blanca en la que pone la fecha: 9-8-87, 10-8-87, 11-8-87, etc.

La mano de PAUL vuelve la página; vemos seis fotografías similares. Vuelve otra

página: lo mismo. Una página más: lo mismo.

PAUL

(Atónito) Son todas iguales.

AUGGIE

(Sonriendo orgulloso) Exactamente. Más de cuatro mil fotografías del mismo sitio.

La esquina de la calle Tres con la Séptima Avenida a las ocho de la mañana. Cuatro

mil días seguidos haga el tiempo que haga. (Pausa) Por eso no puedo cogerme

vacaciones nunca. Tengo que estar en mi sitio todas las mañanas. Todas las mañanas

en el mismo sitio a la misma hora.

PAUL

(Perplejo. Vuelve una página, luego otra) Nunca he visto nada igual.

AUGGIE

Es mi proyecto. Lo que podríamos llamar la obra de mi vida.

PAUL

(Deja el álbum y coge otro. Pasa las hojas rápidamente y encuentra más de lo

mismo. Sacude la cabeza desconcertado) Asombroso. (Tratando de ser cortés) Sin

embargo, no estoy seguro de entenderlo. Quiero decir, ¿cómo se te ocurrió la idea de

hacer este…, este proyecto?

AUGGIE

No sé, simplemente se me ocurrió. Al fin y al cabo, es mi esquina. Sólo una pequeña

parte del mundo, pero también allí pasan cosas, igual que en cualquier otro sitio. Es

un documento de mi pequeño lugar.

PAUL

(Ojeando el álbum rápidamente, meneando la cabeza) Es más bien abrumador.

AUGGIE

(Aún sonriendo) Nunca lo entenderás si no vas más despacio, amigo mío.

PAUL

¿Qué quieres decir?

AUGGIE

Quiero decir que vas demasiado deprisa. Apenas miras las fotos.

PAUL

Pero si son todas iguales.

AUGGIE

Son todas iguales, pero cada una es diferente de todas las demás. Tienes mañanas

luminosas y mañanas sombrías. Tienes luz de verano y luz de otoño. Tienes días

laborables y fines de semana. Tienes gente con abrigo y botas impermeables y gente

con pantalones cortos y camiseta. A veces son las mismas personas, otras veces son

diferentes. Y a veces las personas diferentes se convierten en las mismas y las

mismas desaparecen. La tierra da vueltas alrededor del sol y cada día la luz del sol da

en la tierra en un ángulo diferente.

PAUL

(Levantando la vista del álbum para mirar a AUGGIE) Ir más despacio, ¿no?

AUGGIE

Sí, eso es lo que te recomendaría. Ya sabes lo que pasa. Mañana y mañana y mañana,

el tiempo avanza a un paso muy lento.

Primeros planos del álbum de fotos. Una por una, una sola fotografía ocupa toda la

pantalla. El proyecto de AUGGIE se despliega ante nosotros. Una fotografía sigue a

otra: el mismo lugar a la misma hora en diferentes momentos del año.

Primeros planos de diferentes caras dentro de los primeros planos. Las mismas

personas aparecen en distintas fotos, a veces mirando a la cámara, a veces mirando

a otro lado. Docenas de fotos. Finalmente llegamos a un primer plano de Ellen, la

esposa muerta de PAUL.

Primer plano de la cara de PAUL.

PAUL

Dios, mira. Es Ellen.

La cámara retrocede. AUGGIE se inclina sobre el hombro de PAUL.

Vemos el dedo de PAUL señalando la cara de Ellen.

AUGGIE

Sí. Es ella. Está en unas cuantas de ese año. Debía ir camino de su trabajo.

PAUL

(Conmovido, al borde de las lágrimas) Es Ellen, mírala. Mira a mi dulce amada.

Fundido.

 

 

11. Int: noche. Apartamento de Paul

Vemos a PAUL escribiendo furiosamente en su cuaderno amarillo, enfrascado en su

trabajo. Detrás de él vemos diez o doce tarjetas clavadas en la pared. Las tarjetas

están escritas. En una de ellas se lee: «La mujer del pelo castaño y los ojos azules».

Otra dice: «La mente es conducida, paso a paso, a derrotar su propia lógica». Una

tercera dice: «Recordad El Álamo».

PAUL se levanta de su mesa, se acerca a la pared, arranca una de las tarjetas y la

estudia mientras vuelve a la mesa. Un instante después empieza a escribir de nuevo.

El interfono suena alto en la otra habitación. PAUL continúa escribiendo, indiferente

al ruido. El interfono vuelve a sonar. PAUL deja la pluma.

PAUL

(Entre dientes) Mierda. (Se levanta de su silla, va a la otra habitación y aprieta el

botón del interfono) ¿Quién es?

VOZ EN EL INTERFONO

Rashid.

PAUL

¿Quién?

VOZ EN EL INTERFONO

Rashid Cole. El chico de la limonada, ¿recuerda?

PAUL

Ah, sí. (Sin mucho entusiasmo) Sube. (Aprieta el botón «puerta» del interfono).

PAUL va a la puerta y la abre, mirando hacia la escalera mientras espera a que

llegue RASHID. Un momento después aparece RASHID, vestido como antes, con la

mochila colgada al hombro. Parece azorado, incómodo.

PAUL

No esperaba volver a verte.

RASHID

(Haciendo un esfuerzo) Lo mismo me ocurría a mí. Pero esta tarde he tenido una

larga conversación con mi contable. Ya me entiende, para ver cómo afectaría a mi

declaración de la renta un paso como éste, y me dijo que podía darlo.

PAUL le mira con una mezcla de desconcierto y curiosidad, pero no contesta. RASHID

deja su mochila y empieza a recorrer el apartamento. Al cabo de un momento:

PAUL

Eso es todo. No hay más que dos habitaciones.

RASHID

(Continúa estudiando su nuevo entorno) Es la primera vez que estoy en una casa

donde no hay tele.

PAUL

Antes tenía una, pero se rompió hace un par de años y no he llegado a reponerla.

(Pausa) La verdad es que prefiero no tener. Las odio.

RASHID

Pero entonces no verá los partidos de béisbol. Me dijo usted que era un hincha de los

Mets.

PAUL

Los escucho por la radio. Veo muy bien los partidos de esa manera. (Pausa) El

mundo está en tu cabeza, ¿recuerdas?

RASHID

(Sonríe. Continúa moviéndose por el apartamento. Ve un pequeño dibujo a pluma

colgado en la pared sobre el tocadiscos estéreo: la cabeza de un niño pequeño. Se

detiene a examinarlo) Bonito dibujo. ¿Lo hizo usted?

PAUL

Lo hizo mi padre. Lo creas o no, ese niño soy yo.

RASHID

(Estudiando el dibujo más atentamente. Se vuelve para mirar a PAUL, luego mira

otra vez el dibujo) Sí, lo creo.

PAUL

Es extraño, ¿no? Verse a uno mismo antes de saber quién era.

RASHID

¿Es pintor su padre?

PAUL

No, era maestro de escuela. Pero le gustaba hacer otras cosas.

RASHID

¿Ha muerto?

PAUL

Sí, hace doce o trece años. (Pausa) Murió con su cuaderno de dibujo abierto en el

regazo. Un fin de semana en las Berkshires, cuando estaba dibujando el monte

Greylock.

RASHID

(Estudiando el dibujo, asintiendo. Como para sus adentros) Dibujar es bueno.

PAUL

¿Es eso lo que haces tú? ¿Dibujar?

RASHID

(Sonríe) Sí, a veces. (Se encoge de hombros, repentinamente azorado) A mí también

me gusta hacer otras cosas.

12. Int: Día. Apartamento de Paul

Dos horas MÁS TARDE. Vemos a PAUL escribiendo en su mesa de trabajo. Al cabo de

un momento se levanta y abre una rendija las puertas dobles. Desde el PUNTO DE

VISIÓN DE PAUL: Vemos a RASHID sentado a la mesa en la habitación principal, la

cabeza apoyada sobre los brazos, dormido. La mochila sigue estando donde él la

dejó en la escena anterior.

13. Int: Día. Apartamento De Paul

8:00 de la mañana. PAUL está sentado a la mesa de comedor tomando café. Mira el

reloj, deja la taza, se acerca a la puerta del cuarto de trabajo, la abre, asoma la

cabeza. Plano de RASHID dormido en el suelo; plano de la máquina de escribir y del

cuaderno amarillo sobre la mesa. PAUL cierra la puerta, suspira, vuelve a la otra

habitación y se sirve otra taza de café. Mira el reloj. Primer plano del reloj: fundido

de 8:05 a 8:35. PAUL deja la taza, se levanta, se acerca a la puerta del cuarto de

trabajo y llama con los nudillos.

PAUL

Es hora de levantarse. (Espera, escucha, llama otra vez) Eh, muchacho, es hora de

levantarse. (Espera, escucha, llama otra vez) ¡Rashid! (Abre la puerta. RASHID está

abriendo los ojos muy soñoliento) Arriba y fuera. Tengo que trabajar aquí. Se acabó

la fiesta de las sábanas.

RASHID

(Sentándose, frotándose los ojos) ¿Qué hora es?

PAUL

Las ocho y media.

RASHID

(Gruñe, horrorizado por lo temprano que es) ¿Las ocho y media?

PAUL

Encontrarás zumo, huevos y leche en la nevera. Los cereales están en el armario. El

café está en el fuego. Coge lo que quieras. Pero es hora de que yo empiece a trabajar

aquí.

RASHID se levanta, azorado. Sólo lleva puestos los calzoncillos. Enrolla el saco de

dormir y lo empuja a un lado. Luego recoge su ropa y sale apresuradamente de la

habitación.

14. Int: Día. Apartamento de Paul

Veinte minutos MÁS TARDE. PAUL está sentado ante su mesa de trabajo, mirando

fijamente la máquina de escribir. Un ruido fuerte llega de la otra habitación: el

entrechocar de platos al meterlos en el fregadero. PAUL se levanta, se acerca a la

puerta y la abre. Ve a RASHID, ahora totalmente vestido, cogiendo el teléfono que está

al lado de la cama. Ve la mochila de RASHID abierta; hay una bolsa de papel marrón

junto a ella. Ve cómo RASHID marca un número.

RASHID

(En voz baja) ¿Puedo hablar con Emily Vail, por favor? Sí, gracias, esperaré.

(Silencio. Pasan tres o cuatro segundos. RASHID juguetea con una almohada de la

cama) ¿Tía Em? Hola, soy yo. Sólo quería que supieras que estoy bien. (Pausa

mientras escucha. La respuesta al otro lado es airada) Lo sé, lo siento. (Pausa

mientras escucha) No quería que te preocupases por mí. (Silencio mientras escucha.

Empieza a dar muestras de irritación por la hostilidad de la TÍA EM). Cálmate,

¿quieres? Tranquila (Se oye un clic al otro extremo de la linea. Él se queda mirando

el teléfono durante un momento y luego cuelga).

PAUL cierra la puerta sin hacer ruido. RASHID no sabe que le ha estado observando.

Cortar a PAUL en su cuarto de trabajo. Se sienta ante la mesa, piensa un momento y

luego empieza a escribir a máquina.

15. Int: Día. Apartamento de Paul

Varias horas MÁS TARDE. Mientras el tecleo de la máquina de escribir de PAUL

continúa llegando desde el cuarto de trabajo, vemos a RASHID subido a una silla al

lado de la librería de la habitación más grande y depositando la bolsa de papel

marrón detrás de los libros en uno de los estantes más altos.

16. Int: Noche. Apartamento de Paul

Un plano de RASHID dormido en la cama de PAUL. Tirado a su lado sobre la cama

hay un ejemplar abierto de uno de los libros de PAUL a medio leer: Las misteriosas

barricadas, Paul Benjamin.

Cortar a un plano de PAUL durmiendo en el suelo del cuarto de trabajo.

17. Int: Día. Apartamento de Paul

PAUL está en su cuarto de trabajo, sentado delante de la mesa, escribiendo a

máquina. Vemos más tarjetas clavadas en la pared. PAUL oye un estrépito en la otra

habitación. Se levanta rápidamente de la mesa, exasperado, luego se acerca a la

puerta y la abre. Plano de la otra habitación: RASHID está allí de pie, mirando unos

platos rotos en el suelo.

PAUL

(Irritado) Haces mucho ruido. ¿No ves que estoy intentando trabajar?

RASHID

(Mortificado) Lo siento. Se me… Se me han resbalado de las manos.

PAUL

Un poco menos de torpeza no nos vendría mal, ¿no crees?

RASHID

(Poniéndose a la defensiva) Soy un ADOLESCENTE. Todos los ADOLESCENTES son

torpes. Es porque todavía estamos creciendo. No sabemos dónde acaba nuestro

cuerpo y dónde empieza el mundo.

PAUL

El mundo se va a acabar muy pronto si no aprendes deprisa. (Pausa. PAUL mete la

mano en el bolsillo y saca la cartera, luego extrae de ella un billete de veinte

dólares) Oye, ¿por qué no haces algo útil? Me estoy quedando sin tabaco. Ve a la

vuelta de la esquina a la Compañía Cigarrera de Brooklyn y cómprame dos latas de

Schimmelpenninck Medias. (Le tiende el billete a RASHID).

RASHID

(Cogiendo el billete) Veinte dólares es mucho dinero. ¿Está usted seguro de que

puede confiármelos? Quiero decir, ¿no teme que se los robe?

PAUL

Si quieres robarlos, es asunto tuyo. Por lo menos no te tendría por el medio haciendo

ruido. (Pausa) Quizá valdría la pena.

RASHID, visiblemente dolido por el comentario de PAUL, se guarda el dinero en el

bolsillo. Por una vez no es capaz de encontrar una respuesta rápida.

RASHID sale del apartamento. PAUL ve que cierra la puerta de golpe. Ligera pausa,

luego se agacha y empieza a recoger los platos rotos.

 

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