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EL REY MENDIGO
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José Agustín Goytisolo
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todo por la usura
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Editorial Lumen, S. A.,
Barcelona.
1988
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El hombre de la barba enmarañada
en su pequeña celda con ventano y barrotes
mas sin puerta en el marco gozó del privilegio
de usar mesa camastro y cuatro sillas
y poder escribir —¡per carita!— durante doce años
cociéndose en su jugo como un pato salvaje
por cuenta del Gobierno Federal. Envuelta en bruma
quedaba su irrupción en tertulias de Londres
a principios de siglo; y siempre sin un dólar
pero más dadivoso que Rockefeller. ¡Dios: era
un cow-boy a caballo en una joyería!
Rey cuáquero y agnóstico que confundió sus días
de gloria en Inglaterra en Francia y en Italia
como maestro de la poesía con las sucias
semanas bajo el sol y la lluvia encarcelado
en la que él bautizó «la jaula del gorila»
hasta ser repatriado y juzgado y recluido
en Saint Elisabeth: una casa de locos.
Y todo por la usura. Fueron muchos
los que le visitaban pero también muchísimos
aullaron protestando por el premio a sus Cantos.
La libertad después de mucho tiempo: desde Whitman
a hoy sólo tú —«il miglior fabbro»— y luego Eliot.
El final poco importa: vuelta a Europa
pero ni Sant’Ambrogio ni Brünnenburg
ni Venecia y la góndola de tu último viaje
borrarán la vergüenza de Saint Elisabeth.
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