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the straight and narrow
When the tall and bearded careers advisor
set up his stall and his slide-projector
something clicked. There on the silver screen,
like a photograph of the human soul,
the X-ray plate of the ten-year-old girl
who swallowed a toy. Shadows and shapes,
mercury-tinted lungs and a tin-foil heart,
alloy organs and tubes, but bottom left,
the caught-on-camera lightning strike
of the metal car: like a neon bone,
some classic roadster with an open top
and a man at the wheel in goggles and cap,
motoring on through deep, internal dark.
The clouds opened up; we were leaving the past,
drawn by a star that had risen inside us,
some as astronauts and some as taxi-drivers.
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recto y estrecho
Cuando el alto y barbudo tutor
montó su puesto y su proyector de diapositivas
algo hizo clic. Allí, sobre la pantalla plateada,
como una fotografía del alma humana,
la placa de rayos X de la niña de diez años
que se tragó un juguete. Sombras y formas,
pulmones teñidos con mercurio y un corazón de hojalata,
aleación de órganos y tubos, pero abajo a la izquierda,
el destello capturado por la cámara fotográfica
del coche de metal: como un hueso de neón,
algún turismo clásico con la parte superior abierta
y un hombre al volante con gafas y gorra,
conduciendo en la profunda, interna oscuridad.
Las nubes se abrieron; estábamos dejando el pasado,
tirados por una estrella que se había levantado dentro de nosotros,
algunos como astronautas y otros como taxistas.
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Simon Armitage
de Universal home doctor 2002
en Paper aeroplane: selected poems 1989-2014
Como habréis notado, estamos a la caza -y captura- de Simon Armitage,
muy poco traducido. Pero también de Julieta Valero y Mariano Peyrou, que
visto lo visto son nuestras mayores promesas, aunque ya maduritos. Y
otro muy poco traducido pero por algo será: John Berryman. Intentamos no
perder comba con el que es el mejor poeta norteamericano -dicen ellos- a saber,
John Ashbery. Y, mientras, en medio, seguimos la pista y colgamos poemas de cualquier
poeta o literato que se cruce. Hemos hecho un pequeño intento de recuperación de Sharon
Olds. Con los enormes -para Vlad- como Emily Dickinson o Dylan Thomas todavía no nos
atrevemos. Theodore Roethke es buen poeta, pero murió relativamente pronto. Wallace Stevens
sufrió ya un primer ataque nuestro hace poco tiempo, relativamente. Algún monstruo como Paul Celan,
al que ya le hemos entrado en serio, exige un tiempo especial, es muy absorbente.
El bueno de Gamoneda, aunque estamos apretándole las clavijas, tiene algo equivocado por lo que
pagará un precio, espero que no sea alto: cree que la poesía puede sustituir a la existencia y habla
de lo que no sabe -porque no son sus disciplinas- con una soltura a la que se puede llamar simplemente
error o, más bien, soberbia intelectual. Se lo ha creído, vamos, con lo que está empezando a caerme
boca abajo. Parece humilde, pero es un soberbio desbocado que dice muchas sandeces en sus ensayos.
Simic anda por ahí, como Wislawa: son poetas a su aire, divertidos y ágiles.
Entre paréntesis dejamos a Ezra Pound y a TS Eliot: parece que están cansando a los poetas por la tremenda
influencia ejercida sobre ellos durante tanto tiempo.
Neruda, Rilke o Lorca son 3 grandes que se agotan o cuyo tiempo va pasando sin que deje nunca de pasar del todo.
César Vallejo es el gran renovador, como Aleixandre lo fue en mucha menor medida. Pero creo que no se vive de
grandes renovadores.
Marosa di Giorgio es la poeta pura: ella sí vivió la poesía en sentido literal.
Mantenemos contacto con Clarice Lispector (digo lo que tengo que decir sin literatura) porque tiene mucha magia,
aunque personalmente creo que perdió mucho el tiempo en periódicos y cuentos de compromiso, no sé.
En suma: a ver si Gamoneda cae, a ver si cae asimismo Ashbery, del mismo modo que cayó Wallace Stevens, quedándose
siempre por ahí. El bueno de Joaquín Orlando, como Marosa, ya forma parte de mí, no puedo ser crítico con él. Leo
mucho a Juan Gelman pero no le encuentro el punto de simpatía que me haría incondicional. Gonzalo Rojas es muy
poco regular, como el mismo Neruda.
Hala, un pequeño repaso de qué colgamos en el blog y por qué lo hacemos y qué esperamos.
Sobre todo: que los poetas en castellano de una nueva generación empiecen a escribir sin tardanza, que ya hay
agujero poético de última hora.
Y me callo, que no era mi intención hablar.
Narciso
PS. Me he olvidado sin olvidarme de las confesionales, Anne y Sylvia, que exigen ser más exprimidas.
El olvido involuntario de los franceses me traiciona, pero amo a Baudelaire y tolero a Rimbaud,
los dos son enormes.
Vaya repaso,
A mi Gelman me gusta mucho y Aleixandre también y Vallejo.
Pues tengo traducidos unos quince poemas de Emily Dickinson. Así que los podemos ir poniendo.
abrazo
Ángel